Rihanna vela por los voyeurs del 3G
Antes teníamos las gafas de sol. Las gafas de cristales oscuros, lo más tintados posibles. En la playa. Y la mirada de Laudrup. Aquel topless, aaquel microbikini. Benditas gafas de sol. Cuántos hombres con ellas jugando a ser agentes del FBI en bañadores cutres y desteñidos por el sol. Ahora, en cambio, tenemos Instagram y tenemos a Rihanna. El nuevo voyeur es esto.
25 años (sí, 25, leíste bien) y con todo conseguido. Atrás esos años de choni cutre del R&B, haciendo de cierta niña buena en 2005. Unos inicios de melena larga, cara angelical y álbumes pop como A Girl like Me (2006, Def Jam). Mal. A pocos nos interesaba esa Rihanna clonada de tantas otras niñas monas. Aún faltaba por salir lo bueno.
Rihanna es mala, al menos juega a serlo; luego será un trozo de pan y fan de estar tirada en el sofá todo el día de puertas para dentro, pero eso no vende. Su Instagram sí. Marketing, una imagen sexual cada vez más intensa y una chica mala que al tiempo nos enseña el culo como las fotos con la familia más querida. Porque toda chica mala tiene una familia querida, claro.
Adiós a esas gafas de sol de agente de FBI y de crema pringosa para evitar el modo centollo. Rihanna vela por los voyeur (más de 6,3 millones de seguidores lo atestiguan) y nosotros se lo agradecemos. Quietos, claro, que se nos va el 3G.
Fotos | Badgalriri
En 1001 Experiencias | Ese oscuro objeto del consumo
En 1001 Experiencias | Anne Hathaway, no llores, nosotros sí te queremos
COMENTARIOS
2