Un día en Oymyakon, el pueblo más frío del mundo
Son las doce de la noche y vamos con mucho retraso. La UAZ 4×4 ha tenido averías y nos hemos retrasado en su reparación. Deberíamos estar ya en destino pero a esta hora de la noche estamos aún a 230 km de nuestro final de etapa. Ante nosotros, el río Kyubeme corta el camino y Misha, uno de nuestros conductores y guías, se calza las botas de pescador para buscar, a pie, la mejor ruta para cruzarlo. Es increíble la fortaleza y dedicación de él y su compañero Slava, quienes nos acompañan en este viaje. Conducen y reparan sin cesar la furgoneta que nos lleva hoy hasta Oymyakon, el pueblo más frío del mundo, donde nos espera una buena cama y una comida caliente, altamente apetecible cuando la temperatura, como hoy, baja de cero grados.
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