“Violadores del Verso tienen que volver por todo lo alto en 2015″, entrevista a Kase.O
Cualquier seguidor del Hip Hop en español tiene a Kase.O en un puesto privilegiado gracias a su trabajo como MC de Violadores del Verso. No obstante, el zaragozano ha sido uno de los nombres más destacados en el salto que dio esta escena de cara a una mayor profesionalización y aceptación de público durante la primera década del 2000. Los 90 fueron el momento de inicio y ya con su segundo álbum, Vicios y Virtudes (2001, Rap Solo/Boa Music), se confirmaron como unos de los proyectos más importantes de la escena nacional.
Hace ya un tiempo Javier Ibarra descolgó el teléfono desde su tienda en Zaragoza para recordar con nosotros cómo empezó en esto hasta hoy en día y decirnos que Violadores del Verso volverán en 2015.
¿Cómo acabaste en el Hip Hop?
Todo es a través de mi hermano mayor porque él a principios de los 90 ya estaba escuchando Hip Hop aquí en Zaragoza, donde había bastante movida de breakdance y de Hip Hop americano. En el cuarto de al lado ya se oía. Yo tenía 10 u 11 años, una edad en la que me enganché del ritmo del rap y empecé a mangarle cintas a escondidas para escuchármelas en mi walkman.
Él tenía un grupo con Lírico a quienes iba a ver ensayar a la casa de la juventud. Yo lo flipaba con ellos. Un poco por seguir la estela de mi hermano mayor me empecé a enganchar al sonido y empecé a escribir mis propias rimas.
Comenzaste a hacer las maquetas en el baño.
Imagínate a principios de los 90 cuando lo más tecnológico que había era un casete de doble pletina al que le podías meter un minijack con un micro. Eso es lo que hacía. Ponía en un lado de la pletina el ritmo y grababa con el micro pero claro, yo dentro de mí flipaba. Por aquellos tiempos pensaba que en el baño tenía una acústica especial y es así. Ahí se oía un poco mejor.
Claro que esto lo hacía cuando se iban mis padres porque me daba una vergüenza increíble. Cuando ya se piraban me permitía estar encerrado, si llegaban me permitía estar dentro, no me daban el pilladón grabando.
¿Cómo recuerdas tus primeros años de profesional cuando ya comienzas a tomártelo más en serio?
Fue todo muy poco a poco. Empecé a actuar en lo que es la semana cultural de mi colegio. Con todos los compañeros delante, ese sonido súper cutre y con mucha vergüenza, la verdad. Luego nos llamaron del colegio de enfrente para rapear delante de diez personas, sin escenario ni nada, con un sonido horrible. de hecho hay unas grabaciones en Internet en las que salgo de muy crío y es uno de esos conciertos que hacíamos por los colegios.
Después ya me empezaron a llamar para lo que se llamaban jams en aquella época. Era un concierto de varios grupos de Hip Hop, alquilaban una sala e íbamos los grupos de la ciudad. El primero gordo que recuerdo fue cuando me presenté delante de los raperos, fue en 1993, en una jam de Zaragoza. Salí con mis ritmos y con mis letras delante de personas que no me conocían y se montó un pitote guapísimo. Toda la peña animada sin conocerte de nada.
Esta primera jam seria me dio un impulso increíble. Comencé a grabar maquetas más en serio, a llevarlas a la radio y a sentirme dentro de la comunidad, porque yo era un crío que estaba en su casa metido, sabía lo que era el Hip Hop y el Rap un poco por mi hermano pero a través de esa actuación vi cómo se vestía la gente, cómo había que actuar. Fue un paso definitivo.
¿Cómo acabasteis formando Violadores del Verso?
Yo seguía la estela de mi hermano aunque a él no le gustara que fuera con sus amigos ni saliera de marcha con ellos al principio, como hacen todos los hermanos mayores. Pues fui entablando amistad con los amigos de él que ya controlaban bastante de Hip Hop. Eran el Lírico, el [Sho] Hai y el [R de] Rumba. Los que ahora son los Violadores del Verso.
A raíz de rapear en las plazas cuando salíamos por ahí los sábados, empezamos a hacer canciones juntos y allá por el 97-98 decidimos montar el grupo. Ya teníamos mucha tradición de rapear juntos, si me llamaban a mí para un concierto me llevaba a toda la crew. Poco a poco nos fuimos haciendo más amigos y más grupo y decidimos sacar un disco todos juntos en el 98.
