Experiencias extremas

El suicidio lento de Kerouac

Figura clave de la contracultura de los años 60 y uno de los líderes de la Beat Generation, Jack Kerouac es un icono popular gracias a su novela En el camino.

A quienes os fascine el autor, así como el movimiento al que perteneció no podéis dejar de visitar la librería City Lights Books en San Francisco, que fue donde se fraguó todo, así como el Café Vesubio, el bar que quedaba justo al lado, donde los escritores se reunían para beber y hablar. Tuve la oportunidad de visitar ambos lugares el año pasado, y abajo está la prueba del delito: el ticket de compra de un libro de Burroghs. Al lado, una cerveza en el Vesubio.

Cerveza, sí, aunque no sea vea. Porque el alcohol era la necesaria sobrealimentación neuronal de la beat generation en general, y de Jack Kerouac en particular. El autor era muy consciente de ello, e incluso afirmó públicamente que sabía de su toxicidad, pero no le importaba:

Como católico no puedo suicidarme, de manera que me sirvo de la bebida para matarme lentamente.

Y la técnica le debió servir, porque Kerouac murió con solo 47 años durante una intervención quirúrgica para detener una hemorragia interna causada por el abuso del alcohol. Lo que ignoró si habrá llegado al Cielo o al Infierno.

En 1001 Experiencias | Escritores malditos y sus malditas manías
En 1001 Experiencias | Las manías más raras de los escritores

Comentarios

  1. Comentario by Natxo Sobrado - abril 17, 2013 04:29 pm

    Me flipa esta historia, no conocía lo de la cerveza. Esa frase suya es tremenda.

    Responder