El body painting o cómo complicarse hasta para posar desnuda
Hasta lo más sencillo en el mundo que es posar desnuda ante una cámara acaba requiriendo un master. Un master en cosmética, en lienzo a mano alzada o en el realismo máximo de Antonio López, pero un master al fin y al cabo. Al final para lograr el mismo resultado: que vas a aparecer en pelotas por mucha pintura y artistas que quieran ocultar tus encantos. Y después de tanto esfuerzo habrías quedado mejor sin tanto potingue encima. La moda del body painting no cesa y con ello los mitos que van asociados a ella.
Kilos de purpurina
Un body painting sin purpurina no es nada. Es como una temporada de fútbol sin 100 análisis sesudos vendiéndonos que la posesión de balón es mejor que cinco goles a favor. La purpurina del catenaccio. Beyoncé Knowles ha sido la última en probarlo para Flaunt.
Ups, se filtraron
Estas fotos no van a ser publicadas. Tranquila, posa como si estuvieses tumbada en el salón de tu casa. Bueno, han quedado muy bien, lo mismo nos pensamos incluirlas. Claro que luego se filtra su sesión por Internet y ya no hay margen de maniobra. Ups. A Kim Kardashian tampoco le deberá importar tanto, al menos no está en formato vídeo.
Yo no me desnudo, solo si me pintas
Hay modelos que se niegan a posar desnudas. Pocas, o mejor dicho un 1%, pero alguna hay. Mientras que Coco Rocha siga en activo al menos habrá un ejemplo de quiénes deciden no quitarse la ropa ante los fotógrafos más “artísticos”. La canadiense tiene claro su política: “nada de desnudos ni completos o parciales“. Pero la industria no es tan buena como ella. A Coco Rocha le hicieron una sesión de fotos con un falso body painting con un mono del color de su piel debajo para evitar cualquier desnudo pero luego este desapareció por arte del Photoshop. La reacción de ella fue de rechazo completo.
Si no vas a enseñar nada, mujer
Un caso muy similar tiene que ver con Irina Shayk solo que esta vez con GQ como protagonistas del idilio. A la modelo rusa le debió desaparecer un tanga color de su piel a la hora de acabar en las páginas de la revista. En este caso ella amenazó con la demanda por incumplimiento de contrato.
Desnudos no, pero body painting sí. Claro que a Sports Illustrated no se le dice que no.
La moda de las letras
La literatura está muy bien para ciertos momentos, pero no para todos. La moda de cubrir los cuerpos de las modelos con texto debería dejar varios puestos de trabajo libres. ¿Quién podría hacer algo así a Bar Refaeli? Esquire se animó.
Los mil tatuajes
Si no hay letras habrá tatuajes. Es otra de las máximas del body painting. ¡Tatuajes para todos! Barra libre. Gisele Bündchen pasó por ello para una de sus tantas campañas.
La modelo de moda debe tener su body painting
Kate Upton no solo enloquece al resto con sus GIF sino también con sus portadas y posados en body painting poniendo la miel en los labios. Una modelo de moda y deseada como ella tiene que aprovechar, mil sesiones hoy, mañana ni te conocemos. Una pintura muy disimulada, no se ve nada.
Siempre hay una pionera
Antes de que durante estos años no paremos de ver body painting por todos los lados, con ejemplos más que cutres en la mayoría de los casos, Demi Moore estuvo ahí. A decir verdad, Demi Moore siempre ha estado ahí, la primera, antes de todo. Y aún así hoy sigue estando ahí. Fue en agosto de 1992 con una portada para Vanity Fair que ya ha hecho historia.
Fotos | Flaunt, Elle Brazil, W, GQ, Sports Illustrated, Esquire
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