Ernest Borgnine: Hollywood pierde otro de sus clásicos
Este domingo pasado fallecía a los 95 años Ermes Effron Borgnino, un italo-americano de Connecticut, hijo de una pareja de emigrantes procedentes de la región de Módena, conocido bajo el nombre artístico de Ernest Borgnine. Un actor cuya mayor virtud, decían, era la de parecer un tipo normal, la de tener un rostro anodino, brutote, feúcho. Un físico gigantón, con una sonrisa dominada por unos dientes separados y unos ojos –coronados por unas cejas a lo Scorsese– que tanto le valían para personajes rudos de buen corazón, villanos pérfidos, cómicos exagerados o dramáticos lacrimógenos. Con él se apaga otra de las estrellas que brillaron en el Hollywood clásico: una época, una generación de actores y actrices, una manera de entender, vivir y ver el cine que se nos escapa y queda cada vez más lejos. Cada vez quedan menos… Qué solo debe sentirse hoy Kirk Douglas.
Solo si lee –o le leen– la prensa, enfadado. Porque ¿Cómo osa alguien etiquetar a Ernest Borgnine como uno de los secundarios de oro de Hollywood? Lo primero es lo primero: de segundón nada. Lo de oro, pase. Hay quién dirá que es una de las grandes injusticias de los Oscar pero Borgnine fue el tipo que le birló el premio al Mejor Actor a James Dean. El símbolo del método y el sufrimiento hecho interpretación estaba nominado a título póstumo por ‘Al este del edén’ pero los académicos premiaron a Borgnine. Su retrato de Marty, el carnicero de origen italiano solitario y solterón que da título a la película de Delbert Mann –a la postre la gran triunfadora de los Oscar de 1955 con los premios a Mejor Película y Mejor Director– le catapultó: de ser uno de tantos actores de carácter pasó a ser un primera espada.
O revólver. Porque este tipo duro, con cara de don nadie, el prototipo de hombre normal, llegó a Hollwyood después de servir en la marina durante 10 años y combatir en la Segunda Guerra Mundial. Borgnine no podía competir con los mejores actores de su generación, o de la siguiente, o de la que vino después… pero sacó partido de su pasado, ya fuera empuñando pistolas, enrolado en el ejército o a bordo de un barco. Más de 200 trabajos en cine y TV, una carrera que abraza siete décadas, que se dice pronto. Él acostumbraba a bromear sobre eso. Decía que era un hombre de filmografía eterna y esposas fugaces. Una boutade que hacía referencia a su tercer matrimonio, con la cantante Ethel Merman: duró 32 días. En sus últimos años, aún en activo y de homenaje en homenaje, decía que había dado discursos de agradecimiento más largos.
Fuera como fuere, uno no trabaja a las órdenes de Nicholas Ray, Sam Peckinpah, Robert Aldrich o Richard Fleischer solo por su físico anodino. Ni comparte plano con William Holden, Gene Hackman, Frank Sinatra o Montgomery Clift, solo para citar cuatro de los centenares de compañeros con los que ha trabajado. Porque Borgnine siempre está ahí. En el cine y la TV. O estaba. Qué solo debe sentirse hoy Kirk Douglas…
200 películas dan para mucho así que, a modo de homenaje, he preparado una pequeña lista –las ausencias son dramáticas, lo sé– con mis Borgnines preferidos, películas, personajes que demuestran que el tipo tenía carácter y, además, era actor.
El tipo duro
La faceta que me enganchó: ya fuera como la mano derecha de William Holden en ‘Grupo Salvaje’, la cinta más macho jamás rodada, o como el Ragnar, el padre vikingo de Kirk Douglas pese a ser un año más joven que él. ¡Por Odín!
Grupo Salvaje (Sam Pekinpah, 1969)
Los vikingos (Richard Fleischer, 1958)
Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954)
De aquí a la eternidad (Fred Zinneman, 1953)
Los 12 del patíbulo (Robert Aldrich, 1967)
La aventura del Poseidón (Ronald Neame, 1972)
El Borgnine cómico y animado
Yo confieso: me reía a carcajadas con las italoexplotation de Terence Hill y Bud Spencer. Lo siento. Crecí entre estanterías de videoclub rebosantes de VHS de culto pero también de las otras… las que no son tan cool. John Carpenter también supo sacar provecho de la bis cómica de Borgnine en otra cinta que supura testosterona, ‘1997: Rescate en Nueva York’, una faceta que ya demostró como protagonista de la serie de TV ‘Barco a la vista’, un éxito allá en los años 60. Y tres boutades para completar el pack: convertido en satánica majestad en el docu-terror-drama setentero ‘La lluvia del diablo’; su cameo amarillo-burlón ‘Los Simpson’; y uno de sus últimos trabajos como el decrépito y avejentado héroe Tritón Man en la nunca suficientemente alabada ‘Bob Esponja’.
1997 Rescate en Nueva York (John Carpenter, 1981)
Superpolicia (Sergio Corbuzzi, 1980)
Barco a la vista (1962-1966)
La lluvia del diablo (Robert Fuest, 1975)
Los Simpson (1993)
Bob Esponja (2009)
Y terminamos con un resumen: el que se proyectó cuando le fue entregado, en 2011, el Premio Honorífico del Gremio de Actores Estadounidenses.
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