Experiencias míticas

Las Vegas del Rat Pack

Casino, esa fantástica película del Scorsese más incisivo que desborda genio cuando hace lo que mejor sabe hacer, es un sublime retrato robot de un tiempo que ya no existe, del exceso y las expiaciones de una época que, aunque esté a la vuelta de la esquina, nos evoca una decadencia y un “más es más” que hoy en día, por mucho que se empeñen algunos, solo se puede parodiar.

En los 70 en los que está ambientada la película, en Las Vegas ya no estaban Bugsy Siegel u otros mafiosos de menos renombre pero igual monta quienes, tengamos muy presente, fueron los que convirtieron un montón de arena en luces de neón y piscinas con forma de S a principios de los 40. Pero estaban los que heredaron el filón y continuaron explotándolo. Cientos. Entre ellos tipos como el personaje de De Niro, Sam Rothstein, que al final de la épica narración en off de sus vivencias en la ciudad del pecado resume a la perfección la decrepitud actual de ese pequeño oasis en forma dólar: “Ahora te piden la tarjeta de la seguridad social y vienen los jubilados de excursión”.

Y es que se podría decir que  Las Vegas en los 50 era un estilo de vida; en los 70 un negocio que ya pretendía abarcarlo todo y que se encontró con dificultades fortuitas y, a partir de finales de los 80, un gigantesco parque de atracciones en el que los mitómanos siguen buscando referencias inmortales recreadas sin reparar en gastos.

A finales de los 50 y principios de los 60, Las Vegas se resumía en el Sands, el Caesars Palace o el Flamingo, pero los soportes que mantenían los dados rodando, las chicas correteando y el espectáculo sin fin tenían nombre propio: Frank Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr. Ellos nos hicieron creer que durante un tiempo Las Vegas fue elegante, algo que nunca ha sido ni de lejos y ni falta que le hace. Estos tres truhanes que legendariamente casi han elevado a la categoría de arte el beber hasta las tantas, intercambiar coristas y contar chistes ( muchas veces malos) entre dúo y dúo en el escenario, fueron una prodigiosa e imposible combinación de dos dagos italianos y un negro judío que para colmo se había quedado tuerto.

Quien le iba a decir a Sammy que uno de los suyos reinaría en el Sands. Para que os hagáis una idea de su mérito os cuento como anécdota que por aquella época unos clientes de Texas exigieron en una ocasión que se cambiara el agua de la piscina después de que la actriz Dorothy Dandridge se diera un baño. Tal era la situación incluso en estados no sureños hace cincuenta años.

Eran el trío perfecto: los viejos chistes de siempre en los que lo políticamente correcto todavía no había hincado el diente brillaban con la desfachatez de Sinatra, la actitud canallesca y “suave” de Dean y la frescura y espontaneidad de Sammy que servía de pieza perfecta para incluír bromas desmadradas sobre el Ku Klux Klan o darle pie a Frank para meter la previsible puntilla mientras cantaban a dúo “Me and my Shadow” ( Mi sombra y yo).

El Pack original, sin embargo, se montó en torno a Humphrey Bogart unos años antes, y de los hellraisers que más tarde pondrían el estado de Nevada patas arriba solo estaba Frank que veneraba a Bogie hasta considerarlo su mentor, algo que, desde luego, jamás osó decirle a la cara ya que el escéptico antihéroe americano se hubiera meado de la risa. Menos gracia le hubiera hecho ver como después de su muerte en 1957,el viejo blue eyesse ligaba a su mujer, Lauren Bacall, para luego abandonarla de malos modos. A su manera, como nos cantaría después. Pero esa es otra historia. En el viejo Pack también tenían su sitio de honor Judy Garland, con la que Frank mantuvo una de las amistades más profundas y sinceras de su vida, David Niven  o el grandísimo Spencer Tracy.

Sinatra adoraba a Sammy. Y no iba a permitir que el hándicap de su raza castrara su carrera limitándola a estereotipos y a cuatro shows contados. De hecho cuando Davis sufrió en 1954 el accidente de coche que le costaría un ojo probablemente no hubiera conseguido remontar el mal trago, ni en lo anímico ni en lo profesional,si no fuera por Frank, entre cuyas virtudes estaba su legendaria generosidad.

