Normalmente las motos no están concebidas para realizar grandes viajes de aventura como por ejemplo una vuelta al mundo. Las hay que se adaptan mejor al tráfico urbano, o a su uso en circuito, o simplemente a dar paseos disfrutando tranquilamente del paisaje. Pero muy pocas motos están preparadas para aguantar la dureza de un viaje de aventura en cualquier parte del mundo. Sin lugar a dudas, hay varios modelos que se han convertido por derecho propio en la imagen de cualquier viaje de aventura, siendo casi siempre estos, los elegidos por los motoristas aventureros para llevar a cabo las más duras rutas por cualquier país del planeta. Así, de entre todas ellas hay dos motos que destacan por ser las más frecuentemente elegidas, BMW 1200 GS y KTM Adventure. José Angel Albarrán “Albi” Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca y enfermo de las motos, como él se califica. Ha practicado todas las modalidades posibles de este deporte. Actualmente es editor de Motorpasión Moto y buena parte de su tiempo libre lo reparte escribiendo sobre motos y montando en ellas. Puedes seguirle a través de twitter @yoalbi Antes de todo tendremos que aclarar que dependiendo del tipo de viaje de aventura que nos planteemos realizar, nos podremos decantar por diferentes monturas que se acomoden mejor al terreno que vayamos a recorrer. Así, si nuestro viaje discurre por Europa podremos elegir modelos, más cómodos que devorarán kilómetros con facilidad y comodidad para el piloto como la Yamaha FJR 1300, la Kawasaki 1400 GTR o la BMW K1300 GT. Siempre que nuestros viajes sean por asfalto. Ahora, si el viaje va a ser más extremo y tenemos pensado pisar poco o nada el asfalto complicándonos atravesando zonas muy arenosas, como el desierto del Erg Chebbi o zonas pantanosas o embarradas tendremos que recurrir a modelos mucho menos pesados con motos más tipo enduro para poder cumplir nuestro objetivo como la KTM 450 Exc, la Honda XR 650, o la Yamaha XT 600. BMW 1200 GS; un concepto con más de 30 años de historia Pero sin lugar a dudas el modelo más polivalente, usado incluso por los más famosos y televisivos aventureros en moto, Ewan McGregor y Charley Boorman en su documental “Long way round“, hasta los mejores aventureros patrios como Miguel Silvestre usan para su aventuras en cualquier lugar del mundo la BMW 1200 GS. Así las siglas GS que acompañan a algunos modelos de las motos BMW desde hace más de tres décadas y que se presentaba en aquella época como una trail multiusos, práctica, aventurera y fiable. Siguen conservando a día de hoy gran parte de esta filosofía en los actuales cuatro modelos que llevan la inscripción GS. Por supuesto el modelo ha ido evolucionando en estos 30 años no solo con las novedades técnicas que han ido incorporando sino en la propia concepción de la moto. [...]
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]]>Antes de que Magic Johnson y Larry Bird llevaran la rivalidad entre Lakers y Celtics a nuevas cotas, poularizando de paso hasta lo indecible la NBA tanto en Estados Unidos como fuera, los angelinos ya estuvieron involucrados en un par de Finales que, con el tiempo, se han convertido en clásicas dentro de la historia de la liga, y no sólo por el nivel del baloncesto desplegado en ellas. En ambas series por el título, celebradas en 1972 y 1973, se enfrentaban los Lakers y los Knicks en un duelo que, como ocurre muchas veces, iba más allá de lo deportivo. Las dos grandes metrópolis del país, Los Ángeles y Nueva York, iban a verse las caras representadas por dos equipos que encarnaban distintos modos de ver el baloncesto, del juego ofensivo de los Lakers al acento en la defensa de los Knicks, y cuyas estrellas eran unas personalidades de las que apenas se ven ya en la NBA. Porque junto a chicos poco dados a las salidas de tono fuera de la cancha, como el Laker Jerry West y el Knick Dave DeBusschere (que sobre el parqué se transformaban en feroces competidores), se veía a otros a los que les gustaba vestir a la última, codearse con la “gente guapa” de la época en las mejores fiestas y acaparar portadas no sólo por su juego estelar. En los Knicks, el rey del estilo era Walt Frazier, su base titular, mientras en los Lakers, el gran personaje era Wilt Chamberlain, el hombre que fue obligando a la NBA a cambiar reglas para impedir su insultante dominio físico en la cancha, el de los 100 puntos en un partido cuando estaba en los Philadelphia Warriors, y el que mejor encarnaba la expresión bigger than life. Hasta llegó a aparecer en la película ‘Conan, el Destructor‘. Frazier, que era un genuino floor general, un base que dirigía a los Knicks sobre la cancha con una visión de juego envidiable, también era el que marcaba estilo en el vestuario, con su querencia por los sombreros, los trajes de tres piezas y los abrigos largos. De hecho, su vestimenta y, especialmente, su afición por los sombreros hizo que se ganara el apodo de Clyde en referencia a Clyde Barrow, el célebre ladrón de bancos de la época de la Depresión que Warren Beatty había interpretado en el cine el mismo año que los Knicks eligieron a Frazier en el draft. Pero Walt era mucho más que trajes y sombreros, y las Finales de 1973 lo demostraron. Los Lakers habían ganado en 1972, en el segundo enfrentamiento por el anillo de campeón entre ambos equipos, y los neoyorquinos querían revancha. Las Finales de 1973 serían las terceras entre Lakers y Knicks en cuatro años, y las que debían romper el empate entre ellos (en 1970 vencieron los del Madison Square Garden). La rivalidad, por supuesto, [...]
