Orgulloso de pagar por mis apps
Es impresionante la cultura de “lo gratis” que tenemos en España, que si bien podría estar bien si no implicase que gratis es un eufemismo puro y duro de pirateo. ¿Cuánta gente conoces que tiene un smartphone de última generación léase iPhone 5, Samsung Galaxy S4 o HTC One por ejemplo (valorados en más de 600 euros) y le dolía pagar por WhatsApp cuando se le acabó el año de prueba gratuito?.
La de gente que decidía pasarse a Line o a cualquier alternativa por no pagar menos de un mísero euro deja claro el poco valor que tenemos de lo no tangible, un bien digital o virtual. Sin embargo mi punto de vista es completamente opuesto, yo estoy orgulloso de pagar por mis apps. ¿Por qué? hay muchos puntos para ello entre los que destaca la seguridad de mis datos al no instalar aplicaciones de fuentes no confiables y el ahorro de tiempo que consigo comprando fácil y rápido en la tienda de aplicaciones además de que pago por un bien digital, compro algo y reconozco el trabajo de quien ha creado esa aplicación.
El caso de la negativa a pagar por WhatsApp es algo que muestra la línea que ha tomado la juventud, y no tan juventud de este país. El software para PC, la música, cine o TV eran blanco directo de la piratería. La idea de “me gusta una canción, me la bajo” está muy extendida, sin previo pago por ello claro está, y ahora lo tenemos en plena berrea en el mundo de las aplicaciones móviles.
En este momento existen dos casos bien marcados con posiciones frente a las aplicaciones de pago: el usuario que no admite el valor que le aporta una aplicación, como es el caso de WhatsApp anteriormente mencionado, y luego tenemos el caso del usuario que busca las aplicaciones pirateadas por Internet en lugar de pasar por caja en la tienda de aplicaciones de la plataforma de su móvil en cuestión.
Este segundo tipo de usuarios, llamémoslo “piratapps“, tiene toda una serie de argumentos cuando le preguntas el porqué de esa actitud.
Yo abro los ojos y veo cómo, en el caso de WhatsApp, estoy obteniendo un servicio por menos de lo que me cuesta una cerveza, que me acerca a mi gente, me permite mandar y recibir mensajes escritos, de voz, imágenes. Todo ello por menos de 1 euro, cuando antes pagaba 10 céntimos de euro por un mísero SMS, de 160 caracteres de longitud, que si te pasabas te cobraban el doble. WhatsApp es un chollo, lo mires como lo mires.
De esta manera estoy reconociendo el trabajo de los creadores de la aplicación y fomentando un crecimiento en la comunidad móvil, así, ellos pueden seguir dedicando su tiempo a crear nuevas aplicaciones, es decir, eres el motor de la creación de futuras aplicaciones que podrían acabar en el tintero. Tu aportación, paga las horas dedicación para la creación de la app y los servicios que requiere el mantenimiento de la misma y además incentiva al desarrollador a seguir con esa labor.
La piratería de aplicaciones en smartphones tiene muchos riesgos inherentes y que la mayoría de usuarios no ve o no quiere ver. Si me diese por buscar una aplicación móvil para mi smartphone Android y la encontrase en cualquier lugar recóndito de Internet, ¿quién me garantiza que no ha sido modificada de manera maliciosa?. La aplicación podría registrar todo lo que escribo y mandarla a un tercero o bien robar mis credenciales de distintos servicios o redes sociales. Es decir, ¿y si la aplicación parece funcionar correctamente y realiza otra tarea maliciosa en segundo plano?.
Las tiendas oficiales de Apple, Google y Microsoft filtran en cierta manera ese tipo de comportamientos maliciosos en las aplicaciones y, por tanto, te aseguras de no sólo un buen funcionamiento de tu terminal, sino también de la seguridad de tus datos el bien más preciado que tenemos, por encima de cualquier dispositivo.
Sin embargo no todo el mundo es como yo, hay fauna y flora de todo tipo en todos los lugares y por ello quiero que veáis una pequeña clasificación del tipo de usuarios piratapps que mencionamos anteriormente. Seguro que muchos de vosotros reconocen en su entorno y que “vive al límite” en cuanto a lo que seguridad móvil se refiere haciendo uso de aplicaciones encontradas vaya usted a saber donde.
Tipos de piratapps
Yo suelo hacer paralelismos para que estas personas entiendan las implicaciones de lo que hacen a la hora de piratear ya que parecen no entender el valor de esa aplicación móvil, el trabajo que hay detrás y los gastos extra que puede conllevar (servidores, gestión de bases de datos, etc).
