La maldición Spielberg
Todos los actores se rifan trabajar para Steven Spielberg. ¿Todos? ¡No! Sólo aquellos irreductibles intérpretes a los que no les importa renunciar a cualquier opción de ganar un Oscar. Y es que el director de ‘E.T. El extraterrestre’ (1982) puede llevar un dignísimo promedio de un 23 por ciento en lo que a nominaciones y Oscars se refiere –3 estatuillas, dos como director y una como productor, de un total de 13 candidaturas–, pero el porcentaje de éxito de sus actores es aún más destacable: un 0 por ciento. Hasta la semana pasada, nueve intérpretes habían sido nominados por su trabajo en un film de Spielberg… Ninguno de ellos se alzó nunca con el Oscar. Eso es lo que nos dice la historia, lo que muchos han llamado ‘La maldición Spielberg’ pero como diría Marty McFly, la historia va a cambiar.
La primera ironía del asunto es que probablemente lo haga con un film histórico, ‘Lincoln’, y de la mano de alguien camino de realizar una hazaña tan bélica como legendaria, Daniel Day-Lewis. Spielberg nos obliga a actualizar el marcador de nominaciones con el que posiblemente sea el film más problemático de su carrera, una cinta que ha gestado durante más de una década y que a punto estuvo de irse al garete en un par de ocasiones.
La primera fue cuando Liam Neeson, a quién Spielberg confió el rol de Abraham Lincoln después de desestimar a Day-Lewis, abandonara el barco por considerarse demasiado mayor para encarnar al 16º presidente de los Estados Unidos. La segunda, cuando el mismo Day-Lewis rechazó el rol. Sea como fuere, con ‘Lincoln’ Spielberg consigue su 15ª candidatura, la octava a Mejor Película y la séptima como Mejor Director, una categoría en la que ha sido nominado al menos una vez por década desde los años 70. Una estadística impresionante que, sin embargo, no borra uno de los lunares más destacados de su currículum. Porque de la misma manera que el legendario gol de Pelé nunca entró, la primera nominación de Spielberg nunca llegó.
La segunda ironía del caso es cortesía del llamado a finiquitar la maldición Spielberg. Como los últimos Batman, Spider-Man y Superman, es un actor británico –o británico e irlandés, si queremos ser académicamente correctos– el encargado de encarnar a uno de los grandes héroes americanos, Abraham Lincoln. Los cien por cien estadounidenses Tommy Lee Jones y Sally Field completan el trío de nominaciones en el terreno interpretativo de la cinta, alzando la cifra final de actores candidatos por films de Spielberg a 12. Pero ¿Cómo hemos llegado a esta docena?
Melinda Dillon, nominada a Mejor Actriz Secundaria por ‘Encuentros en la tercera fase’ (1977), Whoopi Goldberg, Mejor Actriz, Margaret Avery y esa Oprah Winfrey en la categoría de reparto –las tres por ‘El color púrpura’ (1985), una de las cintas más ninguneadas en la historia de los premios con 11 nominaciones y cero-niente premios–, completaban hasta la fecha el cuarteto de intérpretes femeninas candidatas, algo con lo que podríamos llegar a convenir que Spielberg, un poco a la manera de Pedro Almodóvar, era en los 70 y 80 un director de actrices. No fue hasta 1993 que consiguió añadir a actores a su lista de eternos candidatos.
Liam Neeson, como Mejor Actor, y Ralph Fiennes –que partía como gran favorito en la pugna a Mejor Actor Secundario y que vio como, ironías de la vida, Tommy Lee Jones (‘El fugitivo’) le birlaba la estatuilla–, fueron los primeros en entrar en esa lista de damnificados gracias a ‘La lista de Schindler’, precisamente el film con el que Spielberg, al fin y a la cuarta, conseguía el Oscar al Mejor Director. Después de ellos vinieron dos secundarios más como Anthony Hopkins (‘Amistad’) y Christopher Walken (‘Atrápame si puedes’) y un único protagonista, Tom Hanks (‘Salvar al soldado Ryan’), que hincó la rodilla frente al Roberto Benigni de ‘La vida es bella’. Será para algunos.
Para romper este estigma que persigue su filmografía, Spielberg ha recurrido a lo que bien podría ser su kryptonita definitiva. Y es que Daniel Day-Lewis, este actor metódico hasta el límite, zapatero y ebanista de vocación, nieto de productor legendario y poeta maldito, tiene sus propias cruces. La primera: nunca el realizador de uno de los films por los que ha sido nominado ha ganado el Oscar al Mejor Director. Bien es cierto que la de ‘Lincoln’ es su quinta candidatura –eso sí es un porcentaje, hasta ahora lleva dos premios de cuatro–, pero no deja de ser un dato a tener en cuenta. La segunda puede que sea algo que los académicos tengan en cuenta de cara a sus votaciones para la noche del 24 de febrero: nunca nadie ha ganado tres estatuillas a Mejor Actor. Sí que los hay que se han impuesto tres veces –Walter Brennan, siempre como actor de reparto, y Jack Nicholson, dos como protagonista y una como secundario–, pero, de ganar, lo de Daniel Day-Lewis sería histórico.
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