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]]>Viajar a la India es una experiencia inolvidable porque, al margen de lo que te traten de vender en las agencias de viajes, nunca sabes lo que te vas a encontrar en ese sorprendente país. Cada día es una nueva aventura y durante mi estancia allí en 1999 lo que menos podíamos imaginarnos, una mañana al salir del hotel, es que acabaríamos asistiendo a dos bodas. En realidad no es tan difícil y es que los hindúes celebran sus bodas en las épocas propicias calculadas por el sacerdote, que teniendo en cuanta variables como la posición de los astros, dictamina cual es el día más favorable para casarse. Si a esto sumamos su gran población de más de mil cien millones de habitantes, podéis imaginaros la cantidad de bodas que se pueden celebrar en un mismo día. Luego nos quejamos aquí de que no pillamos iglesia o restaurante. Jorge Díaz, es creativo publicitario y compagina su profesión escribiendo en varios blogs de Weblogs SL, siendo coordinador y editor de Compradicción y editor de Hipersónica y eBayers. Sus dos grandes pasiones son la música y los viajes, ha recorrido los cinco continentes buscando gentes, costumbres y culturas más que bonitas fotos de postal. Puedes seguirlo en Twitter en @koalalala Una gran fiesta de música y color Las bodas en la India no solo suponen la unión de los novios, sino también la de sus familias, y pocos rituales son capaces de albergar tanto simbolismo y tradición concentrado en varios días de celebración y auténtica fiesta. Una procesión de música y color, una multitud de gente siguiendo al novio montado a lomos de un caballo blanco, nos avisó que estábamos presenciando un baraat que no es más que el desfile del novio y sus invitados hasta la casa de la novia, que tiene lugar al día siguiente de la petición de mano. Ante nuestra cara de asombro al ver tal espectáculo nos invitaron a seguirles y nosotros no lo dudamos. Lo que no sabíamos es que cada dos pasos se paraban a bailar y todos estaban empeñados en que imitáramos sus movimientos. Pues nada, a bailar. ¿Y tú de parte de quien vienes, del novio o de la novia? Ya en casa de la novia todo estaba decorado para la ocasión con un gran arco de colores que nos daba la bienvenida. En el centro de un gran salón comenzó el ritual de entrega de ofrendas como todo tipo de frutas, incienso y dinero y el sacerdote les colocaba unas extrañas coronas en la cabeza con unos flecos que ocultaban su rostro. Lógicamente no nos enterábamos de nada, pero los invitados no dejaban de acercarse a nosotros, sacarse fotos a nuestro lado e incluso la única cámara de vídeo que había parecía que se centraba más en grabarnos a nosotros que a los propios novios. Después nos explicaron que para ellos era [...]
