Ahí, en ese amasijo de plástico y metal, tras un brutal accidente, murió Paul Walker el pasado 30 de noviembre. Tenía 40 años y gracias al rotundo éxito de la franquicia ‘Fast & Furious‘ se encontraba en el mejor momento de su carrera. Lo tenía todo, pero un descuido acabó con su vida. Universal Pictures, con buen criterio, ha anunciado el retraso indifinido del rodaje de la séptima entrega, cuyo estreno estaba previsto para el verano de 2014. Ya habrá tiempo de seguir adelante, cuando en la mente de los fans se cree la necesidad de ver por última vez al actor en una de esas imposibles acrobacias automovilísticas que han dado fama a la saga.

La muerte de Walker nos obliga a repasar otras tragedias, otros casos de estrellas que también se marcharon antes de tiempo, con un rodaje a medias.

El final de Walker recuerda inevitablemente al de James Dean, fallecido también en un accidente de coche –en la imagen le vemos con el vehículo en cuestión, al que llamaba “Pequeño bastardo”–. El mito de Hollywood había rodado todas sus escenas de ‘Gigante’ (‘Giant’, 1956) antes de dejarse la vida en la carretera con solo 24 años, sin embargo había diálogos que no se entendían demasiado bien y fue necesario recurrir a Nick Adams para que los doblara.

River Phoenix murió de sobredosis de cocaína en el local de su amigo Johnny Depp, dejando inconcluso el rodaje ‘Dark Blood’ (1993/2012) a solo once días de que se diera el último claquetazo. George Sluizier decidió recuperar el montaje y estrenarlo recientemente en el festival de Berlín. Una curiosidad para fans que no ha sido muy elogiada. Personalmente, siempre recordaré a Phoenix como el joven Indiana Jones…

Si hay otro icono trágico en el mundo del cine es, sin duda, el de Marilyn Monroe. El 5 de agosto de 1962 dejó este mundo con 36 años, a causa de una sobredosis de pastillas, una de las mayores estrellas que ha pisado y pisará Hollywood. Y a pesar de que no se dice, fue además una estupenda actriz cuya magia traspasaba la pantalla. La ambición rubia dejó huérfano el rodaje de ‘Something´s Got to Give’.

Aunque de Heath Ledger se recuerda el Joker en ‘El caballero oscuro’ (‘The Dark Knight’, 2008) como su última interpretación –por la cual ganó un Oscar póstumo–, lo cierto es que el actor australiano se encontraba filmando ‘El imaginario del Doctor Parnassus’ (‘The Imaginarium of Doctor Parnassus’, 2009) cuando falleció a los 28 años, también a causa de una sobredosis de pastillas, en una solitaria habitación de hotel. Johnny Depp, Colin Farrell y Jude Law ayudaron a Terry Gilliam con el resto de la filmación.

Bruce Lee estaba en la cima de su carrera cuando en el año 1973, tras apenas superar la treintena, dejó sin acabar el rodaje de, casualmente, un film titulado ‘Juego con la muerte’ (‘Game of Death’, 1978). Uno de los luchadores más míticos del séptimo arte abandonó este mundo por una reacción alérgica a un medicamento. Parece una broma de mal gusto. Robert Clouse tuvo que recurrir a dobles para terminar las escenas de Lee.

La tragedia persiguió a la familia Lee y acabó también con el hijo de la estrella del cine de acción. Brandon Lee murió habiendo soplado solo 28 velas, durante el rodaje de ‘El cuervo’ (‘The Crow’, 1994) por una bala que debía ser de fogueo. Su fallecimiento fue corregido de similar manera que en ‘Juego con la muerte’ pero con ayuda de los más efectivos ordenadores. Con el tiempo, el film de Alex Proyas se ha convertido en un título de culto en gran parte por este trágico acontecimiento.

Acabamos con Natalie Wood, cuya muerte aún sigue dando que hablar. Se encontraba a punto de acabar el rodaje de ‘Proyecto Brainstorm’ (‘Brainstorm’, 1983) cuando se ahogó tras caer de un yate, donde estaba acompañada por su marido, Robert Wagner, el coprotagonista del film, Christopher Walken, y el capitán de la embarcación (Dennis Davern). Douglas Trumbull se vio obligado a reescribir el guion y sustituir a la leyenda con dobles en algunas escenas.

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