De Barcelona a El Pont de Suert offroad
Víctor Rider, motorista apasionado de las dos ruedas y los viajes, me propuso hace unos meses organizar una ruta a través de Cataluña que se desviara de las carreteras y discurriera por caminos rurales y otros no asfaltados, aptos para la circulación, por el puro placer de conocer nuevos rincones de la geografía nacional y hacerlo de una de las maneras más divertidas, a bordo de nuestras motos trail. Una ruta que a priori iba a preparar Eduard López de Ride to Roots, pero que finalmente y a pesar suyo no pudo llevar a cabo. Así que tomé el relevo con la ayuda inestimable de Sergi Oms, colega motorista también de Barcelona, quien me ayudaría en los reconocimientos del trazado.
Ignasi Calvo es agente de viajes, músico y diseñador web a partes iguales. Nacido en Barcelona el 1982, es titulado en técnico de sonido y compagina su trabajo como freelance desarrollando proyectos web con la agencia de viajes en moto y aventura GR11 Viajes. Cuenta con numerosos kilómetros en sus espaldas, fruto de sus muchos viajes por carretera.
Preparación y exploratorias
La preparación de una ruta de esta índole tiene una parte teórica y otra práctica. La teórica transcurre ante el ordenador, consultando mapas, creando o uniendo tracks o recorridos y revisando los caminos. Tras unos buenos días investigando conseguí una ruta que salía desde las cercanías de Barcelona y llegaba hasta El Pont de Suert, en el Pirineo Catalán fronterizo con Aragón. 300 kilómetros, un 75% de los cuales eran puro offroad, con algunos tramos de enlace de asfalto. Es imprescindible minimizar el impacto de las actividades que se realizan en la naturaleza. Por ello, se diseñó la ruta exclusivamente por caminos aptos para la circulación de vehículos motorizados: caminos rurales y pistas legalizadas y suficientemente anchas, aptas y transitadas. Nada de campo a través.
Una vez definida la ruta, no podíamos arriesgarnos a llevar más gente con nosotros sin haberla explorado previamente. Así pues, cargué los tracks en el teléfono móvil y Sergi y yo nos lanzamos a la aventura de explorar esas rutas que, sobre el GPS, tan apetecibles parecían. Llevamos a cabo la exploratorias en dos fines de semana en los que lo pasamos en grande, disfrutando tanto del paisaje y de la ruta en sí como de las dificultades, caídas, cambios de trazados y rodeos que tuvimos que hacer para salvar obstáculos sobre terreno. Con la ruta ya revisada y lista, fijamos una fecha y nos juntamos cinco amigos a finales de agosto para iniciar un fin de semana de aventura sobre dos ruedas aquí mismo, al lado de casa.
Día 1: Barcelona – Granollers
El primer tramo de ruta era de tanteo, con una pequeña etapa a través de la Conreria y la Serralada Litoral con diversidad de terreno: pistas, un poco de arena, desniveles… Mc Bauman, Victor Rider, Sergio Pueyo, Sergi Oms y un servidor nos lanzamos monte adentro por los caminos forestales para encontrarnos de sopetón con el primer gran obstáculo de la ruta, una pista con una subida técnica que propició la primera caída del fin de semana. Tras reparar los pequeños desperfectos con soltura, improvisación y tanta maña como fuerza, seguimos nuestra marcha disfrutando del atardecer por los caminos y pistas con vistas al litoral. Llegamos al anochecer al hotel de Granollers. Pese a la caída, habíamos superado con éxito la etapa de tanteo. ¡Mañana más!
Día 2: Granollers – Guardiola de Berguedà
De buena mañana partimos hacia la cercana localidad de Cardedeu para desayunar, cargar gasolina y prepararnos para la ruta. A las nueve estábamos de nuevo en marcha, circulando durante gran parte de la mañana por caminos entre fincas rurales y granjas, con un tiempo amenazador que nos estaba dando tregua. El grupo iba a buen ritmo, pese a que el terreno presentaba a veces pequeños bancales de arena y complicaba un poco el avance. Gracias a ello y a otras irregularidades (baches, desniveles, zanjas y roderas), poco a poco todos fuimos ganando experiencia y soltura sobre la moto. Las pocas caídas de la mañana fueron sin importancia, y sirvieron de acelerado aprendizaje de conducción offroad sobre estas pesadas motos.
