Experiencias míticas

Auge y decadencia de los torneos de verano

Pelé y Cruyff en el Trofeo Carranza de 1974

Encendías la televisión cualquier noche de verano, hace no tantos años, y no era complicado encontrar partidos de pretemporada en dos o tres canales al mismo tiempo. Eran tiempos en que los torneos clásicos gozaban de buena salud y convivían con propuestas novedosas nacidas al amparo de la irrupción de las televisiones privadas. Las cosas han cambiado bastante en los últimos tiempos. Los tradicionales partidos estivales nocturnos han dado paso a amistosos en husos horarios remotos. La globalización, la crisis y los calendarios, cada vez más cargados, han hecho estallar una burbuja más, la de los torneos veraniegos.

Los trofeos clásicos

Teresa Herrera, Ramón de Carranza y Colombino forman el podio de trofeos veraniegos clásicos. El Teresa Herrera es el más antiguo. Comenzó a disputarse en La Coruña en 1946, con fines benéficos, adoptando el nombre de una filántropa gallega del siglo XVIII, fundadora del primer hospital de la ciudad. Durante sus dos primeras décadas se jugó a partido único, con invitados tan ilustres como el Santos de Pelé y el Botafogo de Garrincha, que se enfrentaron en la edición de 1959, con victoria del Santos, o el mítico San Lorenzo de Almagro de Los Matadores. A partir de los años 70 se establecería como torneo cuadrangular, con semifinales, final y tercer y cuarto puesto, y así se mantendría hasta 2008.

El Ramón de Carranza se empezó a disputar en 1955, con el fin de paliar la deuda del club, inmerso en una crisis económica tras la construcción de su flamante estadio. Disputado a partido único en sus dos primeras ediciones, pronto adquirió formato cuadrangular. Además de contar con los mejores equipos de España y algunos de los mejores de Europa (desde el Benfica de Eusebio hasta el Real Madrid de Di Stefano o el Ajax campeón de Europa en 1972), se caracterizó en sus mejores años por acoger a equipos llegados desde el otro lado del Atlántico, ya fuera desde Argentina (Estudiantes, Independiente, River Plate), Uruguay (Peñarol, Nacional) y, sobre todo, Brasil: Flamengo, Corinthians, Vasco de Gama, Palmeiras, Botafogo, Santos, Gremio, Atlético Mineiro.

Betis y Boca Juniors en el Carranza de 1964

El Colombino es el tercero en discordia en la terna. La primera edición, jugada en 1965, reunió a los equipos más antiguos de España (el local Recreativo de Huelva), Italia (Génova) y Francia (Racing de París, hoy desaparecido). También solía contar con equipos brasileños, aunque su participación internacional nunca fue tan amplia como la del Teresa Herrera o el Carranza.

Al calor del éxito de estos torneos, fueron surgiendo otros muchos durante finales de los sesenta y a lo largo de los setenta. En 1960 nació el Trofeo Internacional Costa del Sol en Málaga. El F.C. Barcelona fundó en 1966 el Joan Gamper, con formato cuadrangular hasta 1996, contando siempre con importante representación internacional. En 1960 arrancó el Ciudad de Palma y, un año después, el Trofeo Naranja en Valencia y el Trofeo Ciudad de La Línea. En 1973 lo hizo el Villa de Madrid, organizado por el Atlético de Madrid. El Trofeo Santiago Bernabéu se empezó a disputar en 1979, jugándose con formato cuadrangular hasta 1984 y a partido único a partir de entonces. Durante años, el Bernabéu fue el torneo que cerraba la pretemporada en España, disputándose justo antes del inicio de la Liga. Son solamente algunos de los ejemplos que llevaron al diario ABC, el 17 de agosto de 1979, a abrir su información deportiva con el titular “Demasiados torneos de verano”. No sospechaban lo que estaba por venir.

Años 90: las teles privadas y los 3 en 1

Con la llegada de las televisiones privadas, en los años 90, los torneos veraniegos vivieron una particular edad de oro, quizás no tanto en cuanto a calidad, pero sí en cuanto a cantidad y repercusión mediática. Eran los tiempos de la guerra del fútbol, cuando las plataformas digitales de PRISA (Canal Satélite) y Telefónica (Vía Digital) peleaban por el monopolio televisivo del balón; tiempos de partidos en Antena 3 los lunes por la noche. El fútbol era un plato apetecible para todas las televisiones y, repartida la suculenta tarta de las competiciones oficiales, las operadoras se lanzaron ávidas también sobre los amistosos y qué mejor época para ello que el verano.