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]]>La experiencia de saltar de un avión al vacío se puede vivir de formas muy variadas. Entre el vértigo y el miedo inicial de muchos iniciados, hasta la calma de quienes ya son veteranos en la aventura de estar solos en el cielo en plena caída. Los protagonistas de hoy son estos últimos quienes elaboran un vídeo de esos que nada más ver dan ganas de emular. Piel saludable. Esta semana nos quedamos con Vita Lift 5 como el producto a recomendar ya que con el cuidamos nuestra piel de forma fácil y sencilla en unos pocos segundos cada día. Segundos que a su vez nos evitan añadirnos unos años más a nuestro rostro. La aventura de surcar los cielos al tiempo que se practican distintas acrobacias mientras distintas cámaras van grabando todo lo ocurrido para finalmente montarlo a cámara lenta. Parece sencillo al ver imágenes tan impresionantes como las de este vídeo. Como si estuviese al alcance de todos tales experiencias extremas. El trabajo de realización es perfecto, de una calidad asombrosa y el montaje de tales escenas es muy adecuado para crear el clímax de envidia hacia unos campeones del mundo en paracaidismo como son Fred Fugen y Vince Reffett en Melburne, Australia. En 1001 Experiencias | Los Vengadores, los héroes más poderosos del cine En 1001 Experiencias | El puenting para liberar tensiones
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]]>Con casi 36 años, Fernando Moran Escudero (27 de abril de 1976, Madrid), futbolísticamente conocido como “Morán”, es el jugador incansable. Su objetivo es llegar a los 500 partidos, y está apunto de lograrlo. Actualmente milita en el Nàstic de Tarragona, en Segunda División, y es el máximo goleador de su equipo, a pesar de ser centrocampista, con siete goles, con los que el veterano tira de su equipo para lograr la salvación. En las distancias cortas, Morán es un hombre con una sonrisa permanente en su rostro. Sus grandes pasiones, además del fútbol, son las música y especialemtne su familia. Te formaste en las categorías inferiores del Real Madrid. ¿Qué recuerdas de aquella etapa? Fue una etapa muy bonita pero algo dura porque entrenábamos mucho y cada año debías superar muchas pruebas para ir escalando de categoría. En el Real Madrid aprendí a ser futbolista, y también me enseñó a superarme y a ser constante. Tu carrera deportiva ha pasado por muchos equipos, pero sin duda el Racing de Santander ha sido el principal. ¿Podemos decir que ahí creciste como jugador? En el Racing de Santander aprendí a ser profesional, a saber que detrás de los equipos hay aficiones y que por ellos debes pelear, luchar, cuidarte, y en definitiva progresar por diferentes objetivos. Mi objetivo es llegar a jugar 500 partidos como profesional. ¿Qué se siente estar en Segunda División y subir a primera? Eso te ocurrió con el Racing en la temporada 2001-2002. En realidad fue volver a Primera. Había jugado dos temporadas con el Racing en Primera División pero tuvimos la mala suerte de descender. Afortunadamente volvimos a ascender al año siguiente y fue un momento muy emotivo ver tanta gente volcada con su equipo. Tienes 35 años, a punto de cumplir los 36 y sigues en activo. Actualmente eres el máximo goleador de tu equipo actual, el Gimnàstic de Tarragona. ¿Cómo lo haces? Pues la verdad que siempre se necesita algo de suerte. En mi carrera deportiva no he tenido lesiones muy graves, lo que hace que el cuerpo pueda aguantar mejor. No obstante soy una persona que no suelo salir de noche y llevo una dieta equilibrada. Eso me ayuda al menos a sentirme mejor en el campo. ¿Te ves capacitado para estar un año más jugando? Tengo un año más de contrato con el Nàstic, aunque supeditado a mantener la categoría. Ahora me encuentro muy bien, así que mi objetivo es llegar a jugar 500 partidos como profesional. ¿Crees posible la salvación del Nàstic de Tarragona? Vamos a intentarlo… sabemos que es difícil pero vamos a luchar a muerte. Tienes dos pasiones, el fútbol y la música…eres batería del grupo Hacia Donde. ¿Cómo las combinas? La música me viene muy bien para desconectar y para luego entrenar más fuerte. En épocas de descanso o en Navidad quedo con estos amigos y tocamos algunos temas… es algo que [...]
