Cerrando el mes, coincidiendo con el estreno de ‘Jack Ryan: Operación Sombra’ (‘Jack Ryan: Shadow Recruit’, Kenneth Branagh, 2014) y como última aportación personal a 1001 Experiencias, os traigo un repaso a lo que de la obra del fallecido Tom Clancy ha llegado a ver la luz en la gran pantalla, cuatro títulos que conforman un rosario bastante amplio de lo que el cine de acción ha llegado a ofrecer a lo largo de las dos últimas décadas gracias a ese analista de sistemas metido a héroe inesperado que es Jack Ryan.

Primera encarnación: Alec Baldwin. ‘La caza del octubre rojo’

Se agotaban los últimos años de los ochenta cuando Paramount, decidido a sacar partido del gran éxito comercial que estaban cosechando las novelas de espionaje de Tom Clancy desde mediados de dicha década, se hizo con los derechos sobre la adaptación del libro que lo había empezado todo en 1984. ‘La caza del octubre rojo’ servía de presentación ante el mundo de Jack Ryan, un analista de sistemas de la C.I.A que, en plena guerra fría y por diversas circunstancias, terminaba siendo la pieza clave en un conflicto internacional entre Rusia y Estados Unidos a costa de un submarino de última generación.

Con John McTiernan al mando de la dirección, Sean Connery como máximo reclamo comercial del filme y Alec Baldwin en la piel del “héroe”, ‘La caza del Octubre Rojo’ (‘Hunt for the Red October’, 1990) no es un filme de Jack Ryan propiamente dicho por cuanto el protagonismo del personaje creado por Clancy se equipara al de Ramius, el comandante del submarino ruso interpretado con su habitual brillantez por un Connery que nunca hubo de retirarse de la gran pantalla.

Ello no quita, no obstante, para que la producción sea, no sólo el mejor filme de los cuatro que vamos a revisar en esta entrada, sino un ejemplo inmejorable de lo que el cine de acción de los ochenta podía ofrecer gracias a su ejemplar tratamiento de personajes y a un sentido de la acción que atrapaba sin remisión.

Segunda encarnación (I): Harrison Ford. ‘Juego de patriotas’

El éxito de ‘La caza del Octubre Rojo’, que recaudó 112 millones de dólares para un presupuesto de 30, convenció a los directivos de Paramount de que en Tom Clancy podían tener un filón que explotar, y con cinco novelas más publicadas hasta entonces sobre Jack Ryan, las posibles adaptaciones al cine estaban más que garantizadas siempre y cuando el público respondiera.

Pero estaba claro que si la productora quería sacar provecho de la potencial franquicia, era necesario contar con un rostro de primera fila que sirviera de reclamo para amasar ingentes cantidades de billetes verdes en taquilla. Y qué mejor que volver a contar con el héroe por antonomasia de los ochenta para una nueva saga de filmes.

Dicho y hecho, Harrison Ford se convertía en Jack Ryan para protagonizar ‘Juego de patriotas’ (‘Patriot Games’, Philip Noyce, 1992), adaptación de la tercera novela de Clancy en la que el personaje se enfrenta a un terrorista del IRA que busca venganza por la muerte de su hermano. Con mucha menos garra que la cinta de McTiernan, la producción firmada por un correcto Noyce se saldaba con 83 millones de dólares en su paso por las salas, algo menos del doble de lo invertido en la realización pero suficiente para dar luz verde inmediata a una secuela.

Tercera encarnación (II): Harrison Ford. ‘Peligro inminente’

Repitiendo papel —y más que habría llegado a repetir si no se hubieran dado ciertas circunstancias que después comentaremos— Harrison Ford volvía a ponerse a las órdenes de Philip Noyce en la tercera entrega de las aventuras de Jack Ryan, una ‘Peligro inminente’ (‘Clear and Present Danger’, 1994) que enfrentaba al ahora consejero del presidente de los Estados Unidos con el problema de los cárteles de la droga sudamericanos en un filme mucho más ambicioso que el anterior.

Una ambición que terminaba por jugarle una mala pasada a la cinta tanto en el tratamiento simplista que daba a tan grave lacra social, como en el hecho de dibujar a un protagonista central que, más que un simple chupatintas de oficina subido de cargo, era definido casi en las mismas formas que un superhéroe, resultando harto complicado identificarse con la supermoralidad inquebrantable de alguien que parecía llevar el patriotismo yanqui grabado en el ADN.

Con todo, la cinta volvía a ser un éxito de taquilla, recaudando casi la misma cantidad que su inmediata predecesora y garantizando, o así lo parecía, una nueva y no muy lejana incursión en el universo literario de Clancy. Pero las cosas se iban a torcer de tal manera que, la próxima vez que volviéramos a ver a Jack Ryan en la gran pantalla, sería con un rostro muy distinto y bastante más joven.

Cuarta encarnación: Ben Affleck. ‘Pánico nuclear’

Y es que ocho fueron los años que el personaje creado por el escritor estadounidense a principios de los ochenta tardó en volver a pisar la alfombra roja: con un guión inmerso en una constante espiral de reescrituras que no llegaban a nada, la intención inicial de adaptar ‘El cardenal del Kremlin’ se quedó en eso, en intención. Y no fue hasta finales de los noventa que Paramount y Ford anunciaron que se había puesto en marcha la traslación de ‘Pánico nuclear’ para, al poco tiempo de dicho anuncio, ser el propio actor el que se desentendía del personaje por la imposibilidad de Philip Noyce de volver a ponerse tras las cámaras.

Así las cosas, no sería hasta 2002 cuando llegara a los cines de medio mundo ‘Pánico nuclear’ (‘The Sum of All Fears’, Phil Alden Robinson) una cinta en la que se decidía dar reinicio al personaje, rejuveneciéndolo unos cuantos añitos para poder ser encarnado por Ben Affleck, un Jack Ryan algo novato que se tendrá que enfrentar, como bien apunta el nada sutil título español, a la inminente amenaza terrorista de un grupo neo-nazi que pretende hacer estallar una bomba nuclear.

Co-protagonizado por Morgan Freeman, y aún constituyéndose en el filme más rentable de la saga con una recaudación cercana a los 200 millones de dólares en Estados Unidos, estamos sin duda alguna ante el título más flojo hasta el momento —no pondré la mano en el fuego sobre la cinta firmada por Kenneth Branagh y protagonizada por Chris Pine y Kevin Costner a tener de las gélidas críticas que está recibiendo a uno y otro lado del Atlántico— de todos cuantos ha protagonizado este singular héroe americano que, camino de los treinta años de edad cinematográfica, y con un cuarto actor poniéndole rostro, es casi seguro que aún no haya dicho su última palabra a 24 fotogramas por segundo.

Hasta siempre!!!

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