¿Qué recuerdas de cuando publicasteis el primero álbum, Genios?
Recuerdo estar en Nueva York, donde estábamos mezclando el disco, y ya desde allí nos llamaban de Radio 3 poniendo el adelanto del disco y era una flipada. Sentir que ya habías cerrado un disco que estaba sonando en la radio, que te estaban entrevistando, que estabas en Nueva York… Era una flipada. Estábamos en los estudios donde habían grabado todos nuestros ídolos. Realmente tengo recuerdos pero yo estuve en trance esa semana. Se me hizo muy grande todo. De la primera vez en Nueva York casi ni me acuerdo.
De todos los años que lleváis en activo, más de 14, solo habéis publicado tres álbumes, ¿por qué tan poco material en largo?
Ten en cuenta que hemos hecho giras muy largas. Eran tiempos que había que ir a las ciudades a conquistarlas, había que hacer mucha carretera, rular el disco y se nos pasaban los años muy rápido. Lo mismo si estás en una discográfica multinacional ellos te exigen, qué sé yo, sacar un disco cada dos años o cosas así. Nosotros al ser independientes no teníamos esa presión.
Han salido los discos cuando parabas de girar porque al estar por ahí en la carretera no estás centrado y cuando han parado las giras nos hemos puesto con los discos. Tampoco hemos sacado muchos maxis por en medio. El Rumba sacó un disco largo en 2004. Ha habido algunas cosillas en ese tiempo pero realmente sí ha habido solo tres elepés, muchas colaboraciones pero sin estar pensando que hubiese tanto espacio entre los discos, solo fue el desarrollo de los hechos.
Te pones a montar una productora, hemos montado una tienda, un estudio… todo eso lleva tiempo, pensamiento y energía. No puedes estar montando una tienda y a la vez grabando un disco y viceversa. Entonces han sido varios proyectos que van lentos.
¿Qué creéis que habéis aportado a la música en España? ¿Y al Rap como tal?
A la música española no te sabría decir. Hemos aportado el Rap, el Rap duro, el Rap con el concepto neoyorquino. Al Rap como tal hemos aportado el hacerlo sin hablar de violencia, que es por lo que nos aprecian mucho en Colombia y en Sudamérica, porque ellos necesitan música dura pero no que incite a la violencia. Eso es lo que hemos hecho: ritmos duros con letras duras pero sin promover la violencia. También hemos incorporado ritmos y flows de la escuela de Zaragoza. Ahí donde preguntes sobre esta escuela te dirán que es una grande. Hemos escuchado mucho Rap americano como te digo, hemos aprendido mucha técnica y la hemos “traducido” al español para aplicarla.
¿Cuándo tenéis en mente juntaros de nuevo?
Ahora mismo estamos inmersos en proyectos individuales. Lírico va a sacar su disco en diciembre, Sho Hai lo sacó el año pasado y yo también tengo que hacer un disco de Rap. Me lo voy a currar, voy a intentar que esté para el año que viene o al siguiente. Una vez que estén satisfechas las necesidades personales y dichas aventuras volveremos. Échale dos o tres años que se pasan muy rápido. Eso si no se acaba el mundo este 22 de de diciembre (risas). En tres años, en teoría, Violadores tiene que volver por todo lo alto, con un discazo.
¿Cuáles son las diferencias que notas al trabajar en grupo y cuando estás por tu cuenta?
Cuando estás con Violadores tienes mucha más energía porque hay cuatro elementos que empujan en la misma dirección y si uno no tiene la solución la tiene el otro. En las canciones de Violadores tú te tienes que currar tu párrafo, tus 24 ó 30 líneas y los demás hacen su trabajo igual. Cuando estás trabajando en un disco solo tienes que hacerte tú todas las partes y tienes que saber cómo.
Con Violadores es muy variado, hay muchos puntos de vista distintos porque somos tres personalidades muy distintas y al estar en solitario tienes que esforzarte más en que tu discurso sea variado, en que sea ameno y no canse. Realmente es rebuscar mucho en ti para tener algo que decir, para tener 14 canciones con las que llenar. Se multiplica el trabajo por cuatro.