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]]>No es ninguna leyenda urbana: él mismo lo reconoció en su biografía. Burt Lancaster confesó que el momento más terrorífico de toda su carrera fue, cuando rodando ‘De aquí a la eternidad’, trabajó por vez primera con Montgomery Clift. Así es. Ni acrobacias, ni escenas de riesgo o diálogos eternos. La única vez que tuve miedo como actor, decía, fue en esa escena. Y era mía. Yo era un sargento y le daba órdenes. Él era solo un soldado. Cuando empezamos a filmar mis rodillas me fallaron. Estaba temblando. Me daba miedo pensar que alguien podía notarlo y cortar la toma pero lo que me aterraba de verdad era saber que se me comía en pantalla sin hacer nada. Ahí es nada. Hacerle temblar las piernas a uno de los mejores saltimbanquis que ha brincado en Hollywood. Y es que Burt Lancaster estaba en lo cierto: Montgomery Clift se comía la pantalla. La devoraba, atrapaba al espectador con su capacidad para hacer evidente el sufrimiento, la tortura que vivía su personaje. Lo malo del caso es que, tratándose como se trataba de uno de los grandes del método, ese dolor era, muchas veces, real. Tan real como comprobar que, hoy, Clift sea, quizás, el menos valorado de los actores de su quinta cuando, paradojicamente –o puede que no tanto– fue el más respetado, admirado (y en el caso de Lancaster, temido) de su generación. Elizabeth Taylor, con la que trabajó en cuatro ocasiones, lo adoraba. James Dean decía que su propósito como actor era encontrar una tercera vía, una en la que la rabia salvaje de Marlon Brando conviviese con la sensación de desamparo y necesidad de protección que despertaba Monty. Incluso en alguien tan desprotegida e insegura como Marilyn Monroe, que comentaba que sin importar como estuviera ella, siempre sabía que Monty iba a estar peor. Extraño, ¿no? Más si tenemos en cuenta que no es que su talento no fuera reconocido. Clift es uno de los pocos actores –el resto se cuentan con los dedos de una mano– en ser nominados al Oscar por su primer papel. Fue en 1948 por ‘Los ángeles perdidos’, a la que siguieron tres más (‘Un lugar en el sol’, ‘De aquí a la eternidad’ y ‘¿Vencedores o vencidos?’). Vale, no ganó nunca pero ¿quién necesita un premio cuando se tiene esa mirada? Monty era una rara avis en Hollywood: un actorazo con el rostro de un galán. Una combinación ganadora que, desaparecido James Dean y con Paul Newman aún por cuajar, esos días solo tenía Marlon Brando. Hasta una noche. La noche del 12 de abril de 1956 Monty sufrió un accidente de coche en el que casi pierde la vida y cuyas secuelas sufriría hasta su muerte. Saliendo de una fiesta de casa de Liz Taylor, Clift, que hacía años que no conducía, perdió el control de su coche y chocó [...]
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]]>Cuando me desperté en mi habitación de la Kathmandu Guest House abrí el correo electrónico. Tenía un mensaje de mi madre de setenta y cuatro años. Como todo en ella, era sintético y fatídico. “Hijo, he visto en el blog que has llegado a Nepal en tu vuelta al mundo tras los exploradores olvidados. Necesitas buenas fotos en el Annapurna. Te haré de fotógrafa. Llego mañana. Llevaré mi casco y el equipo de motorista.” Como acostumbra a hacer, la decisión estaba tomada y no admitía apelación posible. El correo me dejó algo desconcertado, preso de emociones contradictorias. Por un lado me hacía ilusión verla, pues llevo ocho meses fuera de España viviendo con lo poco que cabe en las maletas de una motocicleta, pero la idea de recorrer las terribles carreteras asiáticas de alta montaña con mi madre de paquete me inquietaba sobremanera. Miquel Silvestre es escritor, viajero y gran bebedor de cerveza. Ha recorrido en motocicleta más de 85 países tras las huellas de los exploradores españoles menos conocidos para tratar de rescatar el recuerdo de una épica de quijotes, santos y locos. Además de numerosas obras de ficción ha publicado dos libros de viajes: Un millón de piedras con 15.000 kilómetros africanos en su interior y Europa Low Cost, o como recorrer el viejo continente en moto sin pedir vacaciones ni arruinarse. Puedes seguir sus tropezones por el mundo en Un Millón de Piedras y en Twitter en @MiquelSilvestre. Cuando voy a recogerla al aeropuerto internacional de Tribhuvan me encuentro con una multitudinaria marcha motorizada por un estado sherpa independiente. Aquí cuando no hay una huelga, un corte de suministro o una algarada, hay una manifestación. Tras la guerra civil, Nepal es una curiosa república dividida entre dos poderes. El Gobierno y los maoistas. Lo curioso es que los maoistas hoy son también miembros del Gobierno, lo que no impide que prosigan sus protestas contra los cortes de energía eléctrica o el incremento del precio de la gasolina que el propio Ejecutivo decreta. Ni tampoco los “ilegales” peajes en las carreteras principales para sufragar las necesidades de la comunidad popular de turno. Como temo que la política haga que llegue tarde, me sumo a la marcha enarbolando uno de sus rojos gallardetes reivindicativos. Inmediatamente, cabalgando sobre mi enorme motocicleta extranjera, me convierto en el héroe de la lucha por un estado sherpa. Y así, mientras mis compañeros de lucha toman fotos del nuevo camarada, voy ganando posiciones hasta ponerme en cabeza. Una vez allí, acelero a fondo para llegar hasta el aeródromo dejando detrás de mí una serpiente de banderas rojas y pequeñas motos chinas. En entrada del recinto aeroportuario esperan unos militares en un puesto de control. Antes de pasar la preceptiva revisión, guardo la roja banderola y olvido la causa que tan fervientemente he defendido minutos antes. Pero es que ahora debo enfrentarme a otro poder [...]
