En la infumable, vacía y testosterónica ’300′ (id, Zack Snyder, 2007) hacía acto de presencia un actor llamado Michael Fassbender y que a muy poca gente le sonaba, si acaso por alguna serie de televisión o telefilm. Ya en ese film daba muestras de un dominio envidiable del cuerpo, ya que para ser actor no llega con saberse las líneas de diálogo de memoria, además hay que saber utilizar todo tu ser. Así lo dejó bien patente al año siguiente en sus sufridos personajes para las angustiosas ‘Hunger’ (id, Steve McQueen) y ‘Eden Lake’ (is, James Watkins) en las que se sometió a un tour de force que pocos actores aguantarían.

Tras un paseo por el cine independiente, Tarantino le fichó para dar vida a un maldito bastardo, y el actor dio una lección de contención. Tras eso fue una especie de vampiro milenario, un centurión y participó en un western que es mejor olvidar. Amó a Jane Eyre y obró un milagro: igualar al mismísimo Ian McKellen en el personaje de Magneto, al que vistió con matices más oscuros. Se puso en manos de David Cronenberg para dar vida a Jung y explorar el maravilloso sadomasoquismo en el cuerpo de una caliente Keira Knightley. De ahí al cielo de las interpretaciones en la estupenda ‘Shame’ (id, Steven McQueen, 2011), por la que algunos ya le declaramos amor eterno.

Tras eso el paraíso y el status deseado por todo actor, aquel en el que puedes hacer lo que te venga en gana, compaginando proyectos comerciales con otros mucho más personales. A las órdenes de Soderbergh filma una excpecional secuencia de acción, y con Ridley Scott consigue ser lo mejor de la infumable ‘Prometheus’ (id, 2012), un robot. Tras eso se meterá a las órdenes de Terrece Malick en un film sobre varios triángulos amorosos, repite con Scott como protagonista absoluto en un thriller, por tercera vez con McQueen en un drama sobre esclavos, dará vida a Thomas Wolfe y a las órdenes de Bryan Singer pasado y presente se mezclarán en una historia sobre los mutantes que promete mucha épica.

Pero donde yo tengo ganas de verle de verdad es en el proyecto que le une a David Victori, prometedor director patrio con el que ese adentrará en el universo thriller psicológico. Mientras espero me muero de envidia.

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