Regresa esta semana la Liga de Campeones y lo hace por todo lo alto, con un duelo entre dos de los históricos de la competición, Real Madrid y Manchester United. Será el quinto acto de una disputa que echó a andar allá por 1957 y ha vivido partidos intensos y apasionantes. En tres de las cuatro ocasiones anteriores, el que salió victorioso del envite terminó levantando la copa de las orejas en la gran final. Pocos enfrentamientos como éste desprenden ese aroma a historia y tradición, al fútbol de las grandes citas. Nueve Copas de Europa lucen en las vitrinas de unos, tres en las de los otros. Di Stefano, Kopa, Duncan Edwards, Bobby Charlton, George Best, Denis Law, Velázquez, Ronaldo, Raúl, Redondo, Giggs, Scholes. Nombres que son ya historia del fútbol y que llenaron estos duelos de momentos inolvidables.

El Madrid de Di Stefano contra los ‘Busby Babes’

El primer cruce llegó en 1957, en las semifinales de la segunda edición de la Copa de Europa. El Real Madrid había ganado la primera tras imponerse en la final al Stade de Reims, mientras que el club de Manchester se estrenaba en la competición. Se trataba de un choque entre dos equipos maravillosos. Por un lado, el Madrid de Di Stéfano, Kopa y Gento que empezaba a marcar una época en Europa. Por otro, el United de los “Busby Babes”, una joven plantilla plena de talento, entrenada por Matt Busby y liderada por Duncan Edwards, donde empezaba a destacar un chaval de 19 años llamado Bobby Charlton.

En la ida, disputada en el Santiago Bernabéu, el Madrid dominó y logró una victoria por 3-1, un resultado que, no obstante, dejaba todo abierto. En Old Trafford, el Madrid ya había marcado dos goles pasada la media hora de juego. El posterior empuje de los red devils no fue suficiente y el 2-2 final otorgó a los blancos el pase a la final, que se disputaría en el Bernabéu. Allí, la victoria por 2-0 frente a la Fiorentina significó la segunda Copa consecutiva para el Madrid, continuando una era triunfal que aún duraría unos cuantos años. El destino no fue tan benévolo con aquel fantástico Manchester United. Menos de un año después, ocho de los jugadores de ese equipo fallecían en Múnich en un accidente aéreo, cuando regresaban de Belgrado tras jugar un partido de Copa de Europa contra el Estrella Roja. Un tremendo mazazo para el equipo inglés y para el fútbol.

El autogol de Zoco

Cuando se volvieron a ver la caras, once años después, de nuevo en semifinales, ambos equipos volvían a estar en la élite del fútbol europeo. El Real Madrid había ganado la sexta Copa de Europa un par de años antes, de mano del equipo yeyé de Velazquez, Amancio, Sanchís y Grosso, superando el vacío dejado por el declive de la insuperable generación de las cinco Copas consecutivas, la de Di Stéfano, Puskas y compañía. Por su parte, el United despertaba del aturdimiento en que había quedado comprensiblemente sumido tras la tragedia de Múnich. Con Matt Busby en el banquillo y la Santísima Trinidad formada por George Best, Denis Law y Bobby Charlton, superviviente de la tragedia de Múnich, en el césped, el Manchester estaba de vuelta.

El solitario gol de Best en el minuto 36 del partido de ida en Old Trafford no plasmó con fidelidad el dominio del United en aquel choque. El Madrid pudo salir goleado, pero escapó vivo de Manchester, lo que hacía concebir esperanzas de cara a la vuelta en el Bernabéu. Más aun cuando al descanso el marcador era ya 3-1 favorable a los blancos, con goles de Pirri, Gento y Amancio que reflejaban el dominio blanco durante esos primeros 45 minutos. Sólo un desgraciado gol en propia puerta de Zoco, al intentar despejar un balón colgado al área, daba aire a los ingleses. Sin embargo, en la segunda mitad cambió en panorama. Un inoperante Real Madrid no supo defender el resultado y los goles de Sadler y Foulkes dieron al United la clasificación para la final, donde batieron al Benfica para levantar la primera Copa de Europa de su historia.

El taconazo de Redondo

La eliminatoria de 2000 será recordada para siempre por el taconazo de Fernando Redondo en Old Trafford. El United venía de ganar el trofeo el año anterior, en los minutos de descuento más esquizofrénicos que ha conocido el fútbol. El conjunto blanco, en cambio, llegaba inmerso en dudas, en una de sus recurrentes crisis. El bombo emparejó a ambos en cuartos. El empate sin goles de la ida, en el Santiago Bernabéu, no hacía sino ahondar en el favoritismo de los ingleses. Sin embargo, en la vuelta, sucedieron cosas inesperadas.

Porque inesperado fue que, mediado el primer tiempo, Roy Keane, el seguro y férreo mediocentro del equipo mancuniano, rematara al fondo de su propia red un inocente centro de McManaman. Inesperado fue también que Redondo abandonara por una vez su posición en la medular y, olvidando sus obligaciones tácticas, recordara sus tiempos en el Tenerife llegando a línea de fondo. El taconazo más célebre de la historia reciente del madridismo dejó a Berg clavado y a Raúl solo ante la puerta. El Madrid ponía rumbo a la octava.

El hat-trick de Ronaldo

Tres años después, el bombo volvía a emparejar los dos clubes. Sobre el césped, muchos de los protagonistas del enfrentamiento anterior, pero también alguna cara nueva. Ya no estaba Redondo, el héroe de Old Trafford, medio retirado en Milán por culpa de las lesiones, pero Florentino había fichado a Ronaldo Nazario para reforzar una plantilla que acababa de ser campeona de Europa en Glasgow. En el partido de ida, jugado de nuevo en el Bernabéu, el Madrid desplegó un gran juego y logró una victoria cómoda por 3-1, con gol de Figo y doblete de Raúl. La vuelta pasó a la historia por el hat-trick de Ronaldo en un partido monumental, una de esas noches europeas de fútbol con mayúsculas, un tú a tú entre dos equipos soberbios. La victoria local por 4-3 no fue suficiente y el Madrid pasó a semifinales. Allí se tropezó con la Juventus de Nedved y comenzó su particular travesía del desierto por Europa, pero esa es ya otra historia.

Foto | cronologiafutbolistica
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