Barbas sobre el césped
Hace un tiempo hablábamos por aquí de cómo ha cambiado la imagen de los futbolistas con los años y declarábamos nuestra añoranza por las melenas, los bigotazos y las barbas de antaño. Ya entonces comentamos por encima la evolución de las barbas en el mundo del balompié, desde las salvajes de los años setenta hasta las cuidadas de hoy en día, pasando por las perillas noventeras. En este post vamos a intentar hacer inventario de todos los tipos de barba que hay en el fútbol, con didácticos ejemplos de cada uno. Allá vamos.
Barba frondosa: Andrea Pirlo
Hoy en día cuesta ver en los campos de fútbol barbas pobladas como las que en su día lucían Paul Breitner, Sócrates, George Best o los sportinguistas Redondo, Mesa y Jiménez. La moda actual se inclina por las barbas recatadas, recortadas con pulcritud periódica. Aun así, de vez en cuando aparece algún jugador que nos recuerda aquel fútbol setentero y ochentero. Es el caso del italiano Andrea Pirlo, que durante la última temporada se ha dejado crecer una frondosa barba. Si Pirlo siempre ha derrochado liderazgo sobre el césped, con su nueva imagen la sensación de caudillaje se magnifica. Otros barbudos por el estilo son el exmadridista Christoph Metzelder o el sueco Olof Mellberg, que ha paseado su tupida barba rubia por Italia (Juventus), Gracia (Olympiakos) y España (Villarreal).
El barcelonista Dani Alves apareció el pasado verano con su habitual cabeza rapada acompañada de una abundante barba morena, lo que propició la inmediata comparación con James Harden, el jugador de la NBA. El lateral brasileño apareció afeitado pocos días después y el propio Harden le recriminó vía Twitter el afeitado. “Podríamos haber sido hermanos de barbas”, añadió con guasa el escolta de Houston Rockets.
Barba Moisés: Matthias Holst
Llega un momento en que la barba abundante se te va de las manos y entonces parece que, en lugar de marcar goles, de un momento a otro vas a abrir las aguas del Mar Rojo bastón en mano. El alemán Matthias Holst, central del modesto Hansa Rostock, sufrió una lesión de menisco en 2010. Holst decidió no afeitarse hasta volver a jugar. La lesión se complicó y el jugador estuvo alejado del césped durante 16 meses, al cabo de los cuales su imagen era más la de un naúfrago que la de un deportista. Cuando al fin reapareció, se rasuró la cara al completo y su hija menor, que apenas había conocido a su padre sin la cara cubierta por ingentes cantidades de vello, no lo reconoció.
Barba rala: Gennaro Gattuso
Si no tienes una barba cerrada y homogénea, puede que dejarla crecer no sea la mejor de las ideas. Sin embargo, hay algunos que, por gusto o dejadez (sospecho que más bien por esto último) lo hacen. El caso más famoso es el de Gattuso, quien durante toda su carrera paseó sin pudor su rostro surcado por dispersos mechones de pelo. No anda muy allá la barba del bético Beñat, mientras que la de David de Gea, un poco ridícula al principio, parece que poco a poco va tomando forma. También Yacine Brahimi se presentó en Granada el pasado verano con una extraña barba que no terminaba de serlo, aunque no duró mucho.
Perilla Orenga: Juan Sebastián Verón
Nominada en honor al célebre baloncestista que la puso de moda, la perilla Orenga, también conocida como barba candado o perilla cerrada, fue muy famosa durante los años 90. Afortunadamente, ya está prácticamente en desuso, aunque hombres como Ribery o Guti, en uno de sus múltiples looks, hayan mantenido viva la llama.
En 1994 este tipo de perilla estaba en todo su esplendor. Varios miembros de la selección española que participó en el Mundial de Estados Unidos optaron por adornar su rostro de tal guisa para competir en el campeonato. Por los estadios norteamericanos se pudo ver a Salinas, Caminero, Beguiristain, Goikoetxea, Bakero o Guardiola, entre otros, con sus perillas clónicas. El aspecto de los internacionales mereció la furibunda crítica de Javier Marías desde las páginas de El País, en una columna titulada Felones: “La perilla pertenece objetivamente a los felones y los malvados (…) Peor que la perilla sólo hay la sotabarba, y espero no dar a nuestros jugadores una idea con esto (…) Un sujeto con perilla es un villano o como mucho un psiquiatra. Llevan ese aditamento los tahúres, los traidores, los cardenales, los piratas más sanguinarios, los diplomáticos amanerados y Vincent Price cuando es más perverso”. España cayó en cuartos de final, pero no parece que las perillas tuvieran mucho que ver con ello: en aquellos tiempos, y hasta hace no mucho, era lo habitual.
Precisamente Roberto Baggio, el verdugo de España en aquel Mundial con su gol a Zubizarreta, lucía en aquellos tiempos una perilla por el estilo, aunque algo más discreta y estilizada. El fantasista italiano ha conservado el look hasta nuestros días, al igual que Juan Sebastián Verón, otro incondicional de este tipo de barba. Similar a la de Baggio, aunque mucho más llamativa, era la que portó durante años el camerunés Rigobert Song, tío del barcelonista Alexandre Song. Unas veces morena natural y otras rubia oxigenada, siempre con rastas a juego, la perilla de Song siempre causaba fascinación.
