Me temo que os vais a pasar toda la vida mareando la perdiz con la última saga de Lucas. Dedica nueve años -más todos los avances técnicos previos- para hacer tres películas y lo reducís todo a una frase. Pertenezco a la generación blogera, y todavía me sorprendo de como por tener la oportunidad de expresaros os excedéis a la hora de emitir juicios. En lugar de seguir machacando los topicazos aventuraros de una vez a analizar con disfrute ni con miedo esas nuevas películas para encontrar en ellas rasgos elogiables. Mucha gente despreciaría en su día Star Wars y el ver un robot con titan lux amarillo lloriqueando. Pero esto es solo una pose: que se pueda verbalizar no significa que sea cierto. El Episodio I era una película para niños. El problema está cuando tíos de treinta años acuden como niños esperando una película para tíos…de treinta años. Solo había que ver como reaccionaba los verdaderos infantes. Revisad la historia del cine -sí, chicos, lo digo muy en serio- y pensad cuantas películas han ofrecido a ese público -que después un adulto disfrute con ese cine es otra cosa, como sucede con Miyazaki, como sucede con Stevenson en literatura; perfectos todos ellos en su trabajo- una epicidad como la creada por Lucas. El tío no es un cualquiera. Que tenga muchos fans que den algo de grima no me molesta a la hora de disfrutar de la películas de George, que apostó por unas nuevas herramientas porque volver a las marionetas hubiese sido un retraso para el mismo cine. Las dos trilogías otorgan entretenimiento de primera calidad, y después, es un segundo lugar, muchas cosas mágicas, como es su revisión a los mitos. Y después, George Lucas, en su labor de director, selecciona a gente exquisitamente talentosa. Pero supongo que eso no importa, nada de lo dicho importa, solo hay que decir que este tío nunca se tuvo que poner detrás de las cámaras, que más vale que nunca hubiese abandonado su sueño de piloto de carreras. Este tío sobrevivirá en la historia del cine, cuando ni siquiera sea tal y como lo conocemos ahora, y todo lo dicho en webs estará tan olvidado como sus simpáticos autores -por fin-.

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