“On the road again” en el MP3, pantalones de ciclismo bien apretados y analgésicos para cuando llegue el dolor; listo para comerte los más de 900 kilómetros que forman parte de la Formosa 900, una vuelta en bici alrededor de Taiwán que se lleva a cabo durante nueve días en noviembre. En los últimos años la isla se ha convertido en un verdadero paraíso para los ciclistas, gracias a las infraestructuras y el compromiso de los taiwaneses con las dos ruedas. La Formosa 900 es el evento más visible de la pasión de la isla por la bicicleta, sin embargo a lo largo de todo el año es fácil encontrarse a cientos de ciclistas por las carreteras del país, recorriendo sin prisas algunas de las rutas más emblemáticas que salpican la geografía taiwanesa.

Desde Taipei el camino a seguir pasa por Yilan, Hualien, Taitung, Kenting, Kaohsiung, Chiayi, Taichung, Hsinchu y vuelta a Taipei. Uno de los mayores desafíos está en la ruta que va de Taichung a Hsinchu, donde las rachas de viento te pueden tirar de la bici si no prestas atención, por algo Hsinchu es conocida como la ciudad del viento. Lo peor llegará antes, durante los dos primeros días, para aquellos que no están acostumbrados a pedalear habitualmente será fácil que sufran algún dolor, sin embargo pasadas las primeras 48 horas y los primeros 200 kilómetros el cuerpo parece acostumbrarse y rara vez volverán las dolencias. La Formosa 900 es famosa por ser para todo el mundo, no hace falta una gran preparación física ni condición especial. Cada año son muchos los participantes que superan los 60 años o sufren alguna discapacidad.

Lo mejor de pedalear por Taiwán es la amabilidad que demuestran los locales con los ciclistas. Las estaciones de policía están acostumbradas a servir como lugar de descanso e incluso de reparaciones para los exhaustos ciclistas y sus vehículos, incluso aunque no hables el idioma la policía tratará de ayudarte con cualquier problema que tenga tu bicicleta. El alquiler de bicicletas es otro de los puntos fuertes de la isla; por todo Formosa hay tiendas Giant, la marca de bicicletas taiwanesa, en las que se pueden alquilar bicis por un módico precio, además puedes dejar la bici en una tienda diferente a la que utilizaste para alquilarla. Vamos que todo está enfocado para que no te escapes del país oriental sin pedalear por unos días.

Otro de los puntos fuertes de pedalear por la isla es la camaradería que se crea entre los ciclistas que uno se va encontrando por el camino. Es fácil compartir mesa y una buena cerveza con cualquiera de ellos, así que no te cortes y chapurrea el poco chino que sepas o tira con el inglés y prueba suerte. La cosa es pedalear, mantenerse en movimiento y disfrutar del camino. ¡Que nada te pare!

Fotos | Danigargon
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