Experiencias míticas

Bruce Willis, más que un repartidor de galletas

La imagen de arriba es una imagen promocional de ‘Luz de luna’ (‘Moonlighting’), la serie de televisión que dio a conocer mundialmente a Bruce Willis. Nos encariñamos tanto con David Addison que muchos pensamos que Willis no sería capaz de hacer otra cosa, sufriendo el mal que padecen algunos actores por estar relacionados eternamente a ciertos personajes. Así pareció cuando nada menos que don Blake Edwards le llamó para dirigirle en sus dos primeros papeles de protagonista para la gran pantalla. Dos comedias pertenecientes a otra época, y de resultados más bien mediocres, nos daban la razón, hasta que apareció un señor llamado John McTiernan, quien ahora anda resolviendo ciertos problemas con la ley.

‘Jungla de cristal’ (‘Die Hard’, 1988) fue la primera película que demostró que Willis podía ser algo más que un detective que suelta chistes ocurrentes muy de vez en cuando. Sin embargo, lo que todos aplaudimos en esa película fue la capacidad del señor McTiernan para elevar el menospreciado cine de acción a arte. El señor Willis parecía realizar una variante del David Addison televisivo, en cualquier momento parecía que de detrás de una puerta cualquiera del edificio Nakatomi iba a entrar Cybill Shpeherd a echarle la bronca por montar todo aquel lío. En cualquier caso, en pleno 2013 y revisada la película esa sensación desaparece por completo.

Una vez abandonado su rol en la mencionada serie —sin duda una de las mejores de aquella década— el actor natural de Alemania se especializa en determinado tipo de papeles de héroe en todo tipo de películas de mayor o menos fortuna. Bajo la batuta de Tarantino, protagoniza la mejor parte de ‘Pulp Fiction’ (id, 1994). A las órdenes de Michael Bay salva al mundo de chocar contra un meteorito, en un divertimento tan excesivo como entretenido, y antes de eso el excelente Walter Hill le da la oportunidad de lucirse en un film que obtiene un inmerecido fracaso, ‘El último hombre’ (‘Last Man Standing’, 1996) remake de un film de Kurosawa, y en el que Willis, cercano a Jean-Pierre Melville, compone el héroe romántico por excelencia. Pocos le vieron, una pena. Afortunadamente, faltaba menos para que el veterano Rob Reiner y el nuevo genio M. Night Shyamalan tratasen a Willis con el mismo respeto.

La película sobre el niño que en ocasiones ve muertos es probable que ya la haya visto todo el mundo, y a pesar de las excelencias del director, que creaba una pieza única de suspense y drama, o el jovencillo actor que se dio a conocer con este trabajo, pocos alabaron el magnífico trabajo de Willis, que se apartaba completamente de lo que había hecho con anterioridad.

También se apartaba el personaje que realizó para ‘Historia de lo nuestro’ (‘The Story of Us’, Rob Reiner, 1999), un hombre maduro que intentaba superar una crisis matrimonial. El actor llora y todo, pero la película no obtuvo el esperado éxito. Peor sería cuando Willis, en un doble salto mortal y sin red, se pone de nuevo en las manos de Shyamalan para una oda a los cómics de superhéroes tan inspirada —yo diría que es el mejor largometraje que se ha hecho al respecto— como poco apreciada por algunos. Qué pena que algunas de sus mejores escenas —hay una de Willis llorando mientras se ducha, antológica— se quedaran en la sala de montaje.

Willis se hace mayor, y aunque sus últimos personajes parecen no darse cuenta, a veces es consciente de ello. Su rol en la espléndida ’16 calles’ (’16 Blocks’, Richard Donner, 2006) debería haber sido algo definitivo, un Willis que se hace mayor y con él sus personajes, acariciando y enfrentándose a las ventajas y desventajas de envejecer. Alguien que ha mamado tanto cine de acción es capaz de apuntar bien firme con su arma, mientras un travelling circular —que como decía Godard, es una cuestión de moral— le hacía tomar conciencia de quién es y qué hace allí. La que no posee, o sólo en parte —he ahí uno de los aciertos de su historia— su inolvidable composición en la magistral ‘Looper’ (id, Rian Johnson, 2012), en la que el amor por una mujer le hará ver lo inútil de su vida, y ese mismo amor le hará cometer actos terroríficos. Nunca Bruce Willis fue al mismo tiempo Bruce Willis y no. Pocas veces un actor se ha apartado tanto de su imagen habitual, partiendo de ella.

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Comentarios

  1. Comentario by Ken10 - abril 03, 2013 09:32 am

    Hay que ver lo que ha perdido con los años. Y no solo pelo.

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  2. Comentario by 'Parque jurásico', el film que convenció a Kubrick, ahora en 3D - abril 04, 2013 09:27 am

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  3. Comentario by La fantasía tiene un nombre, Ray Harryhausen - mayo 08, 2013 07:38 pm

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