Douglas Corrigan realizó uno de los viajes más alucinantes de la historia, aunque nadie está seguro de si fue real o no. En un avión construido con sus propias manos, en 1938, Corrigan partió desde Nueva York hasta Los Ángeles, pero 28 horas y 13 minutos más tarde aterrizaba en el aeropuerto de Dublín: había hecho todo el viaje en sentido contrario.

Corrigan declaró que cometió un error de navegación debido a niebla que le impidió ver el terreno y a la escasa luz natural que le impidió ver la brújula. A pesar de que la historia tiene visos de ser falsa, Corrigan convenció a suficiente gente como para ser recibido con honores, y hasta se filmó una película de su “hazaña”: El irlandés volador.

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¿Os acordáis de la mítica escena en la que Clarice recorre un pasillo repleto de reclusos psicopáticos muy, muy peligrosos en El silencio de los corderos? ¿Os imagináis visitando un lugar así? Dejad de imaginad: no sólo existe un lugar similar, sino que resulta mucho más ominoso. Bienvenidos al centro Paddock, posiblemente uno de los edificios más peligrosos de la Tierra.

Y es que el 20 % de los pacientes que se alojan en el centro Paddock en un momento dado son lo que podríamos llamar “psicópatas puros”, y están encerrados en dos salas especializadas asignadas específicamente a su tratamiento y supervisión continua. Son las llamadas salas DSPD: salas de trastornos de la personalidad peligrosos y graves.

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Arrastrada por la marea coreana que está conquistando el imaginario occidental a golpe de fascinación, creatividad y marcas de referencia, Busan se encuentra en el epicentro de una tormenta perfecta encaminada a convertirla en una de las capitales más cosmopolitas del planeta. La eterna segundona, como la ciudad de Lyon en Francia, la Barcelona post Juegos Olímpicos o la sempiterna Shanghai, la metrópolis surcoreana está llamada a ocupar un lugar privilegiado en la formación de tendencias y corrientes culturales en los próximos años, además de posicionarse como uno de los destinos turísticos más interesantes del continente asiático. Leer más…

En el mundo hay un suicidio cada 40 segundos: mueren más personas por esta causa que por conflictos bélicos. Los suicidas tienen especial predilección por los puentes. Pero en los países asiáticos, como Japón, el suicidio tiene un aire ritual y cool que convierte este acto en algo propio de jóvenes o ligado a lugares que adquieren tintes fúnebres y/o mágicos.

Como el bosque de Aokigahara, bajo el monte Fuji, en el que aparecen anualmente decenas de cuerpos de suicidas. Solo en 2002 se recogieron 78 cadáveres, cinco más que en 1998, año en el que se batió el récord. Porque suicidarse en el bosque de Aokigahara está terriblemente de moda.

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En el punto más al sur del gigante asiático se encuentra esta isla de algo más de 33.000 metros cuadrados que se ha convertido en el paraíso vacacional para muchos ciudadanos de la República Popular China. Los hoteles de lujo que empezaron a habitar la isla a partir de los años 90 se han convertido en refugio para parejas chinas recién casadas que buscan en esta parte de su país el marco perfecto para las fotos de su boda. Rusos con ganas de pasarlo demasiado bien, bases nucleares relativamente secretas y un centro de lanzamiento de satélites son otros de los atractivos del lugar. Leer más…

Cuando viajas en un transatlántico hay dos cosas que están desaconsejadas, tanto de pensamiento como de acto. La primera, ponerse en la proa y hacer el ganso con lo de “soy el rey del mundo” (versión single) y/o poner a tu novia con los brazos en cruz mientras la agarras románticamente desde atrás (versión ñoña).

La segunda es pensar en el hundimiento del Titanic (quizá la primera te lleva la segunda, no lo niego, porque muchos se refocilaron con la muerte de Leonardo DiCaprio). Sin embargo, voy a hacer una pequeña confesión. Después de la muerte de DiCaprio se sucede una escena que me emocionó. Incluso alguna lágrima rodó por mi mejilla.

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A lo largo del continente asiático la construcción de rascacielos y otros edificios sigue siendo imparable. En las últimas décadas el cambio de la fisonomía de las ciudades en esta parte del mundo ha sido dramático; el perfil que forman las estructuras más elevadas en las capitales del continente se define casi a diario. Para muchos medios el mejor skyline del mundo es el de Hong Kong (foto superior); la Región Administrativa Especial de la República Popular China dispone de decenas de lugares desde los que disparar una mala foto es casi imposible. Pero más allá de la ex colonia británica Asia ofrece otras siluetas imprescindible con las que maravillarse a cualquier hora del día, aunque con toda sinceridad mejor acercarse de noche para disfrutar de todo el colorido que desprenden los neones y otras luces en esta parte del planeta. Leer más…

En estas fechas tan entrañables de paz y amor nada como un post sobre el maravilloso mundo de la búsqueda de cariño, y en ocasiones algo más, por este rincón del mundo. Aquí cada país tiene sus propias costumbres a la hora del viejo arte de buscar un partner (o dos, tres…) para saciar las carencias afectivas; no tiene nada que ver el ligar por Tailandia que por Japón, por ejemplo. Leer más…

Ya de partida debo advertir que nunca he hecho turismo de crucero. Como concepto, no me atrae demasiado, aunque estoy dispuesto a cambiar de opinión si, tras probarlo, lo vivo de un modo, digamos, más sano, que David Foster Wallace. Pero eso os lo contaré dentro de un rato. Lo primero es lo primero. Y lo primero es saber dónde nació la idea de recorrer mundo en una suerte de micronación flotante.

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Colombia es un país que pasa de lo interesante a lo peculiar en un abrir y cerrar de ojos, con la misma facilidad que uno encuentra la mayor opulencia y la pobreza más deprimida solo con girar la cabeza. El espíritu caribeño del ‘me estás estresando‘ compite con la ‘berraquera‘ de la zona andina y paisa dando lugar a contrastes de lo más variopinto que no son más que una nueva manifestación del que es uno de los países más desiguales del mundo. Leer más…