A finales de los años 90 en la mayoría de casas había una torre de ordenador apilada en algún mueble o en el suelo de alguna habitación y con el paso de los años hemos ido viendo como cual especie en extinción ha pasado a mejor vida.

Ella no tenía culpa ninguna, no se quejaba, no ladraba, no pedía agua. Aunque, eso sí, daba un calor de muerte en verano tras una buena tanda de uso. Un servidor ha asistido a varias Campus Party, (concentración de frikis con su ordenador bajo el brazo en la que puedes compartir conocimientos, archivos y asistir a interesantes charlas) y ha cargado con su torre varios veranos, pero ¿qué ha sido de la típica torre en los últimos años?

El cambio del siglo XX al siglo XXI ha traído consigo una gran revolución al mundo informático y el primer cambio fue la popularización en precio de los portátiles. Hasta entonces si alguien quería un ordenador, se compraba su torre debido a que tenía un precio mucho más reducido y la tendencia de uso era, voy al ordenador, no el ordenador viene conmigo. En esto también tiene mucho que decir la evolución de las redes Wi-Fi que permiten acceso a Internet sin depender de un cable de red.

Los portátiles se popularizaron gracias a los netbooks que tenían precio de ganga y si bien, en potencia, nada tenían que hacer con las torres, sí que las dejaron en segundo plano o para usos muy concretos que requerían potencia de cálculo o, en caso de no disfrutar en casa de una consola de última generación, juegos. De los netbooks, la mayoría de usuarios acabó pasando a portátiles más capaces con unos precios mucho más contenidos que antes y la última revolución de este segmento son los ultrabooks, portátiles muy delgados y ligeros que marcan tendencia hoy día.

En plena era netbook vimos cómo los móviles se convertían en smartphones, ya teníamos Internet, apps y juegos en la palma de la mano. Y claro, un ejemplo, lo que antes nos llevaba 4 minutos entre que nos levantamos, vamos al ordenador, lo encendemos, arranca y abrimos el gestor de correo electrónico, ahora podemos verlo en cuestión de segundos y lo que no es menos, responder, como si estuviésemos en el ordenador.

A los smartphones les acompañan dispositivos como tablets que prometen una experiencia más sencilla debido a su gran pantalla para tareas del día a día y también dispositivos híbridos, smartphones cuya pantalla va creciendo generación tras generación acercándose al tamaño de tablets, los conocidos Phablets como Samsung Galaxy Note o bien Huawei Mate.

Por favor, ser sinceros, ¿aún utilizáis un equipo sobremesa en formato torre? Los fabricantes de PCs han dado un paso importante para los usuarios que quieren un ordenador de sobremesa y están apostando por los modelos todo-en-uno, es decir, ordenador integrado dentro de la pantalla al más puro estilo iMac. De hecho, antes, algo tan sencillo como imprimir implicaba encender el ordenador, y a día de hoy las impresoras ya gozan de conectividad inalámbrica y funcionan de manera autónoma pudiendo imprimir incluso desde tu propio móvil.

Las torres de PCs están quedando relegadas a usuarios entusiastas o gamers que montan grandes soluciones de almacenamiento en RAID y soluciones gráficas de varias tarjetas para conseguir el máximo rendimiento (aunque ya existen portátiles gamers muy capaces para tales menesteres).

La tendencia del mercado lo deja claro, el PC, tal y como lo conocíamos en formato torre, se está extinguiendo y al igual que los primeros ordenadores del mundo eran habitaciones, el uso informático ha pasado a ser un mundo principalmente portátil / móvil mientras que las torres de PCs están acabando en el pueblo, trastero o puntos limpios para hacer sitio a la nueva tecnología informática.

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