Experiencias míticas

Adiós a Londres 2012: cinco momentos que nos emocionaron

El triplete dorado de Usain Bolt, con plusmarca en los 4×100 incluída; la vigesimo segunda medalla olímpica de Michael Phelps, récord absoluto en la historia de los Juegos; los asombrosos récords de Rudisha en la pista y de Sun Yang y la adolescente Ye Shiwen en la piscina; el doblete en el fondo de Mo Farah, el sucesor de Bekele; la fantástica final de baloncesto entre Estados Unidos y España. Todos estos momentos están ya en la historia del Olimpismo y serán recordados cada vez que se haga un repaso de lo que fueron los recién finalizados Juegos de Londres. Sin embargo, a lo largo de los 17 días de competición hay otros instantes que nos sorprendieron y emocionaron, imágenes que nos pusieron un nudo en la garganta y nos levantaron del sofá. El espíritu olímpico también está en momentos como estos.

Jugar a brazo partido

Sucedió en el primer partido del equipo español de hockey hierba, que les enfrentaba a Pakistán. Mediada la primera parte del encuentro, un golpe en el antebrazo izquierdo con el stick de un jugador pakistaní produjo la rotura del cúbito de Santi Freixa. Le aplicaron una fuerte vendaje y superando el dolor, con el brazo izquierdo encogido, en cabestrillo, y manejando el stick con la derecha, el capitán español continuó jugando el resto del encuentro. Uno no va a unos Juegos Olímpicos para permitir que la primera fractura le deje fuera de juego, debió de pensar. Freixa fue baja para el resto de la competición, lo cual pudo colaborar a que la selección española no alcanzara la plata de Pekín, quedándose en un discreto sexto lugar.

Las lágrimas de Komova

Aún no había terminado la competición de gimnasia artística femenina por equipos cuando Viktoria Komova rompió a llorar. Los fallos de sus compañeras Grishina y Afanasyeva en suelo dejaban a Rusia prácticamente sin opciones de oro ante Estados Unidos. Al final, las lágrimas de la menuda Komova, la considerada mejor gimnasta del mundo, la que debía reinar en Londres, contrastaban con la alegría de las estadounidenses, que no ganaban el oro por equipos desde Atlanta 96.

Dos días después, en la final individual, Komova volvía a sentir la frustración de la derrota. El dinamismo de la pizpireta estadounidense Gabrielle Douglas se imponía, a criterio de los jueces, a la elegancia melancólica de la rusa. Komova era plata. Komova era, de nuevo, toda lágrimas.

Aún le quedaba a la rusa una opción para ser campeona olímpica, en la final por aparatos. La barra era su gran oportunidad. Douglas había fallado y sus rivales eran las batibles chinas Deng y Sui. Un leve desequilibrio al principio del ejercicio desencadenó el desastre. Komova ya fue un manojo de nervios y no se recuperó hasta que se cayó de la barra (casi podríamos decir que se dejó caer). Esta vez no hubo lágrimas. El rostro de la gimnasta de los ojos tristes solo mostraba enfado y hastío, ganas de abandonar Londres y olvidar la pesadilla.

El crepúsculo de una diosa

La primera señal de alarma llegó en el Campeonato del Mundo de Berlín, en 2009. Allí la invencible Yelena Isinbayeva, la atleta que, récord tras récord, había dominado el salto de pértiga femenino con superioridad aplastante durante una década, se mostró vulnerable por primera vez, al no ser capaz de realizar un solo salto válido. Aquello pareció un tropezón pasajero, pues pocos días después Isinbayeva volvía a superar su propia plusmarca en Zurich. Sin embargo, fue el principio una etapa oscura de dos años prácticamente en blanco, en los que apenas hubo noticia de ella. Volvió para competir en Londres, con la vista puesta en su tercer oro olímpico consecutivo, pero a la hora de la verdad no pudo con la estadounidense Stuhr y la cubana Silva. Yelena se tuvo que conformar con el bronce.

Los que la admirábamos cuando ganaba un oro tras otro, cuando superaba una y otra vez su propia plusmarca mundial con imperial facilidad, la admiramos aún más después de recibir con una sonrisa en la boca la medalla de bronce en el podio. Tras la competición declaró que el año que viene estará en el Mundial de Moscú y que hará lo posible por llegar a los Juegos de Río dentro de cuatro años para lograr su tercer oro. Quizás allí asistamos al renacer de una diosa.

La mala suerte de Liu Xiang

Tras el oro conseguido en los Juegos de Atenas, Liu Xiang era un ídolo de masas en el país asiático y se daba por segura su medalla en los 110 metros vallas en Pekín, en sus Juegos. Sin embargo, un problema en el tendón de Aquiles quebró el sueño de Liu antes de empezar. Aunque se presentó en la salida, Liu apenas pudo dar unos cuantos pasos antes de que su tendón dijera basta.

Cuatro años después, Londres tenía que ser el escenario de la revancha, el lugar donde Liu se sacudiera los fantasmas. Sus esperanzas duraron lo que tardó en tropezar con la primera valla de la primera serie. El atleta chino cayó lesionado y su empeño, a pesar del dolor, en cruzar la línea de llegada a la pata coja es una de las imágenes de los Juegos.

La agonía de Benjamín


Lo hemos visto en otros Juegos. La determinación por terminar la prueba, el empeño en cruzar la línea de meta, aunque parezca un gesto inútil. La necesidad de culminar el trabajo aunque a este lado del televisor se nos antoje un esfuerzo excesivo para tan poco premio. Quizás la escena más impactante se produjera en los Juegos de Los Ángeles. La imagen de la suiza Gabrielle Andersen, llegando tambaleándose, desfallecida, a la meta, dio la vuelta al mundo. En Londres un español, Benjamín Sánchez, atravesó la línea de meta de los 50 kilómetros marcha al límite de sus fuerzas. El de Cieza sufrió un desfallecimiento a mitad de la prueba, pero tiró de carácter para reunir las pocas fuerzas que su cuerpo disponía y conseguir su sueño olímpico. Llegó el penúltimo, a 38 minutos y 41 segundos del vencedor, el ruso Sergey Kirdyapkin. Para unos pocos, la medalla es el objetivo. Para otros, cruzar la meta ya es un premio. Unos y otros conforman el espíritu olímpico. Dentro de cuatro años, en Río de Janeiro, más.

Fotos elmundo.es | lainformacion.com | rtve.es | ole.com.ar | lainformacion.com
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Comentarios

  1. Comentario by David - agosto 18, 2012 09:53 pm

    Y Bolt??

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  2. Comentario by Yo soy un berlinés - agosto 25, 2012 12:44 pm

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  3. Comentario by Leyendas paraolímpicas, la superación extrema - agosto 31, 2012 12:47 pm

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