No fueron pocos los charcos que tuvimos que atravesar, pues anegaban el camino. Alguno de estos charcos era de considerable tamaño. Primero se debe explorar a pie la profundidad del mismo, averiguar la mejor ruta de paso y estudiar el terreno bajo el agua. Acto seguido sólo queda subirse a la moto y dar gas para cruzarlo, controlando bien el manillar, la potencia y evitando cualquier caída para evitar problemas mayores.
Tras la parada de rigor para comer, iniciamos el último tramo del día, uno de los más pedregosos, en la comarca del Berguedà. Esta zona de Catalunya es la antesala del Pirineo y sus pistas nos regalaron unos desniveles considerables, todos ellos llenos de piedras de todas formas y tipos. Llegamos a la cima de una colina tras superar un largo camino repleto de cantos rodados en los que las motos demostraron su dureza, caídas incluidas. Agotados, paramos a descansar y tomar fotos para acto seguido encarar una de las zonas más técnicas y complicadas del recorrido: un largo camino de pronunciada bajada y repleto de piedras que puso a prueba nuestra destreza con los frenos, el equilibrio y el manejo del gran peso de las motos trail que llevábamos.
Finalizada la bajada, y con la tarde ya cayendo, improvisamos por los caminos de la zona hasta que desgraciadamente una aparatosa caída apresuró los acontecimientos. Victor salió despedido por encima de la moto, aterrizando sobre su hombro derecho. Acordamos que Victor y Sergi permanecerían en el sitio de la caída mientras el resto buscaríamos el camino de salida de aquella zona. Se había acabado la improvisación y era primordial llegar al hotel para no forzar más su hombro. Nos lanzamos a la búsqueda del buen camino, que afortunadamente encontramos al cabo de unos minutos tras serpentear por las pistas de la zona y llegar a un refugio aislado y preguntar a su guarda. Sergio volvió a buscar a Víctor y Sergi para guiarlos y finalmente, a las ocho y media y con el sol ya cayendo, llegamos a Guardiola de Berguedà, nuestro destino. Pese a las dificultades e inclemencias del día, celebramos la ruta con unas buenas cervezas y una cena en condiciones.
Día 3: Guardiola de Berguedà – El Pont de Suert
La decisión más sensata al día siguiente era que Víctor no forzase su hombro, por lo que decidió rutear por asfalto de vuelta hacia casa. Nos despedimos con un fuerte abrazo y deseándole una pronta recuperación. Con parte de la ruta por hacer, nos emplazamos hasta una futura fecha para completarla.
La última etapa era de las más bellas, ya que cruzaba varios puertos de montaña del Pirineo, algunos de más de 2000 metros de altura, a través de estaciones de esquí como La Molina y de caminos como el Coll de Triadó.
La primera ascensión fue por asfalto hacia La Molina por la cara sur del Cadí, para proseguir a través de los pedregosos caminos de servicio de la estación de esquí hasta la Vall de la Cerdanya. El día era cristalino, por lo que pudimos de disfrutar de unas impresionantes vistas antes de descender hacia el valle y seguir por carretera hacia el oeste para encarar los siguientes tramos de montaña, todos ellos ascendiendo por un valle y descendiendo por el siguiente hacia el oeste. Una parada de comer en Tírvia para luego seguir hacia el Coll de Triadó, último paso de la ruta.
El Coll de Triadó es una bella ruta que asciende serpenteante desde Llesuí hasta casi los 2.100 metros de altitud, atravesando una región de prados alpinos extensa que nos regala con unas fantásticas vistas mientras recorremos las pistas sorteando baches y piedras. A media tarde, tras descender de nuevo zigzagueando por la ladera, llegamos a la carretera y, por ella, a El Pont de Suert, donde finaliza nuestra ruta.
Si de algo nos dimos cuenta ese fin de semana es que la aventura a veces está muy cerca de casa, del mismo modo que algunos de los mejores lugares también los podemos encontrar muy cerca. Basta con aventurarse por los caminos menos transitados o alternativos para encontrarnos muchas y gratas sorpresas, como bien comprobamos. Una excelente manera de conocer mejor tu país pasando, de paso, un buen rato.
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