Experiencias míticas

La soledad del lanzador de penaltis: diez fallos garrafales

Probablemente el lanzamiento de penalti sea el único momento del fútbol en que el jugador de campo siente la soledad con la que el portero convive día a día. En esta suerte los papeles se cambian y es el lanzador el que siente la mayor presión. Solo ante el peligro, con la pelota inmóvil a once metros de la portería y la obligación de hacer gol, porque es lo que se espera de él, porque es lo normal, el ejecutor tiene poco que ganar y mucho que perder. La portería se hace mínima y el guardameta enorme. Por eso muchos grandes jugadores han errado penaltis en momentos señalados: Sócrates, Platini, Roberto Baggio, Hierro, Raúl, Cristiano Ronaldo, Beckham y hasta el mismo Maradona.

Que el balón termine entrando es en ocasiones cuestión de apenas unos milímetros. Un poco de precisión en el disparo o una décima de retraso en la respuesta del portero pueden separar el éxito del fracaso. No es el caso de los lanzamientos que aparecen en este post. Todos ellos son fallos graves, de los de “tierra, trágame”. Ninguno de estos errores fue excesivamente trascendente. No se trata de jugadas decisivas para el devenir del fútbol, pero todos ellos son candidatos al premio de peor penalti de la historia.

Pires y Henry: un homenaje convertido en charlotada

El 5 de diciembre de 1982, Johan Cruyff y Jesper Olsen se inventaron un lanzamiento inédito. Cruyff colocó el balón en el punto de penalti, cogió carrerilla y, en lugar de impulsar el balón hacia la portería, lo envió con su pie derecho hacia la izquierda, donde apareció Jesper Olsen. Ante el desconcierto de todos, Olsen avanzó por el área y devolvió la pelota a Cruyff, que remató a gol. Tanto completamente legal según el reglamento, que sólo indica que el balón ha de ser jugado hacia delante y no puede ser tocado por segunda vez por el lanzador.

Años después, los franceses del Arsenal Robert Pires y Thierry Henry intentaron emular al dúo holandés, pero el resultado no fue precisamente el mismo. Pires rozó el balón, pero este apenas se movió. Mientras Henry corría hacia la portería sin encontrar su objetivo, los defensores del Manchester City se hicieron con la pelota. En cualquier caso, el árbitro indicó libre indirecto a favor del City. Un auténtico esperpento.

Iván Rocha: tiro a La Razón

Ningún alavesista olvidará este penalti de Iván Rocha (no confundir con Ricardo Rocha, central madridista de principios de los noventa que pasó a la historia por un par de goles en propia puerta) contra el Valencia en diciembre de 1998. El partido transcurría con empate a cero cuando el árbitro Rodríguez Santiago señaló un claro derribo de Djukic sobre Canabal dentro del área. Rocha agarró el balón y lo colocó en el punto de penalti. Bajo los palos, Santiago Cañizares. El brasileño golpeó con su pie izquierdo la pelota y ésta salió a unos diez metros del poste derecho de la puerta valencianista, ante la incrédula mirada del portero y de todo Mendizorroza. Finalmente el Valencia se llevó los tres puntos, con un gol del Piojo López.

Lo lógico es pensar que el césped embarrado tuvo algo que ver con el desenlace, pero después de verlo repetido una y mil veces, crece mi sospecha de que el objetivo oculto de Rocha era realmente tumbar el cartel de La Razón.

Pat Nevin: el penalti sorpresa

El fútbol es para listos, se suele decir. Eso debió de pensar el escocés Pat Nevin, una de las estrellas del Chelsea en los años ochenta, antes de lanzar aquel penalti. Eso y en el holgado 4-1 favorable que señalaba el marcador. Nevin intentó un disparo apresurado, sin coger carrerilla, con el objetivo de sorprender al portero, pero su tiro fue tan torpe y tan flojo que no pilló a nadie desprevenido, y menos aún a Alex Williams, el guardameta del Manchester City.

Peter Devine: paradinha con resbalón

A veces el estado del césped se subleva en contra de los lanzadores. Es lo que parece que le ocurrió a Peter Devine jugando en 1991 contra el Whitley Bay con la camiseta del Lancaster City. El futbolista hizo una pequeña paradinha justo antes de golpear la pelota, con tan mala suerte que en ese momento resbaló debido al deficiente estado del terreno. Devine salió trastabillado y apenas acertó a golpear el balón.

El modesto Peter Devine pasó a la historia del fútbol británico por este fallo, hasta el punto de que la wikipedia apenas reseña algún dato más de su biografía.

Amir Sayoud: paradinha, error y tarjeta

Si a Devine el césped le jugó una mala pasada, a Amir Sayoud se la jugó él mismo. El futbolista del club egipcio Al Ahly se detuvo en seco al llegar al balón, con la intención de despistar al portero, pero la maniobra le hizo perder el equilibrio y el golpeo resultó ineficaz, por decirlo de una manera suave. Por si no tuviera bastante con el error, la paradinha de Sayoud mereció la tarjeta amarilla a criterio del árbitro. Una jugada para olvidar.

Jonathan Soriano: balonazo a las nubes

El balonazo a las nubes es todo un clásico de los penaltis calamitosos. La expresión “se llenó de balón” se suele utilizar para describir este tipo de situaciones. El lanzador quiere imprimirle potencia al golpeo, para hacerlo imparable, pero se le va la mano, o el pie, para ser más precisos. La bota golpea la bola demasiado abajo y esta sale volando sin control. Grandes futbolistas como Roberto Baggio, Raúl, David Beckham o Sergio Ramos han ejecutado este tipo de penal en momentos decisivos, pero quizás ninguno tan exagerado como el de Jonathan Soriano, el exjugador de Espanyol y Barça que envió el balón a la luna jugando con el Salzburg austriaco. Dos detalles del vídeo. El primero, cómo se pierde la pelota por encima de la cámara que hay detrás de la portería, colocada a considerable altura. El segundo, la mirada al cielo de Soriano, en la última repetición, siguiendo la trayectoria de la bola.

