Cuatro cosas que dividen a los fans de ‘Breaking Bad’
En pocos días vuelve a AMC la quinta temporada de las peripecias de Walter White. Dicho así parecería que el tal Walter es un chaval travieso que aprovecha el verano para vivir pequeñas aventuras; podría ser, si por entendiésemos por chaval a un cincuentón calvo, por verano entendiésemos Nuevo México en cualquier época del año y pudiésemos llamar pequeñas aventuras a esa colección de adictos al cristal, asesinatos, luchas de poder y comportamientos perturbados.
Tras tantos episodios y habiendo dejado tantas tramas y personajes atrás, es normal que ciertos aspectos de una serie generen polémica o controversia entre sus seguidores y ‘Breaking Bad’ no es una excepción. La idea de este artículo es enumerar alguna de estas facetas de la serie, ponerlas sobre la mesa y ver de qué lado estamos cada uno.
Walter Jr
El hijo de Walter no genera fuertes opiniones pero su papel, presencia y utilidad en la historia es constantemente referenciada. Esta discusión suele arrancar con una mofa al hecho de que lo único que hace RJ Mitte es desayunar. No hay personaje de televisión cuyos huevos, beicon y cereales sean tan dramáticos; durante la adolescencia uno nunca se sabe por dónde te van a salir las dolencias.
Walter Jr. es un elemento vital en algunos aspectos de la serie. Es una motivación para ciertos comportamientos de Walter padre y también un factor clave en la relación de éste con su mujer. Probablemente incluso adquiera un papel esencial en los episodios que están por venir a la hora de plantear el destino del protagonista, pero la discusión sobre el tema suele residir en su presencia. ¿Es suficiente con lo que vemos ya que es poco más que una herramienta o una serie como ‘Breaking Bad’, que dibuja tan bien a todos los personajes con muy poco, debería haber dado algo más de dimensión a alguien tan relevante como el hijo de Walter? Personalmente me encuentro en una posición más o menos neutral en este punto, pero si hubiesen aprovechado más al personaje no me habría importado.
3×09 “La Mosca”
‘Braking Bad’ es una serie de canal de cable americano y como tal, no es tan accesible como otras. Uno de los elementos fundamentales es la forma en la que cuenta las cosas, esa técnica de olla a presión. Con un ritmo pausado, va subiendo la temperatura poco a poco hasta que finalmente explota en un cúmulo de adrenalina concentrada, para luego volver a esa calma tensa. Es frecuente encontrar espectadores que afirman que a veces es incluso demasiado lenta (¡locos!) y un episodio que hizo abandonar a muchos fue “La mosca”.
Durante 40 minutos, Walter se obsesiona con una mosca cojonera que ronda por el laboratorio, algo que sirve a la historia para poner sobre la mesa la obsesión, la paranoia y la presión que sufre el personaje como consecuencia de la acumulación de eventos previos (muchos de ellos secretos que incumben a Jesse o el peligro acechante a su familia). Es un bottle episode, sí (un episodio botella es uno en el que aparecen muy pocos personajes y generalmente en poquísimos escenarios; es una medida presupuestaria que suele aplicarse a un capítulo justo antes de la recta final de las temporadas, que generalmente son episodios más caros de producir) pero uno bien resuelto y memorable que ha resultado ser el que más polariza a los espectadores de la serie, algo así como el del boxeo de ‘Battlestar Galactica’.
Skyler
Con Skyler ha pasado algo similar que con Jaime Lannister en ‘Juego de Tronos’, en un principio es difícil no juzgar la forma de actuar y de incordiar que tiene constantemente (en el caso de Jaime, cuasi infanticidio, incesto… ya sabéis). Quizá no era tanto que polarizase a la audiencia sino que era odiada por gran parte de ella, pero poco a poco la serie ha ido mostrando más su punto de vista en esta historia y muchos de los que la teníamos manía nos hemos parado por fin a intentar ver las cosas desde su perspectiva. Tenía todo el derecho del mundo a ser un incordio. Con todo, sigue siendo un personaje que genera animadversión entre algunos espectadores, esos a los que aún conservan restos de su perdón incondicional hacia Walter.
El libro y Hank
Retomemos la última secuencia que vimos el verano pasado: Hank, Skyler, Marie y Walter charlan en el patio trasero de los White mientras Walter Jr. juega con Holly. Hank se excusa y va a sentarse en el trono. Con toda la tranquilidad del mundo de quien planta un pino en su propia casa, busca algo que leer y encuentra un mensaje de “G.B” a su “otro W.W. favorito”. Ata cabos. Jódete, espectador, que ahora tienes que esperar un año.
Al pobre Hank le ha pasado de todo y llevaba muchas temporadas sin enterarse ni del nodo hasta que, de repente, por una casualidad casual de la existencia encuentra la pista que le hace descubrir que Walter es Heisenberg. Esto ha molestado a una corriente de seguidores que defienden que es una salida fácil y cutre para desencadenar el final, una que no está a la altura de la complejidad narrativa de ‘Breaking Bad’. Otros defendemos este giro por dos motivos: uno, que las casualidades existen y ya se han dado anteriormente en la serie, si todo saliese según lo planeado no estaríamos donde estamos en la historia. Y dos, es más que probable que Walter haya puesto ese libro ahí. Puede haberse convertido en muchas cosas, pero en un tonto descuidado desde luego que no.
Aunque haya elementos que generen disputas entre sus seguidores, ‘Breaking Bad’ sigue siendo uno de los dramas que más entusiasmo genera actualmente y estos últimos episodios de la serie van a ser uno de los eventos televisivos del verano, si no es EL evento. Pero venga, que lo estáis deseando… ¿Mosca sí o mosca no?
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