El hombre clásico aventurero en el cine
El séptimo arte ha sido desde sus inicios un fiel reflejo de las modas y el estilo de la sociedad, a veces incluso influyendo poderosamente sobre ella incitando a cambios en la moda de vestir —el caso de las camisetas y Clark Gable en ‘Sucedió una noche’ (‘It Happened One Night’, Frank Capra, 1934) es una buena prueba de ello—. En 1001 Experiencias hacemos hoy una pequeña selección del hombre clásico aventurero en el cine. Algunos de los ejemplos más significativos de ese hombre elegante y atractivo, de poderosa personalidad, que igualmente se arrastraba por el fango para vivir la mayor de las aventuras.
‘Beau Geste’: Gary Cooper
Del gran William A. Wellmann, director todoterreno, concretamente dotado para la aventura y las emociones a flor de piel, ‘Beau Geste’ es un claro ejemplo de aventuras en el sentido más clásico del término. El desierto del Sahara poniendo a prueba a tres hermanos inseparables y un zafiro como mcguffin. Gary Cooper sobresale por encima de todos, haciendo gala de su innegable elegancia y porte. Alto, fuerte y de tez amable, representaba al hombre medio americano, para el cual fue un ídolo durante años. A día de hoy nadie ha sido capaz de hacerle sombra, ya no sólo por sus innegables dotes como actor, sino por su poderosa presencia física. Dicho en otras palabras, ya no hay hombres con ese estilo, el cual echamos todos de menos.
‘Sólo los ángeles tienen alas’: Cary Grant
Si la elegancia masculina tuviese un nombre en el cine, ese sin duda sería Cary Grant, para el que suscribe el hombre más elegante que jamás ha aparecido en una pantalla. ‘Sólo los ángeles tienen alas’ (‘Only Angels Have Wings’, Howard Hawks, 1939) es una de las maravillas de Howard Hawks, director que dejó unas cuantas obras maestras en el género de aventuras. Cary Grant comanda una empresa de correo aérero en tiempos difíciles. El carácter grupal de Hawks hace acto de presencia y la mujer que se rinde a sus pies también. La maravillosa Jean Arthur era la partenaire de Grant un año después del espaldarazo definitivo de este. Pocos llevaron una cazadora de cuero andrajosa con tanto estilo.
‘El mundo en sus manos’: Gregory Peck
Parece que Gregory Peck nunca gozó del prestigio crítico de los dos anteriormente citados, pero creo que eso siempre fue un grave error de percepción por parte de muchos. Peck, que protagonizó muchísimas películas que fueron éxitos rotundos en nuestro país, demostró un amplio registro interpretativo, luciéndose en ‘El mundo en sus manos’ (‘The World in his Arms’, 1952) como nunca, aunque tuviese la ayuda de Raoul Walsh, uno de los grandes narradores del cine, y uno de los que mejor reflejó el espíritu aventurero en el séptimo arte. Esta aventura marina —el mar como elemento catártico— es una de esas venturas para todas las edades que nunca pierde fuerza. Peck le imprimió estilo con su fuerte carisma.
‘Dos hombres y un destino’: Paul Newman
Si Cary Grant fue el hombre más elegante que se puso ante una cámara de cine, Paul Newman fue de lejos el más guapo. Esos ojos azules encandilaron a varias generaciones de cinéfilos y espectadores, demostrando que la belleza no estaba reñida con la calidad interpretativa. Claro actor de método, lo cual sacaba de quicio a algún que otro famoso realizador, Newman ofreció una de sus grandes interpretaciones en un western, el género cinematográfico por excelencia, una aventura en sí mismo. ‘Dos hombres y un destino’ (‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’, George Roy Hill, 1969) narraba la historia de dos famosos bandidos llenos de carisma. Una de sus armas: su incuestionable encanto. ¿Quién no recuerda su famoso tema musical? Ya no quedan hombres como Newman en el papel de Cassidy, que empuñaba un revólver, montaba a caballo, se tiraba por un acantilado, o montaba en bicicleta con idéntica facilidad.
‘El golpe’: Robert Redford
Ciertamente podríamos haber citado a Robert Redford en la película anterior, pero también sería injusto no hacerlo por la presente, ‘El golpe’ (‘The Sting’, George Roy Hill, 1973), un intento de repetir el éxito de la anterior con los mismos actores y director, logrando un éxito aún mayor al conseguir ser la triunfadora de los Oscars aquel año. Un guión modélico que sigue a una pandilla de bribones en una venganza que termina con uno de los finales sorpresa más recordados de todos los tiempos. Si alguna vez quisimos ser otra persona y vivir aventuras alejadas de nuestra cotidianidad, fue con personajes como los de esta película. Robert Redford, actor al que nunca le costó interpretar, demostró poco a poco que la arruga es bella, y la naturalidad, el mejor de los estilos.
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