Maratón de pájaros en Taiwán
Hace unos días, en concreto el fin de semana del 19 y 20 de octubre, se celebró una de las maratones más peculiares que jamás se hayan visto, el Birdathon, una competición de 30 horas en la que gana el equipo que más aves consiga avistar. Se llevó a cabo en Taiwán, a lo largo de la costa suroeste del país asiático y hasta allí llegaron equipos de todo el mundo, equipados con los binoculares (Minox, Bushnell…) y las lentes más avanzadas. Ésta ha sido la segunda edición del evento y el año que viene por estas fechas se celebrará la tercera, y es que el número de participantes no para de crecer.
El birdwatching o birding (observación de aves) es una actividad que está ganando adeptos a pasos agigantados por el continente asiático. Aunque a muchos les pueda parecer un plomo, el birdwatching es todo menos aburrido, requiere de tácticas y estrategias para localizar a las aves y sí, hay que ser paciente pero la recompensa de tachar de tu libro esa especie que te faltaba por avistar en Asia tiene su punto. No hay más que viajar con observadores de aves para comprobar las sorprendentes habilidades que poseen, algunos son capaces de identificar una especie a muchos metros de distancia sin el uso de binoculares o simplemente con el canto del pájaro en cuestión, sin ni siquiera verlo. Gawin Chutima (en la foto principal), un tailandés que se ha recorrido medio mundo observando aves, es uno de esos fenómenos capaces de dejarte con la boca abierta por la sencillez con la que es capaz de localizar e identificar.
Hollywood ya se fijo en estos locos por los pájaros en el film ‘El Gran Año’ (2011). Cómo en aquella película, los asistentes al Birdathon se emocionaban con cada especie observada, especialmente con aquellas que veían por primera vez (a esto lo llaman un lifer). Para muchos de los extranjeros que llegaron a Taiwán con motivo de este evento, especies como el faisán mikado, la jacana colilarga o la espátula menor fueron tachadas de sus voluminosos libros de aves en Asia y vaya si lo celebraron. Y como no solo de pájaros vive el hombre, a lo largo de esas 30 maratonianas horas los participantes también lo pasaron de lo lindo disfrutando de algunos de los manjares de esta zona de la isla de Formosa, como la sopa con pez-de-leche y arroz para desayunar, las ostras a mansalva o el marisco salvaje, acompañados siempre por la buena compañía de los taiwaneses (foto más abajo).
El Parque Nacional de Alishan o los humedales de Cheng-Long en la costa suroeste de Taiwán son algunos de los mejores puntos del país asiático para dejarse sorprender por algunas de as especies autóctonas de la isla. Y para escaparse un poco de los pájaros nada como dejarse caer por templos como el de Nankunshen para sentir la cultura local.
¡Ah!, estas son todas las ostras consumidas…
Fotos | danigargon
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