Cuando llegas a alguna de las islas del archipiélago de Hawai te recomiendan que te apuntes a un luau. Sin embargo, para poder tomarle el gusto a esta típica reunión local, deberías “colarte” en un luau privado y tratar de evitar los que están preparados como un espectáculo for export. Con un poco de suerte y haciendo buenas migas con los empleados del hotel o en la playa, te invitarán a un luau organizado por alguna familia a raíz de una boda, un cumpleaños o alguna celebración privada.

No te será difícil ya que la gente es muy abierta y a los hawaianos les encanta compartir sus tradiciones. Queda desterrada entonces una creencia común: los luaus no son simples espectáculos para turistas, sino la reunión festiva de familia y amigos, a la usanza de un encuentro alrededor de una buena paella en tierras españolas.

En primer término tendrás que saber que por más que te inviten a una boda o festejo importante, la vestimenta siempre será informal. Los luaus suelen celebrarse en las casas particulares, al aire libre en los jardines. Si la ocasión lo merece, puede realizarse en una terraza de algún restaurant, pero siempre al abrigo de la sombra de los árboles o de las estrellas.

Los dueños de casa te recibirán con un lei de flores naturales que debes lucir durante toda la velada. Estos collares de flores encierran significados de acuerdo a las variedades y colores usados. Si te dan uno de pequeñas flores blancas y sin perfume, no te sientas decepcionado… son los reservados a los mejores amigos.

Naturaleza, ambiente festivo informal, música y comida. El protagonismo de la comida en un luau es fundamental. No se entiende una fiesta de este tipo sin una exagerada cantidad de platos, y no te dejarán marchar hasta que no pruebes aunque sea un poco de cada receta. Uno de los platos que está siempre presente, es el taro: rodajas de ñame o taro cocidas en leche de coco y servidas con tentáculos de pulpo o pollo. Habrá frutos de mar: salmón lomi, pequeñas conchas de opihi o una colorida poke, que es una ensalada de pescado crudo y vegetales.

No faltarán las verduras crudas y cocidas, las carnes de aves y el infaltable cerdo kalua cocido en un horno bajo tierra durante varias horas.

Y la música… el escenario no estaría completo sin música y baile. Y aquí te aconsejamos desmelenarte. Las danzas hawaianas no son patrimonio de las mujeres ya que tanto ellas como ellos se lanzan a la pista a mover caderas y brazos como mejor puedan.

El baile tradicional es el hula y no necesitas conocer cada paso para integrarte a los grupos de baile en un luau particular. Simplemente contágiate de la alegría de la fiesta e intenta seguir a tus compañeros. Si quieres inspirarte, te dejamos aquí un vídeo para que conozcas su significado y veas cómo se entrenan los hawaianos para bailar el hula.

¡Aloha!

Fotos | Brian Wright, TBridge
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