Todo puede comprarse: excentricidades de los millonarios a lo largo de la historia (y III)
Actualmente, los caprichosos millonarios no han cejado su empeño en exhibir sus riquezas, su imaginación y su originalidad a fin de que el resto de los mortales quedemos boquiabiertos. O babeantes de envidia.
Por ello, si bien millonarios ególatras siempre han existido, hoy en día sencillamente pueden adquirir más cosas. Hacer más cosas. Montar más el número. E incluso provocar que sus aventuras sean prodigadas por más medios de comunicación.
Así que coged aire, y preparaos para moriros de envidia. De envida por los millonetis, y también por sus mascotas.
Sergio Parra es periodista y escritor. Divulga ciencia en Xataka Ciencia, Quo, Conec y Mètode, hace crítica cultural en Papel en Blanco. También colabora con Editorial Planeta y asesora científicamente a RBA coleccionables. Es autor de varias novelas y relatos y próximamente publicará su primer libro de viajes en Editorial Martínez Roca, así como una biografía de Michael Faraday para RBA. Podéis seguirlo en twitter en @SergioParra_
Animales millonarios
La multimillonaria Leona Helmsley, llamada por muchos la Reina del Mal, controlaba hasta hace poco una cadena hotelera de lujo en Nueva York, además de gestionar el Empire State Building. También estuvo en prisión durante 18 meses por evasión de impuestos, porque, según ella, nosotros no pagamos impuestos. Sólo la gente corriente los paga.
A los 87 años, murió de un paro cardíaco en su residencia de Greenwich, en el estado de Connecticut, y su fortuna se estimó en más de 5.000 millones de dólares. Fue enterrada en un impresionante mausoleo (que es lavado al vapor una vez al año) que se parece a un templo griego, en el cementerio de Sleepy Hollow (lugar donde transcurre la acción de la novela La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving, quien también está enterrado allí). Pero la sorpresa llegó cuando se leyó su testamento. Helmsley destinó 12 millones de dólares a su perro maltés llamado Trouble (Problema). Tampoco hay que sorprenderse demasiado de esta excentricidad si tenemos en cuenta que Helmsley afirmaba que su marido fallecido se comunicaba con ella a través de Trouble.
El perrito vive ahora en el Helmsley Sandcastle Hotel y sus gastos anuales son de 190.000 dólares, que incluye la tarifa por cuidador de 60.000, 100.000 por seguridad las 24 horas, 8.000 por arreglo “personal”, 3.000 para gastos diversos, 1.200 para comida y entre 2.500 a 18.000 por cuidado médico.
Si os suena extravagante, en Tailandia tenemos otro caso. Allí, el millonario Dhanin Chearavanont instaló un centro para preservar y mejorar las peleas de gallos, una centenaria tradición tailandesa. En las instalaciones hay tableros computarizados para seguir las peleas, asientos en boxes con aire acondicionado y salones para seminarios. Chearavanont es dueño del mayor conglomerado agroindustrial de Asia, estaba preocupado por la salud de los pollos y por mantener su pureza genética para exportarlos.
David Duffield, dueño de una empresa de computación de Sillicon Valley, gastó siete millones de dólares en construir una casa de lujo para sus animales, que incluye departamentos con paredes de vidrio para los perros, futones, alfombras y televisores.
Millonarios del siglo XXI
Al parecer de entre toda la población mundial hay 10 millones de personas que son millonarias, es decir, un 0,15% de la población, también cabe destacar que el 2% de la población más rica del planeta tiene el 40% del dinero a nivel mundial.
Steve Fossett, consultor financiero y accionista en bolsa, ha logrado hazañas como atravesar el Canal de la Mancha a nado, dar a vuelta al mundo en velero sin escalas, dar la vuelta al mundo con aeroplano sin escalas (con 67 horas de vuelo ininterrumpidas) y, también, fue la primera persona en dar la vuelta al mundo en globo solo y sin escalas.
Huang Qiaoling, uno de los hombres más ricos de China, es un gran admirador de los grandes iconos estadounidenses y de su cultura, hasta el extremo que mandó construir una réplica exacta de la casa blanca, tanto por fuera como por dentro, con la misma decoración y los mismos muebles, en su ciudad natal Hangzhou.
Bárbara Hutton, heredera de un imperio de almacenes en Estados Unidos, es una consumidora nata de caprichos. Cuando cumplió los 21 años, con el consiguiente control de su fortuna, adquirió un vagón de ferrocarril para su uso personal. Y cansada de siete fracasos matrimoniales, solía alquilar trasatlánticos enteros para viajar de Europa a Estados Unidos sin el riesgo de toparse con la menor molestia. Estamos hablando de alguien que, en vez de preparar una habitación para la llegada de su segundo hijo,mandó preparar un ala de su palacio, que constaba de seis habitaciones, tres baños y una cocina.
Imaginaos poder gastaron un millón de dólares diarios durante 84 años antes de arruinaros. Es el caso del sueco Ingvar Kamprad, dueño y fundador de la multinacional de muebles Ikea.
Y el ruso Roman Abramovich, suele ir con tres millones de euros encima por si le entran repentinas ganas de comprarse algo al paso.
En 1001 Experiencias | Todo puede comprarse: excentricidades de los millonarios a lo largo de la historia (II)
En 1001 Experiencias | Todo puede comprarse: excentricidades de los millonarios a lo largo de la historia (I)
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