Hay un evento del motor que destaca entre todos por resultar casi imposible terminarlo. No se trata del afamado rally Dakar, de hecho, no hace falta viajar fuera del viejo continente para participar. Se sitúa en las inmediaciones de la localidad austríaca de Eisenerz, un pueblo que no llega a los 6.000 habitantes, cuyo nombre significada “Mina de hierro”. Y es que desde que los romanos dominaran la zona la montaña donde se asienta, Erzberg, es una espectacular mina a cielo abierto.

La actividad continúa durante tantos años ha dejado una marca inigualable en el aspecto y forma de la montaña. Dispuestos a sacarle partido los también austríacos dirigentes de Redbull apadrinaron hace una década la prueba off-road más grande del mundo dándole el nombre de Erzberg Rodeo.

Nacido en 2003 el Erzberg Rodeo ha ido creciendo de forma controlada gracias a la buena publicidad que le ha proporcionado Redbull y a la relativa facilidad que hubo al comienzo para tomar partida. Ir a Erzberg con tu moto se convirtió en el Himalaya del motero, en la prueba que todo deportista quiere superar una vez en la vida para darse por satisfecho.

Además, la participación del grupo de amigos de Travis Pastrana y la posterior aparición de la carrera en los famosos DVD’s del Nitro Circus fue el detonante para que el inmenso mercado americano del off-road pusiera Austria entre sus destinos preferidos.

A día de hoy el Redbull Hare Scramble (nombre oficial) cuenta con 1.500 participantes llegados de hasta 50 países distintos. Pero, además, existe una lista de espera de 1.000 personas que ansían poder partirse el espinazo en una montaña impredecible.

A las empinadas paredes de la mina hay que sumarle la dura prueba de navegación a la que se enfrentan. Y es que la falta de uno sólo de los checkpoints significa la descalificación inmediata del participante. Bien lo sabe Graham Jarvis, ganador de la prueba de este año, que perdió el título los dos anteriores por haberse saltado un checkpoint.

Esta edición ha sido especialmente dura, eliminando a 1486 de sus 1500 participantes. Coincidió en el caprichoso espacio temporal con unas lluvias torrenciales que han producido una auténtica catástrofe en el sur y este de Alemania, República Checa y Austria. Dicen, han sido las peores inundaciones de los últimos cien años.

A ello hay que sumarle este particular tiempo que nos invade. Si en España la ausencia de verano supone sólo tres grados menos según meteorólogos franceses, en Austria significa que aun hubiera zonas nevadas en pleno junio. De todos modos, y como siempre se dice cuando alguien parece ser masoquista, sarna con gusto, no pica.

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