Michael Nyman en el Centro Niemeyer de Avilés, minimalismo de lujo
Tener a Michael Nyman en Avilés fue como un sueño hecho realidad, máxime teniendo en cuenta que su paso por la ciudad incluía dos citas, a saber, un concierto solo piano y un encuentro con el público comentando su obra. Da igual si fueras seguidor o no de su obra, asistir a su actuación no puede describir más que un privilegio.
Víctor R. Villar siempre quiso ser paleógrafo y lo logró, pero se ha ganado la vida como periodista, profesión en la que ya ha consumido más de tres lustros tanto en medios escritos: La Voz de Asturias o Les Noticies, radio y desde 2007 como editor de Hipersónica. Ha sido Dircom en Fnac, un trabajo del que siempre dice que fue el de su vida. Como crítico musical le apasiona tanto el black metal como el flamenco o el jazz más vanguardista. Sus perfiles en Twitter y Facebook son como poco nada convencionales
El Centro Niemeyer felizmente recuperado para la cultura internacional
Y si este recital tuvo lugar en un lugar emblemático, de tan bella factura y con la firma de un arquitecto de la talla de Oscar Niemeyer. El brasileño cedió gratuitamente los planos de este complejo cultural al que los vaivenes de la política incomprensiblemente le quitó su nombre y un año después ha vuelto a recuperarlo.
El Auditorio del Centro Niemeyer se vistió de gala para el músico y compositor británico, al que la fortuna le sonrió cuando la realizadora neozelandesa le encargó la banda sonora de la película The Piano. El éxito en 1992 del largometraje le vino de Perlas a Nyman, que pasó de ser prácticamente un músico de culto, ligado al minimalismo y a los filmes de Peter Greenaway, a un superventas logrando en poco tiempo un doble multiplatino.
Un recorrido por sus últimas bandas sonoras
No por ello Michael Nyman ha ido a otro ritmo. Él siempre se ha involucrado en proyectos interesantes y de una parte de estos formó el contenido de un recital distinto, muy íntimo, apto para todos los públicos, que incluyó material de lo scores de Wonderland, Gattaca, The Diary of Anna Frank, The Piano y A propos de Nice.
Además de su piano mágico Nyman se trajo el material de su película experimental Nyman With a Movie Camera, que quiere ser una recreación fotograma a fotograma del filme de 1929 Man With a Movie Camera del ruso Dziga Vertov, que al día siguiente pudimos ver en su totalidad.
Michael Nyman solo piano iba tirando las partituras al suelo conforme iba transcurriendo el concierto, intercalando vídeos propios con una calidad más que discutible, pero con una fuerza tremenda. Éste fue el caso de ‘Diary of Love’, con ese vídeo de dos topes de vagones de tren en actitud cariñosa titulado Love Train, o …If que ilustró el vídeo Slow Walkers, un emocionante vídeo en el que aparecen ancianos caminando renqueantes.
Nyman sí toco temas de la banda sonora de El Piano
Michael Nyman tuvo la capacidad de mantener en vilo al público que casi llenaba el comodísimo auditorio del Niemeyer. Se guardó para la recta final los temas de la película El Piano. Sí, como todos esperaban tocó el tema principal, ‘The Heart Asks The Pleasure First’. Y cerró su recital con el vídeo de La morra, un curioso juego italiano que consiste en acertar el número de dedos mostrados entre dos jugadores.
Y tras el concierto nos invitaron a la inauguración de la terraza del Club-Out del Niemeyer, regentada por el restaurador Koldo Miranda, donde pudimos degustar unas exquisitas trufas artesanales y un delicioso cóctel. Una experiencia inolvidable en un entorno post industrial a orillas de la ría de Avilés, recuperado con gran acierto para uso cultural.
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