Fernando Rein Loring, el aventurero español que voló hasta Filipinas
En el periodo que abarca entre las dos Guerras Mundiales (1918 y 1939) la aviación civil vivió un gran auge debido en parte por considerarse como una de las últimas fronteras en la exploración mundial y por los retos que todavía ofrecía a los más aventureros. En 1927 Charles Lindberg atravesó el océano atlántico en solitario por primera vez en un vuelo sin escalas de 33 horas y 32 minutos. Un año antes el hidroavión Plus Ultra del ejercito del aire español había cruzado también el atlántico en 59 horas y 39 minutos pero realizando varias escalas. Todos estos “Raid” inspiraron a los más aventureros de nuestro país a lanzarse al aire.
Uno de estos aventureros fue Fernando Rein Loring, hijo de una familia acomodada malagueña que inició su andadura aeronáutica en la escuadrilla de combate de África a principios de los años veinte. Tras licenciarse del ejército se dedicó a la realización de trabajos topográficos aéreos, pero el gusanillo de las expediciones y la “necesidad” de unir diferentes puntos del globo por aire le llevaron a plantearse su primer “Raid” aéreo. Pretendía volar desde Madrid (España) hasta Manila (Filipinas). No era la primera vez que se hacía un vuelo así, ya que la Patrulla el Cano, integrada por tres aviones Breguet XIX, lo había realizado en 1926. Pero si que era la primera vez que se intentaba un vuelo así en solitario.
L.Font se define como motero de nacimiento que además ha conseguido transformar su pasión por las motos en su modo de vida. Actualmente es editor de Motorpasión Moto y reparte su tiempo entre montar en Vespa y Lambretta (y repararlas) además de escribir sobre cualquier cosa que tenga dos ruedas y un motor. Aunque como puedes comprobar hoy también tiene su culturilla sobre la historia de la aviación mundial. Puedes seguir sus andanzas a través de twitter @L.Font
El avión del primer Raid, un Loring E-II
En 1933 Fernando Rein Loring contaba ya con 2.500 horas de vuelo y una reputación aeronáutica ganada en la escuadrilla Africana y con sus trabajos civiles de Fotografía aérea. Además su parentesco con Jorge Loring, el fundador de Aeronáutica Loring (que luego sería Aeronáutica Industrial S.A.) le permitía acceder con cierta facilidad a una avión civil al que se le harían unas cuantas reformas para permitir acometer el raid que ya rondaba pos su mente.
El avión elegido fue un Loring E-II, diseñado por Eduardo Barrón en 1930 y que como muestra de su dureza y fiabilidad ganó la Vuelta Aérea a España en 1931 por delante de 26 aviones más. Avión biplaza en tándem con el ala sobre-elevada (configuración llamada parasol) era de construcción mixta de madera, tela y tubo. Utilizando algunas soluciones inspiradas por los diseños de Anthony Fokker el Loring E-II usaba un ala de gran espesor casi sin montantes. El motor era un Kinner radial de cinco cilindros en estrella y 100 CV con una hélice de madera laminada.
Con la ayuda del propio Eduardo Barrón, se modificó el avión. Primero se eliminó el puesto de pilotaje delantero, transformándolo en una especie de maletero cubierto por una lona. En las alas se instalaron unos depósitos de mayor capacidad que permitían una autonomía de casi 1.300 km con 300 litros de gasolina. Por último en el puesto del piloto se añadió una segunda brújula que complementaba la ya existente, el anemómetro, el altímetro, un cronómetro y un nivel longitudinal. Como ayuda a la navegación los mapas de carreteras iban metidos en una caja de contrachapado al alcance del piloto.
El avión fue bautizado con el nombre de “La Pepa” y apadrinado por las hijas de Jorge Loring.
