La silla de ruedas no es una barrera para disfrutar del skatepark
Seguramente al leer este titular muchos hayan pensado que voy a hablar de un ejercicio de compasión. De alguna historia donde la solidaridad rompe las barreras puestas a alguien con algún tipo de minusvalía, pero lo cierto es que Aaron Fotheringham se ha ganado por si mismo el respeto en el skatepark y abierto el camino para que otros muchos tengan una nueva ilusión con la que afrontar la vida.
Este joven norteamericano ha encontrado en el skatepark una vía de escape con la que sentirse realizado. Su silla de ruedas se ha convertido en la mejor herramienta para exprimir esa adrenalina que revitaliza a todo aquel que disfruta de lo extremo y lo que es más importante, ha conseguido la admiración de propios y extraños.
Durante los últimos años su progresión ha sido impresionante y esto le ha abierto por méritos propios las puertas de grandes eventos y espectáculos. Bob Burnquist le invitó hace unos meses a su casa para probar las megaramps con las que entrena y este video documenta de manera escalofriante la increíble motivación y entrega de Fotheringham.
Algunos pensarán que es un acto de inconsciencia pero lo cierto es que “Wheelz”, el apodo que le han puesto sus compañeros, ha conseguido consolidar una nueva modalidad deportiva llamada WCMX que pretende llegar a todo aquel que pueda y quiera sentir nuevas sensaciones pese a estar en una silla de ruedas.
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