Operación 007: siete hombres que dijeron que no a James Bond
El 5 de octubre de 1962 cuatro muchachos de Liverpool lanzaron su primer sencillo al mercado: eran los Beatles y la canción, ‘Love Me Do’. Ese mismo día, pero en un Londres todavía en modo pre-swinging, se estrenó en el London Pavillium de Picadilly Circus la primera película de la que iba a ser la franquicia más longeva de la historia del cine, ‘Agente 007 contra el Doctor No’ (Terence Young, 1962). El mundo no lo sabía entonces pero ese día su curso cambió.
James Bod y los Fab Four comparten poca cosa más allá del día de su puesta de largo. Al contrario: sorprende como dos de las joyas de la corona del Imperio Británico pueden llevarse tan mal. Lo de los Beatles y los Rolling Stones fue un invento de la prensa. Lo de 007 vs. John, Paul, George & Ringo es pura inquina. Hay quien dice que todo estalló tras el rodaje de una secuencia para ‘Solo se vive dos veces’ (Lewis Gilbert, 1967) en la que el Bond de Sean Connery asistía a un concierto de los Beatles en Tokio. La escena se cayó del montaje final después que Lennon proclamara que eran más famosos que Cristo. El agente 007 tendrá licencia para matar pero sus productores se acobardaron e hicieron uso de sus tijeras para evitar el boicot del público. Una gran historia… Que no es cierta. O al menos no es el origen del odio de 007 por los Beatles. Tres años antes, en James Bond contra Goldfinger (Guy Hamilton, 1964), encontramos este diálogo:
“My dear girl, there are some things that just aren’t done, such as drinking Dom Perignon ’53 above the temperature of 38 degrees Fahrenheit. That’s just as bad as listening to the Beatles without earmuffs!”
Otras versiones apuntan que, coincidiendo con el rodaje de ‘Goldfinger’, los productores de 007 tantearon a los Beatles para incluir una de sus canciones en la banda sonora. Los de Liverpool dieron calabazas y surgió el conflicto. Sea como fuere, los Fab Four no han sido los únicos que han dado calabazas a Bond, James Bond. Al menos hay 7 actores que rechazaron interpretar a 007. Estos:
001 Richard Burton
En qué Bond pudo espiar: ‘Agente 007 contra el Doctor No’ (Terence Young, 1962)
Expediente 007: Ahora puede parecer un sacrilegio pero Sean Connery no fue la primera opción de los productores. Es más, Ian Fleming quería a David Niven, a James Mason, a Rex Harrison, a cualquiera antes que a ese escocés que, en lugar de estudiar en el Fettes College, era el que llevaba la leche. Burton era el primero de la lista pero se descolgó pidiendo una cantidad de dinero a la que los productores, Albert R. Broccoli y Harry Saltzman, no pudieron llegar.
002 Cary Grant
En qué Bond pudo espiar: ‘Agente 007 contra el Doctor No’ (Terence Young, 1962)
Expediente 007: Otro sacrilegio… ¿Un James Bond americano? ¿Qué será lo siguiente? ¿Un Sherlock Holmes yanqui? Aunque, claro, estamos hablando de Cary Grant. Broccoli y Saltzman le ofrecieron el rol pero respiraron aliviados cuando éste lo rechazó. Para empezar, se veía demasiado mayor –tenía 57 años cuando empezó a rodarse la primera entrega– y, por el otro, no quería comprometerse para más de una película. Los productores se habrían visto forzados a reanudar todo el proceso de cásting fuera cual fuera el resultado de Grant como Bond.
003 Patrick McGoohan
En qué Bond pudo espiar: ‘Agente 007 contra el Doctor No’ (Terence Young, 1962)
Expediente 007: Nacido en Estados Unidos pero irlandés de pura cepa, McGoohan pasó no solo de ser James Bond, también rechazó protagonizar una serie de TV que tuvo su momento y por la que pasó alguien que no será familiar, ‘El Santo’ y Roger Moore. ¿Más madera? J. K. Rowling quería que fuera Dumbledore en el salto al cine de Harry Potter y Peter Jackson le ofreció el rol de Gandalf antes de dárselo a Ian McKellen. También los rechazó. A principios de los 60, McGoohan era el actor mejor pagado de la TV británica gracias a la serie ‘Cita con la muerte’, en la que era el espía Drake, John Drake. Pero sería otra serie, la mítica ‘El prisionero’ –de la que fue creador, guionista, director y protagonista– la que convertiría a McGoohan en una estrella. James Bond era, decía, demasiado mujeriego, demasiado violento, demasiado poco irlandés.
004 Clint Eastwood
En qué Bond pudo espiar: ‘Vive y deja morir’ (Guy Hamilton, 1971)
Expediente 007: Otro yanqui que pudo haber campado en la Corte del Servicio Secreto Británico de no ser por su reverencial respeto a un escocés. Cuando Sean Connery se descolgó pidiendo un sueldo de 5,5 millones de dólares para protagonizar su sexto Bond –‘Al servicio secreto de su Majestad’ (Peter R. Hunt, 1969) la protagonizó el australiano George Lazenby después de que Connery decidiera tomarse un descanso–, los productores pensaron en Eastwood, que se vio poco british para el papel.
005 Christopher Lambert
En qué Bond pudo espiar: ‘007 Alta Tensión’ (John Glen, 1987)
Expediente 007: James Bond goes international. Nacido en Nueva York pero con pasaporte francés –su padre era un diplomático galo que trabajaba en las Naciones Unidas– lo de Lambert como James Bond parece una broma de mal gusto. Pero no, parece ser que Lambert fue una recomendación personal de Sean Connery, con el que había cruzado sables en ‘Los Inmortales’ (Russell Mulcahy, 1986), a los productores de la saga.
006 Liam Neeson
En qué Bond pudo espiar: ‘GoldenEye’ (Martin Campbell, 1995)
Expediente 007: Ironías del destino, Neeson rechazó el papel porque no le interesaban las cintas de acción. El sesentón más duro de la historia reciente del cine acababa de protagonizar entonces ‘La lista de Schindler’ (Steven Spielberg, 1993) y prefirió encarnar a otro héroe de las islas en ‘Rob Roy’ (Michael Caton-Jones, 1995), una aventura histórica que hoy acumula polvo en las videotecas.
007 Hugh Jackman
En qué Bond pudo espiar: ‘Casino Royale (Martin Campbell, 2006)
Expediente 007: Echadle la culpa a Bourne, Jason Bourne y a Lobezno. Al primero porque, amnésico y contra todos, supuso un corta y rasga en lo que a cine de espías se refiere. Ya no había tiempo ni ganas de gadgets, ironías o salvar el mundo en smóking. El espía tenía que ser, por sí mismo, un arma mortal. Tras Bourne, los jefes de la franquicia Bond tuvieron que abandonar el modelo Roger Moore o Pierce Brosnan y ensuciar el mito. Y a Lobezno porque Jackman, en esos momentos, se había comprometido a rodar la tercera entrega de la saga ‘X-Men’ y el primer spin off de la estirpe mutante Marvel. No tenía tiempo para ser el segundo Bond australiano. Y ahora se arrepiente… O puede que fuera Craig, cuando los dos encabezaron el montaje en Broadway de ‘Una lluvia constante’, el que le pusiera los dientes largos.
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