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]]>El cine, en toda su existencia —y podemos considerarlo sin ningún tipo de duda como un arte muy joven— se ha dedicado a contarnos historias de la más diversa índole destinadas a todo tipo de público. Un público que se acerca siempre con curiosidad a una pantalla para introducirse en un mundo totalmente alejado del nuestro, a pesar de que en realidad es un reflejo del mismo. Todas y cada una de las características del ser humano han quedado impresas de un modo u otro en infinidad de buenas y grandes películas —en las malas también, pero hay que obviarlas, con sufrirlas llega—, y sin duda el interés por lo prohibido, por lo malvado, por ese lado oscuro que todo ser humano posee, es el mayor de todos. Alfred Hitchcock solía decir que una película valía lo que el malvado de la misma valía, y entre todos los grandes malvados de la historia del cine hay uno realmente peculiar que sirvió de inspiración a cineastas posteriores: Harry Powell, al que dio vida un inmenso Robert Mitchum. ‘La noche del cazador’ (‘Night of the Hunter’, 1955) fue la única película como realizador de Charles Laughton, excelente intérprete al que le debemos algunas interpretaciones memorables, tal es el caso de films como ‘Esta tierra es mía’ (‘This Land is Mine’, Jean Renoir, 1943) o ‘Testigo de cargo’ (‘Witness for the Prosecution’, Billy Wilder, 1957), y que no volvió a sentarse en la silla de director —‘Los desnudos y los muertos’ (‘The Naked and the Dea’, Raoul Walsh, 1958) iba a ser su segundo largometraje— a causa de la mala recepción por parte de crítica y público que tuvo el film. El tiempo, como casi siempre, pone las cosas en su sitio, y hoy día ‘La noche del cazador’ se erige como uno de los monumentos más impresionantes del séptimo arte. Dejando a un lado la labor de Laughton tras las cámaras, que está llena de hallazgos, una de las claves de su calidad es sin duda la composición de Mitchum en el papel de un predicador muy peculiar. Harry Powell es un falso reverendo en la época de la Gran Depresión de los Estados Unidos, y utiliza sin compasión a la gente dedicándose a matar viudas de las que se aprovecha económicamente. El, como cualquier católico o creyente, le reza y le habla a Dios, pero de una forma realmente extraña y peligrosa. Sus temas de conversación con el creador tienen más que ver con la muerte que con la vida, al interpretar las escrituras de una forma totalmente equivocada y para servicio propio, subrayando así el carácter egoísta del ser humano. Un hombre de Dios cuya vestimenta ya es todo un icono cinematográfico, siempre de negro, con un sombrero, su biblia, una navaja y cómo no, las archifamosas palabras tatutadas en los dedos “Hate” (odio), en la mano izquierda, y “Love” [...]