Dean Martin sin embargo ya se cuidaba solito. Si hubo un rey del cool en Hollywood antes del Steve McQueen de los 70 ese fue Dino Crocetti. Quienes conocían a Dean personalmente coincidían en matizar una diferencia que marcaba un abismo entre él y Sinatra: que a Dean le importaba todo un carajo. No pretendía gustarle a nadie, ni hacer nada para ganarse a un pez gordo o una buena crítica en una película. Para Dean todo era relativo, el show era negocio y tiempo entre amigos, la prolongación de ponerse una impecable camisa blanca y llenarse el vaso de J&B para llevar al escenario. Procuraba no tomarse nada demasiado en serio, algo que por mucho que lo intentara jamás conseguía Sinatra. El golf y las películas del oeste son probablemente las únicas cosas que le interesaban a Dino.

Dean con Shirley McLaine,”mascota” oficial.

Peter Lawford y el bueno de Joey Bishop  (cómico de bastante tirón durante aquellos años en América) completaban“el clan”, como ellos se hacían llamar, pero no dejaban de ser personajes anecdóticos o en el caso de Lawford, peones estratégicos en la partida más ambiciosa que jamás hubiera soñado emprender un cantante melódico. Ahora, para definitivamente partir el bacalao en el “showbiz” , Sinatra tenía que enrocar al rey que no era otro que John Fitzgerald Kennedy.

Ahí es donde entraba Lawford ,el cuñadísimo, un actor inglés de filmografía floja y bragueta caliente que sirvió de perfecto enlace para sendos universos. Le dio a cada uno lo que quería. Sinatra tenía las chicas y Jack el prestigio y la Casa Blanca a la vuelta de la esquina. El mayordomo de Sinatra, que escribió un jugosísimo libro sobre sus años a su servicio titulado “The Last Word on Mr. S”, cuenta sin reparo como Kennedy se interesaba por el color del vello púbico de Shirley McLaine o se mostraba ansioso ante la perspectiva de poder encamarse con todo Hollywood.

Si tiras del tapón de la superficialidad y la diversión, aguas más turbias han empapado para siempre la historia del Rat Pack. Sinatra se empeñó en mantener una relación de amistad con el mafioso Sam Giancana y el Presidente al mismo tiempo, motivo por el que Bobby Kennedy decidió que era hora de cortar de raíz la relación con el faranduleo que años antes les había echado una mano para conseguir la presidencia. Hoy en día se sabe que Frank, Giancana y JFK compartieron a la misma mujer en la misma época, Judith Campbell, señorita de compañía que al final lo que hizo fue llevar información de aquí para allá. Kennedy siempre jugó con fuego, muchas veces sin saberlo.

También irán unidos siempre  al oscuro penúltimo fin de semana de la vida de Marilyn Monroe, cuando esta pasó unos días en el Cal Neva Lodge, en el que Frank compartía acciones con Giancana, y donde se la vió pasar del buen humor y la alegría a un estado depresivo en cuestión de horas. Aún así, hoy en día se sabe que Sinatra y Martin querían bien a Marilyn y que siempre intentaron protegerla y ayudarla cuando estaba en sus manos.

Hace diez años el director Steven Soderbergh volvía a poner de moda el fénomeno Rat Pack al resucitar a los “Ocean’s 11″ del 60 de la mano de George Clooney, Brad Pitt o Matt Damon. El remake es bueno, quizá más redondo que la original. Pero la esencia de aquella época siempre será incomparable.

Comentarios

  1. Comentario by sergio - octubre 14, 2012 07:23 pm

    Muy buen post, enhorabuena

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  2. Comentario by Artes marciales extremos, donde la inteligencia gana a la fuerza - octubre 14, 2012 08:44 pm

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  3. Comentario by Moda para hombres: cuando Sinatra cantaba a la mafia - La Isla Buscada Noticias - octubre 17, 2012 10:03 pm

    [...] Frank Sinatra. Aquellos tiempos de mafia y buena vida. Desde Moda para hombres nos trasladamos a Las Vegas del Rat Pack para comenzar una nueva entrega con nombres [...]

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  4. Comentario by Así votaba Hollywood: las ideas políticas de los actores - noviembre 13, 2012 11:12 am

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  5. Comentario by CarWarez » Así votaba Hollywood: las ideas políticas de los actores - noviembre 13, 2012 06:02 pm

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