El E3 2013 será el peor de la historia
Yo, como hardcore gamer de toda la vida, he de reconocer que no me gusta la Electronic Entertainment Expo, más conocida como “el E3” —sí, con cambio de género incluido—. Algo así no le puede gustar a nadie. Y aquí estamos, esperando a que el evento dé comienzo de una maldita vez para conocer, por fin, los secretos más oscuros de las consolas de nueva generación: la PS4 y la Xbox One. Y por eso va a ser el peor. El más gordo, pero el peor.
Manda narices que las compañías nos cojan por la entrepierna, apretando de forma salvaje, y nos obliguen a pasar por el aro del E3. Año tras año, un buen puñado de empresas de videojuegos van tejiendo estrategias de comunicación que incluyen esconder mucho de esto y un poco de aquello para soltarlo todo, con música épica de fondo, en el escenario del E3. Por el camino se produce alguna que otra filtración, fuga de información o, simplemente, un “vamos a hacer como que tenemos un topo, que a los jugadores les encanta toda esta mierda, jejeje”.
El formato del E3 tiene que cambiar. Los hardcore gamers, aunque pueda parecer lo contrario, tenemos vida social. No podemos estar un lunes pendientes durante horas y horas de lo que cuatro o cinco compañías nos quieran contar. Ya está bien de guardar la información en un cajón para soltarla de golpe en un rato. Ya está bien de conferencias sosas y aburridas repletas de gente que hace como que juega pero que, en realidad, da vergüenza ajena. Ya está bien, ¿eh? El formato del E3 está más que muerto. Eso sí, la semana que viene ahí estaremos. Puntuales como un clavo y con la boca bien abierta para tragar con lo que sea.
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