Comidas fermentadas que puedes probar por el mundo
Hubo un tiempo en que algunas personas decidieron empezar a comer cosas fermentadas, podridas, excesivamente maduras, podridas (no pongáis esa cara de asco: el queso roquefort, por ejemplo, es queso parcialmente podrido). Transcurridos los siglos, algunas de estas comidas se han convertido en iconos gastronómicos de determinados lugares del mundo. Si viajáis allí, no desaprovechéis la oportunidad de hincarle el diente a alguna de estas delicatessen.
En Nepal, por ejemplo, podéis tomarons un gundruk, que es una masa de verduras verdes fermentada durante 5-7 días, que suele acompañar a otras viandas principales y es una fuente muy popular de minerales.
En Hawáis y la Polinesia, no podéis nagaros a probar el poi malanga, un tubérculo básico de la dieta de la zona: se chafa, se mezcla con leche y azúcar y se deja fermentar durante 3 días. En Corea se toma el kimchi, un plato de col fermentada, sal y muchas especias. Fermenta sólo en 3 días, pero el kimchi se entierra previamente durante meses o años a la temperatura adecuada. Si queréis más col fermentada, entonces viajad a Alemania o Polonia, donde es típico el chucrut o la col agria, cuyos ingredientes son: repollo rallado y sal, fermentados a menos de 15 ºC durante varios días.
De nuevo en Corea, el ajo negro es muy popular: son bulbos de ajo enteros que se fermentan a una alta temperatura durante 40 días. Los dientes del ajo se quedan ennegrecidos, con un sabor dulce y almibarado.
En China podéis tomar pidan, que son huevos de pato, pollo o codorniz convervados en arcilla, ceniza, sal, limón y cáscaras de arroz. La gelatinosa clara es de color ámbar y la cremosa yema es oscura. Se fermenta durante varias semanas.
En Japón es muy típico el miso (seguro que muchos de vosotros ha probado la sopa de miso en los restaurantes japoneses): es arroz, cebaza y soja fermentados y mezclados con setas durante 6 meses. Se usa en sopas y aderezos para ensaladas.
Y sobre bebidas, encontramos muchas fermentadas, como el vino o el armañac (brandy que se destila con uva y luego se deja fermentar, que se toma generalmente en Francia). Pero una de las más curiosas se sirve en Escocia: su nombre es blaand. La receta de esta antigua bebida alcohólica escocesa incluye suero de leche fermentada durante 1 año.
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