Experiencias míticas

Ewan McGregor, el escocés imposible

Hay tipos a los que es imposible odiar. Aunque quieras. Pese a intentarlo con todas tus fuerzas. Ni siquiera conseguir que te caigan mal. Un poco. Lo que sea. Imposible. Seguro que conocéis a gente así. Guapos, muchas veces. Simpáticos, casi todas. Empáticos, siempre. Buenos en casi todo lo que se propongan. Ewan McGregor es uno de esos tipos. Ya veréis, intentadlo. Preguntad a quién queráis. Apuesto a que nadie os dirá que no le cae gordo. Que no lo aguanta. Que no se lo traga como actor.

Ese es uno de los méritos de J.A. Bayona: tiene un excelente ojo para el casting. Y, ya puestos, una mirada cortada para hechuras de gran espectáculo que ya quisieran muchos modistos metidos a sastres de blockbusters en Hollywood. Ya lo demostró con ‘El orfanato’ y Belén Rueda. Y lo ha vuelto a clavar con ‘Lo imposible’. Casi 10 millones de euros en tres días no se recaudan sin una gran operación de marketing, es cierto. Y muchas más estrategias, planes y factores. Pero también se necesita un reparto que trabaje bien, claro, y que sea vendible. Y tanto Naomi Watts como McGregor lo son. Más él que ella, por muy mulhollandiano que nos declaremos todos.

McGregor, Bayona y Watts en el set de 'Lo Imposible'.

Ewan McGregor se metió a actor por su tío, Denis Lawson, al que recordaba llegar a casa con melenas, a veces descalzo, y con las ropas más estrafalarias que nunca había visto. Y es que debe marcar que, con seis años, tu tío sea Wedge Antilles, uno de los pilotos de los Star Fighter que destruyen la Estrella de la Muerte en ‘La Guerra de las Galaxias’. Mi pueblo –Crieff, al norte de Edinburgo– estaba lleno de granjeros. Todos los chavales queríamos ser como él. Veinte años después de ver cómo su tío se unía a los Rebeldes, él mismo formaría parte de la saga. Y aquí la primera de las razones por la que es imposible odiarle: se dio cuenta desde el primer momento de qué iba George Lucas y, hoy, no le importa reírse de todo aquello.

Denis Lawson al mando de su Star Fighter.

'Tú eres mi única esperanza, Obi Wan'. Ewan McGregor, un Alec Guinnes escocés y rejuvenecido.

Porque esta es la razón de este post: dar mis cinco razones por las que me es imposible odiar a Ewan McGregor.

1. Se ríe de ‘Star Wars’

Y eso tiene mérito porque mucho me temo que George Lucas es el único que, en los últimos años, se ríe gracias a las tres ¿últimas? ¿primeras? Entregas. Y lo hace cuando mira su cuenta corriente. A McGregor no le importa reconocer que el rodaje fue tedioso. Raro. Que no sentía que lanzar réplicas a una pantalla azul fuera actuar. Que lo mejor de todo fue poder tener un sable láser, que llevaba más de 20 años deseando poder empuñar uno y luchar con él. Lo deseaba tanto que, frente a la cámara, no podía evitar hacer él zumbido del sable al moverse o los ruidos de los láser chocando entre ellos. Él mismo se lo contó a Graham Norton en uno de esos talk shows que, parece, ya no sabemos ni hacer ni tampoco ver en nuestras teles:

2. Porque es un tío con principios

Con lo que, cuidado, si se la haces, la pagas. Que se lo pregunten a Danny Boyle, con el que iba camino de formar un tándem a lo Scorsese-De Niro o, dios nos libre, Burton-Depp. Fueron los Anderson-Butler del britfilm de los 90. Lo tenían todo para ser lo más, sus principios fueron demoledores. ‘A tumba abierta’, un cruce entre comedia y thriller en el que sale también un Christopher Ecclestone pre-’Doctor Who’. Y ‘Trainspotting’, claro. Incluso en los fracasos –o mejor fiascos– fueron de la mano, como en su primera incursión en Hollywood, ‘Una historia diferente’. Lo de Boyle-McGregor no fue un amor de verano pero terminó en ‘La playa’. Cuando Boyle cedió a las presiones de los de arriba y le dio el papel protagonista a Leonardo DiCaprio, McGregor finiquitó la relación. ¿Danny who?

Todo el mundo recuerda el arranque de ‘Trainspotting’, con Renton y Spud esprintando por la Princess Street de Edimburgo. Pero yo me quedo con otra escena. Esta. Puede que sea por el ‘Atómic’ de Blondie o por Kelly Macdonald, una lolita a la que aún le faltaban muchos años para verla en ‘No es país para viejos’ o en ‘Boardwalk Empire’. Si Woody Allen hubiese vivido en la Escocia de los 90 habría matado –bueno, arañado un poco– por una réplica como esta.

3. Porque es de los que cumple lo que promete

Aunque eso implique aparcar la familia y tomarse medio año sabático para irse con un colega a cruzar el planeta en moto. Y lo ha hecho un par de veces. Claro está que las cosas son más llevaderas cuando eres una estrella de Hollywood y tu colega es Charlie Boorman, el hijo del director de ‘La selva esmeralda’. En el 2004 atravesaron Europa y Asia para, a través del estrecho de Bering, llegar a Nueva York. Tres años después se embarcarían en otra aventura, esta vez para ir desde el punto más al norte de Escocia –John O’Groats– hasta Ciudad del Cabo.

4. Porque encima canta bien

Este punto me lleva a plantear una de las grandes preguntas que todos nos vemos obligados a hacernos alguna vez: ¿Redimen las mejores obras al artista de sus peores momentos? Es decir, ¿Se le puede perdonar a McGregor cantar a la Kidman una canción de Elton John –y no el de ‘Piano man’, el otro, el malo– porque, antes, había sido Curt Wild, el hijo perdido de Kurt Cobain e Iggy Pop? En mi opinión, sí. Y si ‘Velvet Goldmine’ no fuera suficiente sacaría el comodín del hit indie de culto, ‘Little Voice’, una pequeña joya con Michael Caine que debería recuperarse ya mismo.

5. Porque no se corta

Ya sea desnudándose en pantalla –debe ser uno de los actores con mayor ratio de integrales en la historia del cine mainstream–, o besando o lo que sea que siga a quién toque. Si ver a Obi-Wan y Batman montárselo en una azotea supiese a poco ahí está la historia de amor carcelaria que vive con Jim Carrey en ‘Philip Morris ¡Te Quiero!’ (2009). Y su amplitud de miras también se nota en su selección de papeles, algo que puede ser contraproducente en algunos casos –¿Michael Bay?– o grandes descubrimientos –¡Mike Mills!–. Es lo que acostumbra a recomendar a sus fans cuando le preguntan qué más pueden ver de él además de ‘Star Wars’ o ‘Molin Rouge’: Les digo que echen un vistazo a ‘The Pillow Book’. Seguro que les descubre algo nuevo.

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Comentarios

  1. Comentario by Estambul suena a Calipso. En cada viaje, un vinilo - octubre 17, 2012 10:00 am

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  2. Comentario by Estambul suena a Calipso. En cada viaje, un vinilo : CarWarez - octubre 21, 2012 11:35 pm

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