Mis granitos sobre visitar Nueva York
Una ciudad tan cosmopolita y tan viva como Nueva York requiere toda una vida para comprenderla y conocerla, pero yo quedé prendada desde el primer momento y en cada visita me doy cuenta de cuántas cosas quedan aún por descubrir. Hay cientos de guías que os dirán qué visitar, cuándo, cómo y a qué hora del día, pero yo quería hacer alguna recomendación rápida para que tengáis en cuenta cuando lleguéis a la Gran Manzana.
Top of the Rock vs. Empire State
Todo el mundo sube al Empire State. Es un edificio icónico de la ciudad y ofrece unas vistas privilegiadas, pero no siempre se acuerdan del Top of the Rock, el mirador del Rockefeller Center que hay entre las calles 49 y 50 y la Quinta y Sexta Avenidas. ¿Por qué lo prefiero? Primero, porque está realmente pensado como un mirador, es cómodo, amplio y no tiene una incómoda pared adornada con unas bonitas rejas que impiden la visión. Todas las paredes que evitan que te dejes los sesos en las calles de Nueva York son de cristal (¡Y está limpio!) y hay varios niveles dentro de la misma azotea.
El Top of the Rock tiene otra ventaja y es su situación. Desde su piso 68 encontraréis dos vistas maravillosas. La parte norte ofrece una vista preciosa de Central Park y todos los edificios que lo rodean, casi acechando, una vista que no existe desde el Empire State ya que precisamente es el G.E. Building el que la bloquea. La cara sur ofrece la vista maravillosa de todo Lower Manhattan, incluido el Empire State Building, que es la estrella de todas las fotos. Pero las vistas son 360º.
El mirador del Empire State es 20 pisos más alto, pero por este motivo muchas veces está parcialmente cerrado debido al viento. Si tenéis vuestros señores 50 dólares para subir a ambos, recomendaría el Top of the Rock por el día y atardecer, y el Empire State para la vista nocturna, pero si sólo queréis subir a uno, os recomiendo mirar la hora del atardecer, ir una horita antes al Rockefeller Center y esperar arriba a que anochezca, hay cómodos sofás para disfrutar de las vistas, WiFi gratis para dar envidia en Facebook y una zona interior por si hace rasca. Son dos horas que merecerán mucho la pena.
The Cloisters
¡Pero qué se me ha perdido a mí en el Bronx! Pues sí, más allá de la calle 190 hay una zona de Manhattan muy desconocida a la que los turistas no suelen acercarse pero que yo no puedo dejar de recomendar. The Cloisters es una rama del Metropolitan Museum of Art y lo forman claustros medievales que ubican un museo con miles de obras de arte medieval europeo. Está situado en mitad de un parque tranquilo y precioso que deja vistas del Rio Hudson, el Fort Tyron Park.
Si visitáis el MET, tenéis acceso gratis a este otro museo. Yo os recomendaría que os bajaseis en la parada de metro de la calle 190 (línea A) y dieseis un paseo por el parque (hay excelentes lugares para darse el lote en plan romántico y bucólico), entraseis a los Cloisters y luego cogieseis el autobús que os lleva desde la colina donde está el museo, bajando por todo Broadway hasta el centro, una forma barata de ver esos barrios desde el autobús a la vez que descansáis un poco las piernas.
Para gochear
En Nueva York hay mucha cerdada comestible que está buena, pero si queréis limitar el volumen de comida übercalórica, aquí una chuleta rápida de mis descubrimientos. Para los Bagels (esa especie de pan con forma de donut que veréis acompañado de CUALQUIER cosa y puede ser un excelente snack de media mañana), os recomiendo Absolute Bagels. Está en la 107 con Broadway, un poco al norte, pero perfecto para cuando hagáis la visita a la Universidad de Columbia.
Hablando de Columbia, si tenéis alguna temática de la que os guste leer divulgación (y no os importa que sea en inglés), os recomiendo una visita a la librería de la universidad, tiene de todo y aunque no compréis nada (que luego la maleta pesa), yo me apuntaba libros para después buscarlos en la fantástica The Book Depository.
Pero como los libros no se comen, sigo con LA hamburguesa. Olvidad el McDonald’s. Si os acercáis un día de buen tiempo, quizá tengáis que hacer cola durante una hora. ¡Una hora para una hamburguesa! Creedme, las del Shake Shack lo merecen. El mítico (y el que más cola tiene) es el que hay en el parque de Madison Square, al lado del edificio Flatiron, pero yo fui también al que hay en Columbus Ave. con la 77 y había cola aceptable.
Y un sitio escondidísimo (y también solicitado por los locales) es Burger Joint, que está escondido tras una cortina dentro del vestíbulo de Le Parker Meridien. Es un sitio con gran personalidad, barato y de andar por casa dentro de un hotel lujoso en el 119 West de la calle 56. Os confundirá al principio, pero luego entenderéis por qué lo recomiendo. Quizá lo mejor sea comprar para llevar(está al lado del Central Park), pero si queréis quedaros, que alguien aceche sitio mientras esperáis la cosa, que es un sitio pequeñajo.
No me quiero dejar el mítico Mac&Cheese. Qué cosa tan simple y qué difícil es encontrar unos que no sepan a polvos. Si queréis daros un homenaje (porque este sí es un poco caro), id a Beecher’s. En la planta calle hay una tienda donde podréis probar (y comprar) todo tipo de quesos artesanos y productos relacionados, y en la planta de abajo podréis pedir vuestros Mac&Cheese. Pedid para compartir, que es suficiente, y así probáis alguna otra cosa, como las albóndigas de queso fresco. Está en Broadway con la 20, también cerca del edificio Flatiron.
Un mini apunte. De casualidad me topé con un restaurante japonés auténtico, con una camarera jefe que da muchos gritos en japonés a los comensales japoneses y no te enteras de nada, pero el ramen está buenísimo. Es Terekawa Ramen y está en el 18 de Lexinton Avenue. Ah, truiquito: Comed tarde. Casi nadie come tan tarde como los españoles y los sitios a los que iréis no tendrán límite de horario generalmente. Es una buena forma de evitar colas en lugares donde abunda el cliente neoyorkino como el Shake Shack.
The Museum of the Moving Image
Esto es barrer un poco para casa, pero no podía dejármelo. Allá por los confines de Queens está el museo de la imagen en movimiento, un descubrimiento de mi última visita que ya no dejo de recomendar a los amantes del cine, la televisión o los videojuegos. La colección técnica que tienen es impresionante y lo mejor es que puedes toquetear y verlo todo. Lo mejor es ir un día entre semana por la mañana, ni cristo oye. Pero igual que recomiendo este museo, os invito a que busquéis vuestro museo particular. Aunque el MoMa o el Museo de historia natural sean impresionantes (que lo son), hay hueco para todo tipo de hobbies, y seguro que google os encuentra un lugar interesante dedicado a esa afición vuestra.
No descarto hacer más artículos de estos con mis recomendaciones personales e intransferibles, pero acabo con una cosa que quizá os venga bien. Para mi visita más reciente me hice un mapa interactivo de la ciudad con alguna de las visitas que quería hacer. Por supuesto, faltan muchos básicos, pero google os dirá lo que necesitéis sobre aquellos lugares que sí están y os puedan interesar. Ah, yo fui en navidad, así que hay algunas cosas que son estacionales, pero en general, todo es interesante.
Ver New York! en un mapa más grande
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