Munro Special, la Indian más rápida del mundo, y Burt Munro, su constructor
Si eres como yo de los que intenta ver cualquier película relacionada con el mundo de la moto no tendré que presentarte a Burt Munro, el neozelandés más rápido de todos los tiempos y su Munro Special, la Indian más rápida del mundo. De todas maneras, si no sabes de quién estoy hablando te recomiendo que sigas leyendo porque la historia merece la pena.
L.Font se define como motero de nacimiento que además ha conseguido transformar su pasión por las motos en su modo de vida. Actualmente es editor de Motorpasión Moto y reparte su tiempo entre montar en Vespa y Lambretta (y repararlas) además de escribir sobre cualquier cosa que tenga dos ruedas y un motor. Puedes seguir sus andanzas a través de twitter @L.Font
Burt Munro nació en Invercargil (al sur de Nueva Zelanda) en 1899 y vivió una infancia más o menos tranquila trabajando en la granja de su padre hasta que tras la gran depresión de 1929 acabó trabajando como mecánico y vendedor en una tienda de motos de su pueblo. Aunque unos años antes de encontrar este trabajo Burt ya había dado el paso que le marcaría para toda su vida. Había comprado una Indian Scout de 1920. La moto, que además era una de las primeras que se fabricaban de ese modelo, utilizaba un motor bicilíndrico en uve de 600 cc que le permitía alcanzar casi los 90 km/h. Algo a todas luces insuficiente para aquel hombre que quería ir más y más rápido sobre una moto.
En aquellos años Burt participó en prácticamente todas las carreras que se disputaban en Nueva Zelanda, ya fueran de velocidad pura, subidas de colina, Trial, flat track o incluso todo terreno. Pero la Indian Scout de 1920 no le daba a Burt las prestaciones que él esperaba, así que se puso manos a la obra e inició una transformación que pocos esperaban que llegase a buen puerto. El principal escollo era el poco dinero de que disponía Burt. En aquella época trabajaba como vendedor y mecánico en una tienda de motos de su ciudad, y el sueldo no le daba para mucho más que mantener a su mujer y a las cuatro hijas que tenía. Así que Burt se convirtió en un experto en reciclar cualquier material que caía en sus manos y también se convirtió en un experto en trabajar toda la noche para no restarle tiempo a su trabajo remunerado.
Todo esto no fue suficiente para que Burt Munro desistiera en su empeño, simplemente le llevó un poco más de tiempo del que otro habría empleado. Poco a poco aprendió a fundir sus propios cilindros, pistones o volantes de inercia, incluso se fabricaba el mismo, a base de lima y paciencia, los árboles de levas que necesitaba para la moto. Cuentan que las bielas del motor tardó cinco meses en fabricarlas partiendo de un pedazo del eje de transmisión de una furgoneta Ford. El resultado final fue tan bueno que esas bielas rodaron durante 20 años sin problemas resistiendo incluso algunas gripadas de cilindros bastante graves.
En los años 40 Burt Munro y su Munro Special empezaron a hacerse famosos en Nueva Zelanda al establecer algunos récords de velocidad. Por ejemplo estableció el récord de velocidad en carretera abierta en 1940 rodando a 194.40 km/h. Este récord estuvo vigente durante 12 años. Burt también consiguió establecer el récord de velocidad en una playa en 1957 rodando a 213.04 km/h con la Indian. El paso siguiente era obvio, ya que necesitaba espacios más amplios para poder seguir batiendo récords, así que en 1957 se fue a Bonneville a ver que era aquello de los Speed Trials y volvió a casa con la determinación de volver con la moto para rodar en el lago salado.
Cinco años más tarde, en 1962, Burt Munro se presentó en los Bonneville Speed Trials con su moto. El viaje lo había financiado con sus ahorros, y la ayuda de sus compañeros del club motero de su ciudad. El trayecto entre Nueva Zelanda y USA lo realizó a bordo de un carguero en el que tuvo que trabajar como cocinero para costear el pasaje. En Los Ángeles compró un coche prácticamente en estado de ruina para conducir hasta Bonneville, unos 1200 km.
Pero ahí no habían acabado los problemas para Burt Munro y su moto, ya que no había cumplido con la burocracia de la competición y no se había pre-inscrito con antelación. La suerte se cruzo en su camino y dos habituales de la competición, Rollie Free y Marty Dickerson, le allanaron la burocracia y convencieron a los jueces de que aquel vejete con su moto no sería un problema. Y efectivamente no lo fue, en su primera salida a la pista Burt Munro rodó a 288 km/h. Burt contaba con 63 años y acababa de batir el récord mundial para motos carenadas de menos de 1000 cc. Desde esa fecha y hasta 1968 Burt volvió todos los años a Bonneville estableciendo tres récords mundiales en ese periodo de tiempo. En sus salidas a la pista sólo sufrió un accidente grave en 1967, cuando intentando parar la moto por culpa de unas vibraciones sacó la cabeza del carenado a máxima velocidad y el viento le arrancó las gafas, el casco y casi los ojos. Sin apenas visibilidad “tiró” la moto y sólo sufrió algunos raspones.
En 1975 su salud se deterioraba y esto le impidió renovar la licencia que le permitía participar en las carreras. Aunque siguió rodando de manera clandestina con su moto hasta que en 1978 su corazón dijo basta. A pesar de todo, sus logros no eran conocidos por el gran público hasta que en 2005 se estrenó la película sobre su vida. A partir de ahí muchos se han interesado por este piloto que demostró que con paciencia y tesón se puede conseguir casi cualquier cosa, incluso ser uno de los hombres más rápidos del mundo a los 63 años sobre una moto de más de 40 años plagada de modificaciones caseras.
A continuación podéis ver el vídeo sobre Burt Munro y su Munro Special que publicó AMA al incluir a Munro en el Hall of Fame. Y si tenéis oportunidad no dejéis de ver la película de 2005.
Más información | AMA Hall of Fame, Wikipedia; Motorpasión moto
Vídeo vía | Youtube
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