Paracaídas en la ciudad de Singapur: salta tú primero
Nos vuelven locos los saltos en 1001 Experiencias. No es la primera vez que nos sumamos a uno; ni la última. Los hemos visto de distintas formas: puenting para liberar tensiones, en parapente por los Alpes, paracaídas… El más loco que recuerdo es el puenting con bicicleta aunque hoy sumamos otra versión: paracaidismo en medio de la ciudad. Para ello nos vamos a Singapur. Un vuelo largo, siéntate, ponte cómodo y no te preocupes por la maleta.
Un chute de energía.
El producto de esta semana es uno de mis favoritos de L’Oréal Men Expert, sino el que más. Taurine Boost mola. Un bote en forma de tubo, una tapa comodísima y en segundos la piel hidratada. Para el calor de estos días es genial porque te añade un efecto frío a la piel que te deja nuevo.
Singapur debe ser una ciudad espectacular. Por cada vídeo y múltiples reportajes de españoles aburridos por el mundo que veo más ganas tengo de dejarme caer por allí. Pese a que las alturas no sea lo mío (un rico vértigo de gallina me lo impide) es ver los saltos desde el edificio Marina Bay Sands y flipar.
El Marina Bay Sands es un conjunto de edificios a lo grande, sin mesura alguna (2.560 habitaciones, un casino, un centro comercial, teatros, restaurantes… mejor no sigo). Tres bloques unidos y una piscina arriba del todo a 200 metros sobre el suelo. En ella caben 3.900 personas. Total, nada.
Pues bien, en una de esas idílicas terrazas donde uno podría tomarse una rica copa van distintas personas y se ponen a saltar. Normal, lo que todos queremos hacer al ver esas vistas. Siete profesionales se tiran por la azotea y mientras caen despliegan sus paracaídas; no sin antes hacer unas cuantas pirulas en el aíre. Abajo, los coches y los edificios. Pena de vértigo.
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