James Bond, licencia para matar, no para saltarse semáforos
Si hay un personaje en el mundo del cine, los héroes y los supervillanos que guarda una especial relación con su coche ese es James Bond, sin ánimo de ofender a Batman y a su querido amigo Robin. El agente 007 convirtió en oro todo aquello que condujo, y desde James Bond contra Goldfinger (1964) los responsables de la franquicia se dieron cuenta de que resultaría tremendamente positivo asociar un modelo a cada film, actor y localización.
El coche no será sólo una joya que mostrar en la gran pantalla como reclamo publicitario sino que se convierte en una seña de identidad del estilo británico. Bond, siempre guardando la compostura, ve su personalidad representada en el garaje de vehículos que ha disfrutado. Leer más…
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