Primer Raid en solitario Madrid-Manila 1932
El viaje a pesar de todos los intentos de Rein Loring no contó más que con una pequeña ayuda oficial, que recibió una vez acabado el viaje, y que apenas cubrió la mitad de los gastos. Según los cálculos de Fernando Rein Loring el avión consumiría 2.000 litros de gasolina y unos 200 litros de aceite, en los casi 16.000 kilómetros que tenía pensado cubrir. Con una maleta de ropa, una cantimplora con nueve litros de agua, algunos víveres, 100 ejemplares de periódicos de Madrid, una pistola y un cuchillo, además algunas piezas de repuesto del motor, una hélice, botes de humo y cohetes de señales Fernando Rein Loring se hacía al aire en el aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid) el 24 de abril de 1932 a las 6:25. Las primeras etapas se desarrollaron sin incidencias, pero cruzando el desierto de Arabia las turbulencias provocadas por las corrientes térmicas y alguna tormenta de arena que tuvo que atravesar ocasionaron una avería en los depósitos de las alas que literalmente empapaban al piloto en gasolina. Por suerte esas averías se pudieron reparar tras aterrizar en un aeródromo. Pero siguieron reproduciéndose y alterando los planes del viaje hasta el final del mismo. El principal problema era que las reparaciones obligaban a que el avión estuviese parado más días de los inicialmente planeados. Por otro lado el motor empezó a recalentarse y a consumir más de lo esperado, acortando el radio de acción peligrosamente.
A pesar de estos contratiempos Fernando Rein Loring llegó a Hong Kong el día 2 de mayo. Pero entre las averías técnicas, el mal tiempo y los trámites diplomáticos para obtener el permiso que le autorizada a aterrizar en Formosa el viaje se dilató dos meses más. Por fin pudo poner rumbo hacia el sur y tras volar casi 900 km sobre el mar alcanzó la isla de Aparri, punto en el que hizo escala para alcanzar manila el día 11 de julio de 1932. El recibimiento fue apoteósico. Le declararon huésped de honor de la isla y la colonia española le agasajó como a un héroe.
Después de tantos esfuerzos, problemas y dificultades, el piloto debería haber estado satisfecho con el reconocimiento de su triunfo. Pero Rein Loring se quedó, según sus palabras, con ganas de sacarse la espina, frustrado por haber empleado un tiempo excesivo en el viaje. El Avión fue regalado a un dirigente de la colonia española, pero resultó dañado en un accidente. Fernando Rein Loring regresó a España en barco, saliendo de Manila el 10 de agosto y llegando a Madrid en octubre de ese año.
Etapas del primer viaje Madrid Manila
- Madrid-Málaga 420 kilómetros
- Málaga-Argel, 750 km. y Argel-Túnez, 650 km. Total: 1.400 km
- Túnez-Trípoli, 650 km. y Trípoli-Bengasi, 850 km. Total: 1.500 km
- Benasí-El Cairo, 1.120 km. y el Cairo-Gaza, 350 km. Total: 1.470 km
- Gaza-Bagdad 960 km
- Bagdad-Bushire, 800 km, y Burshire-Lingeh, 500 km. Total: 1.300 km
- Lingeh-Jask, 380 km. y Jask-Karachi, 960 km. Total: 1.340 km
- Karachi-Jodhpur, 620 km. y Jodhpur-Allahabad, 880 km. Total: 1.500 km
- Allahabad-Calcuta, 740 km. y Calcuta-Akyad, 650 km. Total: 1.390 km
- Akaya-Rangún, 520 km. y Rangún-Bangkok, 640 km. Total: 1.160 km
- Bangkok-Hanoi 975 km
- Hanoi-Hong Kong 900 km
- Hong Kong-Aparri, 900 km., y Aparri-Manila, 400 km. Total : 1.300 km
- Total 15.615 km
Comper Swift, un auténtico avión de Raid
Mientras estuvo bloqueado en Hong Kong, Rein Loring conoció a otro aventurero británico que pilotaba un Comper Swift, un pequeño monoplano de fabricación británica que inmediatamente enamoró al aventurero español. Inmediatamente se puso en contacto con Nick Comper (el fabricante) y tras acordar el precio y las especificaciones le encargó uno. El avión era un monoplano de ala alta enteramente fabricado en madera y tela. Además podía plegar las alas fácilmente, lo que lo hacía fácilmente almacenable y transportable por tierra. Además el motor Pobjoy radial de siete cilindros en estrella y 75 CV era mucho más fiable que el de la Pepa. El precio final fueron 25.000 pesetas, que no era especialmente barato pero por ese dinero ofrecía muchas más prestaciones y mayor fiabilidad que el primer avión.