Es un reto para cada uno, una vivencia personal. A todos nos está gustando mucho el experimento y ahí luces tú con tu luz propia sin nadie al lado que te haga sombra, por así decirlo. Es tu disco, tu proyecto, como siempre lo has soñado. No tienes que preguntarle a nadie.
Uno de los temas de los que soléis hablar en las canciones es el Hip Hop como estilo de vida, como género. ¿Para ti qué es el Hip Hop?
Es lo que decimos en las canciones. Una manera de vivir, de pensar y de sentir basada en el antirracismo, en el respeto, en la cultura negra y en el ritmo. Esa es la actitud que lleva un rapero por dentro. Sobre todo el antirracismo es lo que yo destacaría. No dejan de ser nuestros ídolos negratas, entonces nosotros nos sentimos como si fuésemos negratas.
Es una actitud, el Hip Hop tiene un pensamiento crítico, también es festivo. Pero un rapper que se precie tiene que tener su visión crítica del mundo y ejercerla.
¿Cómo surge cualquiera de tus canciones?
Normalmente lo que decide el final de la canción es el ritmo, o la instrumental, el ambiente en que la vas a crear. Si a mí el Rumba me pasa un ritmo oscuro pues va a sacar mis pensamientos más oscuros encima de este. Si me pasa un ritmo más feliz o más primaveral, entonces sacará esto. Yo voy apuntando miles de frases en mis cuadernos y según los ritmos que me llegan pues elijo. Pienso: este ambiente me viene muy bien para expresar esta sensación que tengo. Normalmente los ambientes son los que sacan de ti los sentimientos.
¿Qué mensajes buscas transmitir con cada canción? Te leí hace un tiempo que habías notado el poder que tenías en algunas personas y habías modificado un poco el discurso para no incitar determinados comportamientos.
Es muy variado el sentimiento que tengo cuando hago una canción. Tendrían que ser los sentimientos más sinceros sin pensar en lo que la gente va a escuchar o a darles que pensar. Luego, como te digo, te vas dando cuenta de que no. El otro día veo a un colega, me presenta a su hijo de 11 años, le pregunto a ver si se sabe alguna canción mía y me dice: “Fumo petardos, trocolos, porros, canutos, petas, makas”. Entonces claro, me quedo así… El chaval no sé si sabe muy bien ni siquiera lo que son pero es la idea de que ese mensaje le está llegando a un tío de 11 años.
Me digo hostia, pues si en vez de decir esta movida tan trivial voy a fomentar la solidaridad y el amor entre los humanos este niño de 11 años, si tanta influencia le causa la música, va a tener presente esos sentimientos de solidaridad, de amor a uno mismo y tal. Involuntariamente quieras que no tu propia persona te lo pide. Porque una pasión en la vida no es válida si no ayuda a los demás. Puedes ser un flipado del billar pero esa pasión no aporta nada a los demás, bueno quizá un poco de espectáculo. Para mí las pasiones son perfectas si ayudan a mejorar a los demás. Con esa creencia a la hora de hacer letras me hablo a mí pero como un ciudadano del mundo. Me doy consejos a mí mismo que le pueden valer a cualquiera.
También te puedo decir que me revelo contra eso y de repente mando un mensaje radical, extremista y me la suda lo que piensen los niños.
¿Qué es lo que te llevó en un momento dado a adaptar tus canciones a un formato cercano al Jazz como haces en Jazz Magnetism?
Fue un divertimento que empecé en Zaragoza al juntarme con músicos en un garito que hacían jam sessions y me empezó a molar, me empezó a viciar. Empecé, como una cosa natural, a buscarle versiones a unas letras que tenía por ahí. Conocía a gente de Barcelona y así surgió. Lo dimos salida con una gira, he sacado el disco pero para mí era una forma más de divertirme. Como siempre me ha gustado el Jazz a través del Rap me sentía muy feliz haciendo esta música.
He intentado que con las versiones se mejoraran las originales, en algunas lo he conseguido y otras las versiones aún están más guapas. Es otro ambiente, otra cosa que la gente no está acostumbrada a escuchar ese tipo de sonido. Me he arriesgado. Para mí si no hay riesgo no hay diversión. Así voy avanzando. Arriesgándome y haciendo lo que me gusta ante todo.
Para muchos, entre los que me encuentro, se te considera el mejor, o uno de los mejores, MC de España. ¿Cómo lo ves?