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]]>Ellos son, simplemente, los Héroes más Poderosos de la Tierra; al menos eso reza el lema de la colección que les vio nacer en 1963. Son Los Vengadores, un grupo de héroes de la factoría Marvel que lleva casi cincuenta años en activo. El próximo 27 de abril Disney estrenará en España (y parte de Europa) la película ‘Los Vengadores‘ que culmina más de un lustro de preparación y presentación de los personajes que la conforman (algo parecido a lo que pasó en los cómics). ¿Pero quiénes son ellos? Si me lo permitís me gustaría repasar, brevemente, el transfondo en el cómic de los personajes que protagonizarán ‘Los Vengadores’. Iron Man (Tony Stark) Multimillonario, playboy, magnate de la industria tecnológica y armamentística, ingeniero brillante y un hombre muy pagado de sí mismo. Así es Tony Stark y su cerebro y habilidades hace que sea un hombre muy valioso en su campo. Quizás por eso fuera secuestrado por una facción enemiga que le exigía crear un arma destructiva para acabar con EEUU. Herido muy gravemente, con su corazón muy dañado, Stark se las ingeniaría para construir una armadura con soporte vital que le permitiría no solo escapar sino luchar contra sus enemigos. Una vez liberado y convertido en Iron Man, Tony empezaría una lucha contra lo antiamericano, hijo de la Guerra Fría cómo es. Iron Man es miembro fundador de Los Vengadores, así como su principal mecenas (mansión, equipamiento, la Torre y otras cosas salen de su bolsillo) y líder ocasional del grupo que le ha ayudado en sus momentos más bajos (como su problema con el alcohol) y el temperamento algo peligroso que puede llegar a tener. Capitán América (Steve Rogers) Si Tony Stark es el hombre de ciencia el Capitán América es el hombre de fé. Es más, el Capi representa por completo el Espíritu de Los Vengadores. Steve Rogers era un joven, estudiante de bellas artes, ilusionado por unirse al ejército para luchar contra el eje. Lástima que fuera todo un cuadro: enclenque, asmático… vamos, de todo menos apto para el servicio. Su determinación llamó la atención del ejército quien le dió la oportunidad de participar en la Operación Renacimiento, en el cual el Doctor Erskine experimentaba con el suero supersoldado, destinado a aumentar las capacidades físicas y mentales de quien lo recibe. Rogers no sería su primer especimen pero sí el más exitoso. El que abanderado con las barras y estrellas ayudaría a las tropas aliadas a derrotar al Eje. Tras una última misión el Capitán América desaparecería en combate durante años; hasta que fuese rescatado (y descongelado) por Los Vengadores en las gélidas aguas del Atlántico Norte. El Capitán América se convierte en un elemento clave, líder natural de Los Vengadores y, a su vez, un hombre fuera de su tiempo. Thor Un dios desterrado que lucha por honrar su categoría divina. Thor es dios del [...]
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]]>Fue en verano de 2009 cuando, de visita en casa de una amiga en Bélgica, decidimos escaparnos unos días dirección a Polonia. Teníamos cuatro días por delante, y también queríamos visitar Berlín y Praga. A priori parecía un plan demasiado estresante para unas vacaciones, pero el hecho de que Alemania no tenga límite de velocidad ayuda a la hora de recortar distancias. Circular a más de 200 km/h por una autopista por el carril izquierdo y ver cómo un coche te hace ráfagas para que te apartes, como si fueras lento, no tiene precio. Tanta locura motorizada estaba despertando la sed de velocidad a un amante de la misma como soy, así que de vuelta a Bélgica decidí de manera unilateral que debía pasar por el circuito de Nürburgring, en el oeste de Alemania, a dar una vuelta a tan mítico trazado. Ignasi Calvo es Músico y diseñador web a partes iguales. Nacido en Barcelona el 1982, es titulado en técnico de sonido y trabaja como freelance desarrollando proyectos web. Otra de sus grandes pasiones es viajar, contando con numerosos kilómetros en sus espaldas. El circuito de Nodschliefe, situado en la localidad de Nürburg, es uno de los trazados con más historia en el mundo de los deportes del motor. Conocido como el “Infierno Verde”, su revirado trazado de unos 22 kilómetros discurre entre bosques y colinas en plena naturaleza. Un Infierno Verde en el que antaño los monoplazas de Fórmula 1 volaban por conseguir la primera posición. Hoy en día la Fórmula 1 no compite en el trazado completo, sino en un circuito auxiliar construido al lado que no comparte más que un muro con el antiguo circuito, pero otras competiciones sí que usan el trazado antiguo. Y lo mejor de todo: está abierto al público general. Y volver a Bélgica por la autopista alemana, ver el desvío al circuito (junto a la carretera) y no parar, no era una opción a contemplar. Llegando al circuito por la carretera que da acceso al mismo ya se respiraba el olor a gasolina y velocidad. En algunos puntos de la carretera se podía ver el circuito, y veías a gente en el exterior del trazado mirando hacia la pista, contemplando los coches correr en caos. Cuando por fin encontramos el punto de acceso al trazado, aparcamos y compramos nuestros tíquets. Había tarifas de todo tipo: una vuelta (unos 22 EUR, un euro por kilómetro), dos vueltas, cinco, packs mensuales, semanales, bonos semestrales y anuales. Incluso había pilotos con coches preparados para competir que te ofrecían vueltas como copiloto a distintos precios: desde los más baratos (Renaults Clio o Opel Corsa a unos 200 EUR la vuelta) hasta los más caros (imponentes Dodge Víper de 500 caballos de potencia, a 600 EUR la vuelta). Nosotros optamos por una simple vuelta con nuestro Seat León del 98. La intención no era competir, sino rodar por [...]
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