El Trofeo Colombino

En aquellos días, como señalábamos al principio, era extraño zapear una noche de agosto y no tropezarse con varios bolos veraniegos simultáneos. A los torneos clásicos se les sumaron varios nuevos, la mayoría de ellos de efímera existencia. La oferta se multiplicó. A destacar el florecimiento de un nuevo formato de torneo amistoso: el 3 en 1. Consistía en un triangular disputado en una sola noche, en el que los tres equipos se enfrentaban todos contra todos en tres períodos (tres minipartidos, digamos) de 45 minutos. Casi tres horas de fútbol ininterrumpido (a excepción de los dos obligatorios descansos de 15 minutos) para deleite de aficionados y beneficio de operadoras.

El fútbol moderno era esto: Asia y Estados Unidos

Todo cambió con el nuevo siglo y la globalización. De repente, la palabra de moda en las plantas nobles de los clubs de fútbol era marketing y la necesidad de explotar nuevos mercados era la prioridad. Los clubes españoles no fueron pioneros en el tema (la Premier fue visionaria, con el Manchester United a la cabeza), pero Real Madrid y Barcelona se lanzaron en seguida a por los mercados asiáticos y estadounidense, en los que el fútbol era (y es) un fenómeno de masas emergente. El club blanco, metido de lleno en la era galáctica, encontró en estas giras estivales la posibilidad de disparar beneficios. Mientras tanto, los torneos veraniegos clásicos languidecían y la mayoría de los que se habían creado al albor del boom televisivo iban desapareciendo.

No toda la culpa es de la globalización. La crisis económica y los calendarios veraniegos actuales, cada vez más cargados de partidos oficiales (previas de Champions y Europa League, la ya extinta Intertoto, encuentros internacionales de selecciones, adelantamiento del inicio de las Ligas) también han contribuido a que estos torneos cada vez estén más ahogados. Muchos, como el Villa de Madrid o el Ciudad de La Línea, tuvieron que desaparecer. Los míticos sobreviven, aunque lejos del esplendor pasado. El Teresa Herrera se disputa a partido único desde 2009, con carteles notablemente más modestos que los exhibidos en sus días de gloria. Este año se disputará con la temporada ya en marcha y contará con la visita del Real Madrid para rememorar tiempos mejores.

El Trofeo de Carranza, antaño objeto de la visita de gigantes internacionales, se tiene que conformar durante los últimos años con la presencia de equipos españoles y la visita de algún club portugués. Este verano ha abandonado su clásico formato cuadrangular para disputar un tres en uno con Cádiz, Sevilla y el marroquí Atlético Tetuán. Nada que ver con los carteles de los días de gloria. También sobrevive como puede el Colombino, con varios cambios de formato y la práctica ausencia de representantes foráneos de prestigio.

El Trofeo Bernabéu, habitual punto y final de la pretemporada antaño, sobrevive cada año buscando alojo en el apretado calendario, disputándose a menudo con la Liga ya empezada. El año pasado se jugó el 26 de septiembre, en un partido que enfrentó a un Madrid plagado de suplentes contra el Millonarios colombiano, en homenaje a Alfredo Di Stefano. Este año tendrá lugar el próximo 22 de agosto, encajado entre las dos primeras jornadas de Liga, con el Al-Sadd de Raúl como visitante. No falta quien augura al Trofeo Bernabéu el mismo futuro que tuvo el Torneo de Navidad, su primo hermano del baloncesto que vivió la época dorada durante los años ochenta y languideció durante los noventa y el nuevo siglo hasta desaparecer en 2006.

Por su parte, el Joan Gamper continúa recibiendo a participantes de lujo (Santos, Sampdoria, Nápoles, Milan, Manchester City, Boca Juniors, Inter, Bayern Munich y Juventus en la última década), pero hubo de reducir el formato en 1997, disputándose desde entonces a partido único. El fútbol moderno no se lleva bien con los trofeos clásicos.

Fotos | oclise.com | plazadeportiva.com | diariosur.es | fcbarcelona.es

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Comentarios

  1. Comentario by Auge y decadencia de los torneos de verano - agosto 20, 2013 08:56 pm

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  2. Comentario by Álvaro - agosto 22, 2013 10:55 am

    Hice un artículo para mi blog sobre los torneos veraniegos. Es una pena que se hayan perdido tantos en el camino.

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    1. Comentario by Javier Martin - agosto 22, 2013 12:11 pm

      Muy bueno el post, Álvaro. Confieso que desconocía la longevidad del Playa y Sol de Águilas. Ya que tú no lo enlazas, aquí lo dejo yo, a modo de epílogo https://alvarolamela.blogspot.com.es/2012/06/el-encanto-perdido-de-los-torneos.html

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