“Cuando llegó el día lloré mucho. Me sentía como si me lo hubieran robado”, comenta emocionada Dolors Sala cuando le preguntan por aquel 4 de septiembre de 1984. Fue el día en el que el FC Barcelona picó en la puerta de su casa para llevarse a un niño de tan sólo 13 años. Un tal Josep Guardiola. Seguro que el dolor habría sido mucho menos amargo si hubiera podido asomarse al futuro, para comprobar que 27 años después su hijo es un icono de la historia culé.

A los 7 años de su llegada a La Masía, Johan Cruyff le convocaba con el primer equipo. Guardiola, en su primera interacción con una cámara de televisión, demostraba tener las ideas muy claras a pesar de su extrema juventud. Así pues, al ser preguntado por sus características, contestaba con una frase clara y concisa que ha caracterizado su carrera: “Juego siempre muy fácil. Nunca me complico”. Algo en apariencia tan sencillo y sin embargo tan complicado y único.

Protagonista en el nacimiento de una identidad

Guardiola triunfó en su carrera como futbolista, liderando y capitaneando al mítico ‘Dream Team’ y colapsando su palmarés –6 Ligas, 2 Copas del Rey, 4 Supercopas de España, 1 Copa de Europa, 1 Recopa, 2 Supercopas de Europa y el Oro Olímpico en Barcelona 92–, pero prácticamente desde el día de su debut se podía percibir que ahí había madera de entrenador.

Más allá de su privilegiada visión de juego y su guante en el pie derecho, Guardiola era un líder. Un futbolista que se pasaba los 90 minutos hablando, ordenando, protestando… Era como una prolongación sobre el césped del entrenador. Y nunca escondió su intención de dar el salto a los banquillos una vez se retirase.

De hecho, no había aún colgado las botas y ya había iniciado el curso de entrenador en Madrid. Lo dejó aparcado unos meses para ir a jugar a México, en el Dorados de Sinaloa y a las órdenes de uno de sus mentores, Juanma Lillo. Tras finalizar el Torneo de Clausura, Guardiola regresó a España, finalizó el curso de entrenador, y anunció su retirada definitiva.

Su carrera futbolística estaba ligada al FC Barcelona, pero sus últimos años como jugador los orientó a un futuro como entrenador. Por ello recaló en Italia, para jugar con el Brescia además de un paso fugaz por la Roma, donde tanto reconoce haber aprendido de lo relativo a sistemas defensivos, táctica y métodos de entrenamiento.

Asentando las bases para un futuro de éxitos

En el 2006 ya tenía su carné de entrenador, pero antes de dar el salto a los banquillos quería seguir aprendiendo de los mejores, viajar, conocer diversos métodos dependiendo de los países y las culturas de cada club. Presenció los entrenamientos de numerosos equipos, y mantuvo largas y enriquecedoras charlas con sus respectivos técnicos.

Cuando ya era el entrenador del filial del FC Barcelona en Tercera División, emprendió un viaje rumbo a Argentina con la única intención de charlar cara a cara con personajes de este deporte a los que admiraba. Uno de ellos era César Luis Menotti, con el que estuvo hablando hasta las 3 de la madrugada. Cuando le preguntan al técnico argentino por aquel encuentro, sólo tiene buenas palabras: “Hacía mucho tiempo que no veía un entrenador tan inquieto, con tantas ganas de aprender y escuchar”. Una buena definición de la personalidad de Guardiola, tan observador con su entorno, siempre absorbiendo lo mejor de los que le rodean con la ambición de mejorar y crecer tanto personal como profesionalmente. “Es un tipo que no vive de escándalos, un personaje apasionante”.

Puede que su visita más interesante fuera la que mantuvo con el ahora entrenador del Athletic, Marcelo Bielsa. 11 horas de conversación, debatiendo y compartiendo ideas. De aquella reunión Guardiola adoptó una medida que le caracteriza como técnico y que es motivo de crítica desde muchos sectores de la prensa. Hablo del no otorgar entrevistas personales. “¿Por qué le voy a dar una entrevista a un tipo poderoso y se la voy a negar a un pequeño reportero de provincias? ¿Por qué voy a acudir a una emisora líder cada vez que me llame y en cambio jamás a una pequeña radio del interior? ¿Cuál es el criterio para hacer una cosa así? ¿Mi propio interés? Eso es ventajismo” Las palabras de Bielsa calaron en un Guardiola que cumple con sus obligaciones saliendo siempre a las ruedas de prensa del club, donde no rehuye preguntas y está el tiempo que sea necesario, pero más allá de esa sala, nunca atiende a ningún periódico, radio o televisión.

¿Y ahora qué?

A día de hoy, es evidente que Pep Guardiola ha triunfado no sólo como futbolista, sino como entrenador. Para muchos, su FC Barcelona es el mejor equipo que se ha visto nunca sobre un campo de fútbol. El conjunto blaugrana ha alcanzado la excelencia no sólo agradando con un fútbol de ensueño, sino utilizándolo como medio hacia la consecución de los títulos. Pep está todavía en su cuarta temporada como entrenador, y ya prácticamente podemos decir que tiene mejor palmarés en esta disciplina que como futbolista –3 Ligas, 1 Copa del Rey, 3 Supercopas de España, 2 Copas de Europa, 2 Supercopas de Europa y 1 Mundial de Clubes–. Sin embargo, cada domingo sale al césped con la pasión del primer día. El propio Guardiola dice que para él, lo mejor no son las victorias ni los goles, sino el comprobar cuando van diez minutos de partido, que está siendo tal cual se lo había imaginado la noche antes, cuando lo preparaba.

Guardiola vive por y para el fútbol las 24 horas del día, y ese desgaste se percibe en su cambio físico durante los últimos 4 años. “Es evidente. Ha perdido pelo, está más delgado. Sufrimos, pero no le decimos nada. Es su vida”, declaran los padres de Pep. El Barça está ahora en labores de negociación para renovarle el contrato por otro año. Algo que depende única y exclusivamente del técnico. Nunca ha escondido su rechazo a firmar por más de una temporada. Incluso si de él dependiera, lo haría por semanas. No le gusta la idea de estar atado. El no poder marcharse mañana mismo si un día se despierta cansado de esta rutina.

Pero ese día parece muy lejano. Cuando se entrevistó con Marcelo Bielsa, el técnico argentino le preguntó: “¿Por qué usted, que conoce toda la basura que rodea al mundo de fútbol, el alto grado de deshonestidad de cierta gente, aún quiere volver ahí, y meterse además a entrenar? ¿Tanto le gusta la sangre?”. Guardiola contestó: “Necesito esa sangre”.

Fotos | tpower1978
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