Una vez recogido el nuevo avión en Liverpool (Inglaterra) el bautizo oficial se llevó a cabo en Noaín (Pamplona) y se le puso el nombre de Ciudad de Manila. Además se le pintaron una serie de escenas típicas españolas, como unos mozos corriendo toros en San Fermín y unos chistularis en el lateral derecho del fuselaje. El lateral izquierdo se adornó con una escena de flamenco y una imagen de Laurel y Hardi (los famosos El Gordo y el Flaco) además se le pintaron un par de letreros en los que ponía “Visit Spain” y “Visitad España” Todo parecía listo para el próximo reto.
Segundo Raid en solitario Madrid-Manila 1933
En este segundo viaje el plan era bastante parecido al primero. La idea era volar durante seis u ocho horas, dormir en el aeropuerto en el que se aterrizara y despegar al amanecer del siguiente día. En caso de no surgir ningún problema el viaje llegaría a su destino en sólo once días. En esta segunda aventura Fernando Rein Loring era el presidente de la Liga Española de Pilotos Civiles, lo que le ayudó en la obtención de la nada despreciable cantidad de 40.000 pesetas para financiar el viaje.
El 18 de marzo de 1933 despegó de Getafe y tras repostar en Los Alcázares voló hasta Túnez, recorriendo los 1.460 km. en siete horas y treinta minutos. Pero aunque el viaje comenzó sin ningún problema, el día 21 de marzo las condiciones meteorológicas empeoraron y tuvo que volar prácticamente a ciegas entre El Cairo y Bagdad (1.250 km). Al día siguiente planeaba hacer la etapa entre Bagdad y Jask (Irán) pero a mitad de camino tuvo que aterrizar para pasar la aduana. Lo que no sabía Rein Loring es que ese día era festivo en Irán y tuvo que perder un día entero en la frontera.
El día 27 de marzo alcanzó Thakek (Laos) pero a la mañana siguiente al iniciar el vuelo hacia Hanoi tuvo que volverse a las dos horas de vuelo por culpa del mal tiempo. Durante diez días no pudo despegar hacia Hanoi. El día 7 de abril, a pesar de que las condiciones seguían siendo malas despegó. Tras la escala de Hanoi, llegó a Hong Kong el día 8 de abril. Durante el día 9 de abril se dedicó a hacerle una revisión a fondo al motor y el día 9 de abril despegó hacia Manila. Ciudad donde aterrizó a las 5 y 11 minutos de la tarde siendo recibido por una muchedumbre.
Rein Loring, había realizado una demostración magnífica de pilotaje y navegación. Había utilizando al máximo las posibilidades de su avión efectuando el recorrido de 15.000 km en ochenta y dos horas y cuarenta minutos de vuelo, obteniendo una velocidad media de 182 km/h. Ahora si que podía volver a España satisfecho de haber alcanzado las metas que se había marcado.
Etapas del segundo viaje Madrid Manila
- Madrid-Túnez 1.460 km
- Túnez-Bengasí 1.510 km
- Bengasi-El Cairo 1.100 km
- El Cairo-Bagdad 1.250 km
- Bagdad-Jask 1.710 km
- Jask-Jodhpur 1.580 km
- Jodhpur-Calcuta 1.620 km
- Calcuta-Rangún 1.170 km
- Rangún-Lhankon (Thekek) 1.260 km
- Lhankon-Hong Kong 1.330 km
- Hong Kong-Manila 1.140 km
- Total 15.130 km
Por desgracia en nuestro país conocemos mejor las grandes aventuras de pilotos extranjeros que las de los españoles que en los años veinte y treinta se lanzaron a conquistar el mundo casi sin recursos pero con mucho valor y algo de suerte. Fernando Rein Loring murió en Málaga en 1978 a la edad de 75 años.
Vía | Ejército del Aire, Reseña histórica (pdf); Crónica de la aviación española (Beatriz Pecker y Carlos Pérez Grange) ed. Silex
Fotos vía | Flickr, cosas de volar (1) y (2); Network 54; Ejercito del aire 1 y 2; Wikipedia
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