Fast and Furious, del tontuning al muscle car y los clásicos
Más o menos cuando los chavales llevaban pendientes de “diamantes” descomunales en las orejas y los canis tomaban las ciudades en nombre de “sus horos” y “sus prehmos” se estrenaba una película que no hizo más que popularizar aun más el tuning. Aunque lo de las modificaciones de coches existe desde que se construyó el primero fue Fast and Furious (A todo gas) la película que llevó a todos los rincones del mundo el rugir de los motores turboalimentados, los spoilers y las carreras callejeras.
Desde 2001 hasta hoy se han estrenado -siete- seis películas de la saga y dos cortos, además de la que está por llegar en 2014. La última de ellas, Fast and Furious 6, fue estrenada hace apenas un mes. Desde entonces la lista de coches que han aparecido en la gran pantalla ha ido creciendo sin control y cambiando radicalmente de un estilo a otro. Sin mejor excusa que el simple babeo delante de bestias de cuatro ruedas repasamos hoy los más destacados.
Toyota Supra
El clásico, el icono del tuning por excelencia para cientos de miles de adolescentes ya creciditos. El coche a imitar; el de la portada de la Maxituning, vaya. El Toyota Supra de 1994 fue el coche “oficial” de la primera película y el vehículo original era capaz de desarrollar 544cv a 6.800 vueltas llegando hasta casi los 300km/h de velocidad punta.
Dodge Charger
Vin Diesel, Toretto en la saga, tiene un gusto especial por el músculo. Y no lo digo porque tenga un brazo como la cabeza de Fernando Alonso, sino que porque es aficionado de los muscle cars americanos. Ya en Fast and Furious hace uso de su Dodge Charger. En el film cuenta que el par alcanzado es tan brutal que retuerce el chasis. No es de extrañar, no hay muchos chasis en el mercado que soporten el tirón de 900cv en contacto con el asfalto.
Nissan Skyline GT-R
Es otra de las joyas de la corona, protagonista de la segunda película junto a un gran número de máquinas japonesas. Su diseño del Nissan Skyline GT-R era buscado por todos en juegos como Need For Speed y, si bien los neones azules no ayudaban a huir de la policía, todos querían ver el suelo teñido de azul. El Skyline original utilizado en la película rondaba los 550cv y el último modelo – el de F&F4 – se encuentra a la venta a las afueras de Munich por 300.000 euros.
Yenko Camaro
Aunque muy brevemente aparece saltando al yate del villano un Yenko Super Camaro. El Yenko no fue otra cosa que un Camaro modificado por Yenko Chevrolet a finales de los 60. Ya entonces el músculo yanki superaba con facilidad la barrera de los 400cv. Es una de las máquinas más exclusivas, y es que apenas se vendieron unas cientos de unidades. A día de hoy comprarte una de estas maravillas te puede costar más de 100.000 euros.
Nissan 350Z
Ya en la aventura nipona descubrimos un nuevo estilo de conducción. Las carreras en línea recta y aquellas cajas de cambios con 45 velocidades – como mínimo – pasaban a la historia para saludar al drifting. Allí en Tokyo el maloso, amigo de los Yakuza, conducía siempre de lado un espectacular Nissan 350Z. Aquel coche, como la mayoría de los que aparecen en la saga, es una pieza real con un propulsor sobrealimentado de 460cv que aun hoy sigue vivo y coleando.
Plymouth Roadrunner
Al final de tanto derrape la música electrónica se desvanece mientras se escucha cada vez más fuerte una canción de Tego Calderón y Don Omar. Entonces aparecen las líneas cuadradas y robustas del nuevo juguete de Toretto, un Plymouth Roadrunner. En su interior un V8 6.3 litros, 335cv y 575Nm de par. El Correcaminos (Road Runner) fue un coche relativamente accesible al público de los 70 y 80.
Corvette Grand Sport 1963
Bueno, o una réplica del mítico Grand Sport de 1963. Mongoose Motorsports son los responsables de construir, sobre la base de un Corvette actual, todo el tinglado para hacernos sentir en un deportivo de los 60. Por unos 50.000 euros podemos adquirir nuestra muestra. Incluye un corazón de más de 500cv para un coche definitivamente pequeño y muy bajo.
1971 Jensen Interceptor
Es el elegido para ser conducido por la atractiva Letty en Fast and Furious 6. Y es que si había que correr en Londres, mejor hacerlo con un coche británico… y por muy elegantes que sean, los Rolls no cuadran en la película. En West Bromwich Jensen Motors se construyó el Interceptor potenciado por un motor Chrysler 383 V8 y, más tarde, de 440cv.
La aparición del coche británico fue una de las sorpresas de la película estrenada el pasado mes de mayo donde además vimos joyas como el Ford Escort de 1971 o el Lister. Un guiño al mercado europeo después de una sobrecarga de coches japoneses y americanos.
La saga ha cambiado de macarras, dejando el mundo de la customización pura y dura para deleitar al aficionado de los coches. Siguiendo esta evolución, en Fast 7 Vin Diesel llevará gafas de pasta y bicicleta.
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