Perilla de chivo: Alexi Lalas
Alexi Lalas conmocionó al mundo del fútbol fashion cuando a principios de los noventa apareció defendiendo la camiseta de la selección estadounidense con su larguísima perilla pelirroja. Después paseó su espectacular imagen por Italia, donde jugó en las filas del Padova. Es una pena que esta imagen, a medio camino entre el poeta romántico y el músico heavy, no haya tenido continuadores. Las ridículas perillas de chivo de Benzema o Camoranesi son simples bromas comparadas con la del norteamericano.
Miniperilla triangular: David Villa
Existe otro tercer tipo de perilla, triangular y minúscula, casi imperceptible desde la distancia, e incluso confundible con el típico hoyuelo en la barbilla, aunque su sitio suele estar algo más arriba. Tuvo su momento de gloria hace pocos años, con David Villa como principal abanderado. Aunque cada vez parece más en desuso, aún conserva sus defensores, entre ellos el guardameta del Athletic Gorka Iraizoz y el central uruguayo del Atlético Diego Godín. Los tres pelos con los que en alguna ocasión ha aparecido Radamel Falcao ni siquiera merecen tenerse en cuenta.
Barba de una semana: Xabi Alonso
Es la última moda, con el madridista Xabi Alonso de abanderado. Olvidadas las abundantes barbas de los ochenta y las perillas de los noventa, la barba de una semana, con su cuidado desaliño, es la que causa furor. Esta es la que llevan el italiano Daniele De Rossi (en la foto de cabecera), el guardameta del Chelsea Petr Cech y Georgios Samaras, el delantero griego del Celtic de Celtic de Glasgow que la acompaña de melena lacia, un poco al estilo de Pirlo.
También cabe en esta categoría la de David Beckham, el hombre de los mil y un estilismos, aunque a su barba, sin llegar a ser la de Gattuso, le falta contundencia. En el caso de Diego López, parece que la barba aparece y desaparece más por vagancia que por coquetería. Más nombres que se han apuntado a la moda: Isco, Cesc Fàbregas, Mata o Piqué.
Barba perfilada: Antonio Nocerino
Hay una sutil pero importante diferencia entre la barba cerrada tipo Xabi Alonso y la barba perfilada, perfectamente delineada, como la de Antonio Nocerino o la que ha lucido Casillas en alguna ocasión. La primera, aunque esté sometida a un escrupuloso mantenimiento, da imagen de atractivo descuido. Sin embargo, la segunda, tan perfecta, invita a pensar que su poseedor vive obsesionado con que ningún pelo esté fuera de sitio.
Inclasificables: Djibril Cissé
Hay barbas que se salen de cualquier tipo de clasificación. Cómo definir la oxigenada barba del portugués Abel Xavier, a veces en forma de perilla, otras completa pero bien perfilada, siempre llamativa y acompañada de abundante cabellera a juego o bonitos tirabuzones. Tampoco resulta fácil describir la de Djibril Cissé, el delantero francés que juega en Catar tras pasar por Auxerre, Liverpool, Olympique de Marsella o Lazio. También rubia de bote, su barba ha adquirido las formas más impensables, desde una insólita barba con el mentón afeitado (algo así como el negativo fotográfico de la perilla) hasta una solitaria tira de pelo estrecha surcando ambas mejillas o un afeitado estriado, como muestra la foto. Todo ello acompañado de crestas y cualquier extravagante corte de pelo que se pueda uno imaginar.
Barbas en el banquillo: Roy Keane
La moda ha llegado a los banquillos también y son bastantes los entrenadores que recurren a la barba como elegante toque de distinción. Es el caso de André Villas Boas, cuya coqueta barba pelirroja de tres días le acompaña desde los tiempos de Oporto. También Roy Keane, que como jugador siempre mostró su rostro afeitado, ha olvidado la maquinilla desde que ocupa el banquillo. La de Keane es una barba donde las canas le van ganando la partida al moreno, aunque no tanto como en la de Maradona. Diferente es el caso de Pep Guardiola, que arrastra barba guadianesca desde su época de jugador, mientras que Mourinho nunca se ha decidido a dejarla crecer más allá de un par de días, para disgusto de gran parte de sus admiradores (y admiradoras).
Y hasta aquí esta clasificación de barbas futboleras. Seguro que hay algún tipo que se queda en el tintero o algún futbolista olvidado cuya barba merece ser recordada. Se agradecen sugerencias.
Más en | L’Oréal Men Expert
Fotos | Sensible Soccer | The Football Neutral | Who ate all the pies | PKFoot | FIFA | Telegraph
En 1001 experiencias | Once goles que pudieron cambiar la historia
En 1001 experiencias | Once contra once y ganan los alemanes
COMENTARIOS
3