Hay piratapps que no atienden a razones, comentan que para qué van a pagar si lo pueden conseguir gratis. Yo les comento que ¿cómo es que pagan por una barra de pan si pueden ir por detrás de la tienda, llegar a la trastienda y cogerla sin pagar?.
Otro tipo, piratapps con conciencia social (léase la ironía) que comentan que lo hacen para probar la aplicación, ver qué tal está y se excusan con que en caso de que les guste la compran en la tienda de aplicaciones (claro claro… seguro que sí). A este tipo de usuarios les acabo comentando que si quieren probar un Audi antes de comprarlo, vas al concesionario, no robas uno, lo pruebas, y si te gusta entonces te acercas al concesionario a comprarlo. En este punto hay que darles algo de razón, perno no justifica su actitud, ya que algunas plataformas no te dejan probar una aplicación sin comprarla, o te dan un tiempo muy reducido para probarla en el quizá no seas capaz de ver si te convence.
Y para finalizar están los piratapps camello, que no sólo las prueban sino que las van repartiendo entre los colegas. El típico amigo que lleva encima las aplicaciones (.apks en Android por ejemplo) y te invita a probar el juego de última generación de moda, algo que probablemente no supere los 5 euros y que seguro que el fin de semana se gasta más en una única copa. Muchos de ellos se creen Robin Hood repartiendo lo robado entre los pobres, pero nada más lejos de la realidad, ni robas a ricos ni tampoco repartes entre pobres. Una persona que tiene un smartphone y paga su línea de teléfono con datos, tiene ese euro o dos euros para comprar la aplicación.
El sobreprecio de los medios digitales
Hay algunas aplicaciones que tienen costes exagerados, como por ejemplo una aplicación para seguir los resultados de MotoGP o bien la Fórmula 1 que superan los 25 euros. Pero, al final, es el usuario puede elegir si le va a sacar partido, o no, y comprarla en caso afirmativo.
Mucha gente, fuera de si piratean aplicaciones o no, se queja del precio de los medios digitales y aquí tengo que lanzar un voto a favor ante esa queja. Con medios digitales nos referimos a música, libros electrónicos, capítulos de series y películas, entre otros.
Cómo es posible que un eBook cueste sólo 1-2 euros menos que el mismo libro en papel, con lo que cuesta ese papel, la impresión, el encolado, la portada, los gastos de almacenaje y transporte a la librería o tienda en cuestión. O bien la música, sin formato físico, siguiendo el mismo planteamiento. Una cosa es que no pirateemos por principios, pero otra a tener en cuenta es que en algunos aspectos nos tratan como idiotas.
Llegan formatos digitales y lo que puede ser un revulsivo para el sector si se mantienen unos precios contenidos, la industria lo convierte en un medio para optimizar y conseguir más beneficio en lugar de mantener el beneficio previo con bienes físicos y repercutir la diferencia de costes del bien digital a favor del consumidor.
La educación y los valores, el principio de la solución
En resumen, tenemos un grave problema sobre nosotros y no es otro que el de la educación ante la piratería y los bienes digitales. A los niños, en el cole, se les enseña que no tienen que coger y llevarse las cosas de otro niño o que hay que pagar por una manzana y no cogerla e irse. Hay que fomentar también una educación responsable frente a los bienes digitales / virtuales.
Últimamente cogiendo el transporte público he oído conversaciones entre niños de 15-16 años en las que queda patente que se piensan que la música es gratuita y está en Internet. Antes cuando necesitabas un medio físico para por ejemplo escuchar música (cassette – CD), tenías que ir a una tienda y comprarlo. Aunque, bueno, hay que admitir que también cabía la posibilidad de descargarlo ripeado y que lo grabases tú en ese medio físico en cuestión.
Y volvemos al mismo punto, señores, la educación es la clave. La generación nini actual está perdida, no puedes hacer ver a alguien que desde que ha nacido ha visto como natural la posibilidad de conseguir gratis, las cosas que pague por ello. Es altamente complicado inculcar un valor a alguien que tiene tan arraigado ese concepto.
¿Compras aplicaciones?
Y como coletilla final quería que participaseis en los comentarios para ver qué tipo de aplicaciones son las más populares, si compráis aplicaciones o preferís las gratuitas subvencionadas con publicidad o si en caso de que no exista versión gratuita buscáis por otro lado la aplicación para tenerla en vuestro móvil.
Personalmente tengo varias aplicaciones compradas en Android, la plataforma que uso de manera principal, entre ellas destaca WhatsApp, aplicaciones de benchmark, algunos juegos y aplicaciones y herramientas de cuando han estado en promoción con coste de céntimos.
Yo estoy orgulloso de comprar aplicaciones, ¿y tú?
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