Del Piero: subiendo la apuesta de Djukic

Todo el mundo recuerda lo de Djukic. Con el Deportivo jugándose la Liga en Riazor contra el Valencia, el árbitro pita penalti. Donato, el encargado habitual de la tarea, había sido sustituido por Arsenio. Bebeto silba y mira hacia otro lado. Es Miroslav Djukic el que se dirige hacia el balón. Y lo tira mal, fatal. Flojo y centrado. El balón va manso a las manos de González y el Dépor pierde la Liga.

Comparado con el penalti de Del Piero contra el Aston Villa, el de Djukic fue un misil imparable. El delantero italiano intentó engañar a Brad Guzan, el meta del Villa, para que se dejara caer a un costado mientras él sorprendía con un disparo flojo por el centro de la portería. Guzan no se movió y despejó el balón con el pie, pensando seguramente que acababa de parar el penalti más fácil de su vida, mientras el comentarista se carcajeaba. El lance tuvo lugar en la tanda de la final de la Copa de la Paz de 2009, después de que el partido hubiera finalizado sin goles. El Aston Villa se proclamó campeón, venciendo la serie de penales por 4-3.

William: suave, suave, suave

El brasileño William Xavier Barbosa ve las apuestas de Dukic y Del Piero y las sube. El futbolista de Botafogo lo hizo todo bien: colocó el balón con parsimonia, tomó una carrerilla suficiente, se dirigió hacia el balón mirando de reojo al portero y, al ver que este se dejaba caer hacia su derecha, impulsó la pelota hacia el centro de la portería con un golpeo suave. Muy suave. Demasiado suave. Extremadamente suave. Tanto que al guardameta del Fluminense le dio tiempo a levantarse, estirarse hacia el otro lado y atajar la pelota.

Esto sucedió en la tanda de penaltis de una eliminatoria de la Copa Sudamericana que en 2006 jugaban Botafogo y Fluminense, después de que los 120 minutos terminaran con resultado de 1-1. El Fluminense convirtió el siguiente lanzamiento y el equipo de William quedó eliminado. Aquí se puede ver la tanda completa.

Eric Cantona: profanando el mito de Antonín

La clave de un buen penalti a lo Panenka está en no desvelar la intención hasta el momento del disparo. Hoy en día se están poniendo tan de moda que ya hay porteros que empiezan a aguantar para ver si son ellos los que sorprenden al delantero, en vez de al contrario. Es lo que intentó Casillas contra Italia en la reciente Copa Confederaciones. Candreva había inaugurado la tanda a lo Panenka y el portero español hizo la estatua en otros dos lanzamientos, esperando un tiro similar. No sería el primer futbolista que queda en ridículo a la hora de intentar un panenka. La lista incluye ilustres como Totti, Ribery, Neymar o el mismo Andrea Pirlo, que en la Euro 2012 lo ejecutó de manera brillante contra Inglaterra, pero un par de años antes había marrado uno en el Trofeo Joan Gamper, con Pinto bajo los palos. Ninguno de ellos, sin embargo, fue tan desastroso como el del gran Eric Cantona.

Cabe dentro de lo posible fallar un lanzamiento a lo Panenka porque el portero aguante y permanezca inmóvil. Lo que resulta imperdonable es que el guardameta se lance hacia un lado, pero le dé tiempo a rectificar. Cuando la fiebre de los panenkas aún no había llegado al fútbol, Cantona intentó un lanzamiento de este tipo jugando con el Girondins de Burdeos. Ocurrió en 1989, en la tanda de penaltis de una eliminatoria de Copa contra el modesto Beauvais de la segunda división francesa y a Eric le correspondió el penalti decisivo. El guardameta, efectivamente, se venció hacia un lado, pero el tiro fue tan flojo que botó dos veces en el área chica y al portero le dio tiempo a levantarse y agarrar el balón. ¿El peor panenka de la historia?

Martín Palermo: triple fallo

Martín Palermo no aparece en esta lista por haber tirado un penalti a las nubes o al córner. Tampoco por haber intentado un fallido toque sutil o una maniobra extraña que terminara en ridículo. El delantero argentino tiene el dudoso honor, y por eso lo traemos aquí a colación, de haber errado tres penaltis en el mismo partido. Sucedió el 4 de julio de 1999, en un enfrentamiento de la Copa América entre Argentina y Colombia. El primer lanzamiento fue un balonazo que impactó en el larguero. El segundo se marchó por encima de la portería. En el tercero optó por ser más sutil y Miguel Calero, el guardameta colombiano, atajó la pelota.

No se le puede negar a Palermo decisión y confianza en sí mismo. Así lo entendió Marcelo Bielsa, entrenador entonces de la albiceleste: “Es un optimista, porque no hay ningún jugador que se atreva a tirar un tercer penalti tras fallar otros dos”. Colombia ganó aquel partido por 3-0.

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Comentarios

  1. Comentario by Juan - julio 10, 2013 03:20 pm

    Aunque acabó siendo gol, otro penalti memorable de Palermo es el que patea con las dos piernas: https://www.youtube.com/watch?v=G5hWdRm2JjA

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  2. Comentario by Velocidad y dopaje, una historia sin fin - julio 17, 2013 11:03 am

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  3. Comentario by Sucesores frustrados en el mundo del fútbol - julio 18, 2013 11:23 am

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  4. Comentario by Auge y decadencia de los torneos de verano - agosto 16, 2013 10:32 am

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