Despídete de tu ordenador porque desaparecerá, la voz tendrá el poder
Controlar los gadgets en plan Tom Cruise en Minority Report es un pasada. Hablarle a la pantalla, mover los brazos como si estuviéramos dando bofetones a cámara lenta, mola. Mola mucho. Llevamos años diciendo que todo esto es el futuro pero esto ya es el presente.
Llegas a tu casa, mueves el brazo por delante de la lámpara para encenderla. Pones el ordenador encima de una mesa y te dice lo que contiene, quizá todavía falta para que nos sirva un Martini o una cerveza bien fría pero todo apunta a que dentro de poco nos despediremos del ordenador.
Ahora sólo falta que los proyectores holográficos que vimos hace unas semanas también sean una realidad. Queremos pantallas flotantes en el aire donde leer nuestros tweets y ver las últimas fotos de Rihanna, lo queremos no sólo porque sea útil sino, simplemente, porque es alucinante.
Este es el futuro que nos merecemos. Quizá no nos anticiparemos a los crímenes, como hacía el bueno de Tom pero fardaremos más que él en el momento en el que hagamos un gesto con la mano a la mini cadena, empiece a sonar Marvin Gaye y le hagamos un guiño a nuestra chica: nena, este es el futuro.
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