Experiencias inolvidables

Tony Soprano “mató” a Vito Corleone


Hasta 1972, los gangsters que el cine presentaba eran aquellos tipos brutales e histriónicos (y con cierto aura de romanticismo) que Edward G. Robinson y James Cagney habían interpretado en la era dorada de aquel género cinematográfico, durante las décadas de los 20 y los 30. ‘El padrino’ lo cambiaría todo en aquel año, mostrando a un Vito Corleone de gestos mucho más calmados, que no gritaba al hablar, en el que el aura de héroe romántico fuera de la ley había desaparecido y había dejado paso a algo mucho más sangriento, en el que las principales amenazas venían de dentro de la famiglia. Durante más de dos décadas, Vito Corleone y Marlon Brando fueron el paradigma del mafioso italoamericano, hasta que, en 1999, HBO estrenó ‘Los Soprano’ y el panorama cambió radicalmente.

La repentina muerte, este pasado jueves, de James Gandolfini, su protagonista, ha traído de nuevo a primera plana aquella serie creada por David Chase, un guionista muy veterano que había estado hasta en las últimas temporadas de ‘Doctor en Alaska’, y que quería mostrar a un mafioso diferente de lo que se había visto hasta ahora en el cine y en la tele. Se había hecho algo en ese sentido, dentro de la comedia, con ‘Una terapia peligrosa’, en la que Robert De Niro daba vida a un gangster que iba al psiquiatra porque sufría ataques de ansiedad, pero lo que ‘Los Soprano’ iba a hacer era inaudito. Su protagonista, Tony Soprano, iba al psiquiatra, sí, porque los problemas que le daba la famiglia y los que le daban su mujer, sus hijos y, sobre todo, su madre lo tenían al borde del colapso. Pero Tony no era un tipo simpático que debía caernos bien, y de ello se encargó a conciencia Gandolfini.

Hasta que le cayó en suerte la serie de HBO, Gandolfini había sido un secundario de esos que llaman de carácter en películas de todo tipo, siendo especialmente recordada su aparición en ‘Amor a quemarropa’. Con su imponente, e intimidante, aspecto físico siempre hacía de tipos brutos y poco más, y por el camino se perdía que podía ser vulnerable y tierno y, además, muy divertido sin necesidad de abrir la boca. Pero fue su lado oscuro, la rabia que podía asomar a sus ojos lo que convenció a Chase y a HBO de que él debía ser Tony Soprano, y no Steve Van Zandt o Michael Rispoli, que eran las otras opciones que manejaba la cadena y que, seguramente, no habrían creado un personaje tan oscuro. Porque Tony, por mucho que a los espectadores les encantara seguir sus peripecias, no era en absoluto un héroe televisivo al uso. De hecho, él abrió la puerta para que todas las series de prestigio posteriores situaran en su centro a un antihéroe, un protagonista lleno de grises y de aristas que, en los 80, habría sido más bien el malo que el personaje central de la serie.

‘Los Soprano’ fue la serie que puso definitivamente en el mapa a HBO, y todo un fenómeno crítico, popular y entre los premios Emmy. Gandolfini quedó asociado para siempre a ese papel, posiblemente porque, después de verlo en acción como Tony, resultaba inconcebible que otro actor hubiera podido darle vida. Su retrato de aquel mafioso le daba a la serie su tono (incluidos toques de humor negro realmente cachondos), y estaba marcado por esa frase que le dice a la doctora Melfi en el piloto, cuando le confiesa que siente que ha aterrizado en el final de una era. Gandolfini lograba transmitir todo eso, las frustraciones de Tony, su lado sádico y sanguinario y también el más amable, y el resto de ‘Los Soprano’ se construía a su alrededor. Tuvo tanta culpa como el propio David Chase en iniciar la tan traída “segunda edad de oro” de las series de televisión, animando a más cadenas y creadores a probar cosas nuevas y arriesgar.

Sin Tony Soprano no habríamos tenido a Don Draper o Walter White, ni siquiera a Gregory House, y el estándar de calidad técnico que mantuvo la serie hizo también que más gente se diera cuenta de que, a pesar de ser televisión, no había que renunciar a una calidad cinematográfica en la fotografía o en el modo de contar algunas cosas. Las series ofrecen la opportunidad de explorar a fondo algo que, en el cine, se puede tocar sólo de pasada, y Gandolfini se lanzó de lleno a ello con ‘Los Soprano’. Hizo más cosas aparte de esta serie (como ‘The mexican’, ‘In the loop’ o, recientemente, ‘La noche más oscura’), pero siempre será Tony Soprano, el mafioso de Nueva Jersey martirizado por su madre.

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Comentarios

  1. Comentario by Natxo Sobrado - junio 21, 2013 09:46 am

    A Tony Soprano daban ganas de adoptarlo, la humanización del personaje es tremenda. Lo contrario a ratas despiadadas como Scarface, que aún así también anticipaban ese lado débil y ahora explotado.

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