Yo no soy partidario de esa afirmación, ni pienso que haya cosas mejores o peores. Si me pueden ver equilibrado entre mensaje y flow, vale, eso lo acepto pero tanto como ser el mejor es muy relativo. Intento quitarle hierro al asunto. Si cada vez que me pongo a escribir pienso que soy el mejor (risas) al final no sabes lo que hacer, no sabes cómo superarte. Esto nunca entra en mis planes aunque lo oiga y lo lea en los foros. Me agrada pero también es un peso que tienes que llevar, a veces te limita tu libertad. Están todos los ojos puestos en ti. Intento aislarme de ese sentimiento, de ese comentario. Yo me veo como mucho equilibrado. De ahí a ser el mejor que cada uno diga lo que quiera.
Las colaboraciones son una de las partes importantes en tu carrera. De todas ellas ¿cuáles te han gustado más?
Las que tengo con Jotamayúscula, que es un DJ de Madrid, el DJ de CPV. Me ha invitado a los tres discos en solitario que tiene. Me gustan bastante las tres canciones que he hecho con Jota. Por decirte algunas, estas son las que más podría destacar.
Es curioso, a mí son las que más me gustan y me imagino que todo el mundo te lo habrá dicho sobre todo con ‘Que no hay alcohol’, más allá del mensaje, que no me transmite, la fuerza que tiene es brutal.
Sí, yo también lo veo así porque la letra no deja de ser, por lo menos el segundo párrafo, egotrip, hablo de mí mismo, de mi estilo y tal, pero son las armonías o el ambiente que se crea, ese rollete, que hace que a la gente le haya quedado entre sus preferidas. Todavía tengo la espina de que ese segundo párrafo hubiese sido más profundo con semejante colchón musical pero bueno, me lo hice allí en el estudio como pude y normalmente tiro de competición cuando no sé de qué escribir. No sé qué tiene esa canción que la gente se pone melancólica con ella.
Si tuvieses que quedarte con alguna anécdota que te ha pasado en estos años en la música ¿qué es lo que más recuerdas?
En Sudamérica siempre hay anécdotas, tío. Para entrar en un concierto en Chile la gente intentando arrancarte la ropa, por decirlo suavemente. Yo entraba a los conciertos soltando galletas a mis propios fans (risas). Ellos intentando quitarme la ropa y yo dándoles galletas para quitármelos de encima. Encima allí la violencia está a flor de piel. No es como aquí.
Estas son vivencias así jarcor de que estás realmente acojonado de que hay un montón de peña que no puedes controlar. Allí tienes que pensar muy rápido.
En una entrevista de hace tiempo te leí que el Hip Hop estaba vetado en la radio, o al menos que no se ponía tanto.
Son teorías conspiranoicas realmente. No tengo la certeza de que haya una mano negra que prohiba el Rap pero evidentemente es así porque en ninguna de las cadenas suena Rap y menos en español. Es una música que no existe en el panorama musical español para ellos, para quienes llevan las radios y los directores de estas. En esa entrevista quería romper una lanza para que se le diese la dignidad que se merece al género musical, que vale que dice cosas que son verdades como puños e igual no les interesan que la población las oigan, pero se niega su existencia.
Tenemos en Radio 3 un par de programas increíbles porque Radio 3 es increíble las 24 horas, de ahí ya no sales. No ponen Rap en ningún lado. No te digo que pongan a raperos que decimos palabrotas, que hay muchos rappers que tienen mensajes positivos y tampoco suenan. Esto es lo que me hace a mí pensar que está prohibidísimo porque algún locutor de los 40 seguro que ha oído a Violadores del Verso, que sea fan nuestro, de Nach o de Tote, por decir algunos, y si no pueden poner la música que les gusta es que pasa algo.
Por ventas no será, porque tenéis un gran público.
Claro. Realmente hay audiencia potencial, negocio y todo lo que quieran. Pero también los rappers como normalmente estamos en compañías independientes lo tenemos más jodido porque no hay nadie que vaya allí a luchar porque pongan nuestro disco. En sus reuniones que hacen todos los meses no va nuestro manager a decir o a poner dinero para que salgamos en la radio. Así que como todo en este país es mamoneo en este asunto también. Igual que al Punk o a las músicas más minoritarias que no existen para ellos.
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