A muchos guitarristas se les recuerda por un solo, algún tema o por su influencia posterior. Siempre que pienso en Florent Muñoz, guitarrista de Los Planetas, entre otros muchos grupos, hay dos ejemplos con los que me ahorro todo tipo de introducción: ‘La caja del diablo‘ y ‘La copa de Europa‘. Dos himnos de una banda que sigue haciendo historia. Una banda que para muchos está asociada a miles de experiencias. Recordamos en esta entrevista con Florent sus inicios, aquellos 90 y las aventuras actuales.

El homenaje a un genio

Esta mañana me dijiste que estabas en el estudio grabando, ¿qué estás haciendo ahora mismo?

Estamos preparando material nuevo con Los Evangelistas. Estamos grabando canciones nuevas que las cantará Soleá Morente, quién cantará el disco entero. Es una especie de colaboración entre ella y Los Evangelistas. Esta mañana andaba grabando y metiendo guitarras.

¿En qué punto se encuentra la grabación?

La historia va muy avanzada, faltan algunas pinceladas para meternos a mezclar. La fase de grabación está a punto de acabar.

¿Lo publicaréis este año?

Esperemos que pueda estar para Navidades. Si después de verano todo va bien podremos sacar el álbum en octubre o noviembre.

¿Qué nos puedes adelantar de este material?

Es la misma onda, seguimos el mismo camino que con el disco anterior y ahora mezclaremos en el mismo estudio donde lo hicimos la primera vez [El Fresquito en Albuñuelas, Granada]. Espero que salga más chulo que el anterior, yo creo que sí. Tiene buena pinta.

¿Qué os llevó a rendir este homenaje a Enrique Morente con Los Evangelistas?

Una vez conocida la noticia de Morente nos pusimos manos a la obra para hacer un homenaje, nos salió desde el corazón. Aparte de genio de la música, era bastante amigo nuestro y ese pequeño reconocimiento a toda su obra era una cosa que teníamos pendiente. Un día surgió la idea de intentar coger canciones suyas y pasarlas por nuestra forma de entender sus canciones y ahí está el disco.

En relación a tu música, ¿qué te aportó Morente como artista y como persona?

Morente como persona era encantador, muy abierto, cuando estabas a su lado te hacía sentir que tú también eras importante, al igual que tu trabajo, en este caso en Los Planetas. Cuando hablabas con él te animaba mucho sobre la idea de coger canciones del flamenco y ahí es cuando dimos un giro hacia este estilo. Él fue el mentor, la luz que iluminaba todo eso. Morente era increíble, súper cercano y tenía un gran corazón.

Como músico, aquel que ha tenido la oportunidad de ver a Morente en directo y escuchar sus discos, pero sobre todo en vivo, habrá experimentado la fuerza y la capacidad de transmitir emociones, las sensaciones que tenía cuando se ponía a cantar. Él ha aportado una mayor riqueza en el conocimiento del flamenco, ver el flamenco desde otro punto de vista; ha sido una pieza clave en la discografía de Los Planetas y en la visión de la música planetaria.

Los Subterráneos: línea 1

Volvemos unos cuantos años atrás para recordar los inicios con Los Planetas. ¿Cómo conociste a Jota?

A Jota lo conocí hace ya muchísimo tiempo, a finales de los 80, no sé exactamente decirte la fecha, 1987 quizá. Fue a través de un amigo común de la facultad. La primera vez que vi a Jota estaba jugando una partida de ajedrez con otro amigo mío. Nos presentaron y lo de siempre en estos casos. Coincidíamos mucho, teníamos varios amigos comunes. Siempre hablábamos mucho de música y a raíz de esos encuentros me lo solía cruzar en tiendas de música, yo miraba lo que se compraba él y él miraba lo que me compraba yo. A partir de ahí fue surgiendo una relación sobre todo de amor y pasión por la música. En aquella época en Granada había pocas tiendas de este tipo pero con mucha cantidad de música.

Con el paso del tiempo yo quería hacer un grupo, él quería hacer otro y yo me enteré de ello, le enseñé canciones mías, él me enseñó las suyas y ahí empezó a gestarse el nacimiento de Los Planetas.

En ese momento surgen Los Subterráneos.

Sí, éramos Jota, May y yo. Comenzamos a ensayar, a componer y en un momento cuando tienes muchas canciones tienes que tocar en directo, tienes que enseñárselas a los amigos y tienes que ponerte un nombre. Decidimos ponernos Los Subterráneos que con el tiempo lo cambiamos por la historia del grupo de Christina Rosenvinge que todo el mundo sabe. Escogimos Los Planetas que tiene un nombre bastante temático y ya es importante para la música de este país.

Por curiosidad, ¿el nombre de Los Subterráneos de dónde surge al final? ¿Del libro de Jack Kerouac o de The Velvet Underground?

Viene del libro de Kerouac, creo recordar. Pero también éramos muy fans en aquella época de The Velvet Underground cuando nadie los conocía y nadie hacía versiones de ellos; nosotros empezamos con ‘All Tomorrow’s Parties’, así que también puede que venga por ese sentido.

Del Derecho a la guitarra

En aquella época estabas estudiando Derecho, ¿cómo acabaste en esa carrera y después te decantaste por la música?

Cuando uno empieza a crecer y tener conocimiento de las cosas aparecen los cambios (risas). A mí siempre me ha gustado mucho la música desde chico, siempre me ha gustado cuando iba a casa de algún familiar meterme en su cuarto y bichear toda la música que tenía; con el tiempo aprendí a grabar cintas. Siempre me ha apasionado el mundo de la música, sobre todo el conocimiento de artistas y como devorador de música. Entonces vas creciendo y eso se va forjando dentro de ti y eso va unido a la capacidad que la gente a la que le gusta la música tiene de crear canciones, de revertir todo ese conocimiento en otras formas. De repente vas por la calle y se te van ocurriendo ideas, melodías, improvisas canciones… Esto va muy de la mano de conocer música, de investigar.

En la facultad te relacionas con gente, en mi época había muy pocas personas que escucharan la música que me gustaba a mí, la música independiente, americana e inglesa sobre todo. Éramos cuatro gatos a finales de los 80 y principios de los 90.

Entonces uno tiene que estudiar, planificas tu vida a largo plazo y tienes que pasar por ello, al menos en mi época casi todos estudiábamos una carrera. Así que yo estudié Derecho para hacer algo, la verdad.

Llegado el momento de acabar la carrera decidí tirar por la música con todos sus riesgos, porque en aquella época empezamos de cero, como cualquier grupo que empieza hoy. Esa es la historia: componer canciones, currar mucho, aprender a hacer un grupo y hacer directos.

¿Cómo era un día corriente por aquella época para ti?

Yo escuchaba mucha música, andaba todo el día con los cascos puestos, cuando estaba en la casa grababa muchas cintas, también pintaba un montón, me gustaba mucho, y bueno, cualquier cosa era interesante salvo estudiar. Dedicaba mucho tiempo a lo que me gustaba realmente, lo otro tenía que hacerlo por cumplir.

¿Y cuando ya comenzasteis a tomaros más en serio el grupo?

Eso coincidió también con el tiempo de la facultad. Iba hasta las seis, luego quedaba con Jota y May en un local y allí comenzamos a hacer lo que serían Medusa EP y el Súper 8 con toda la ilusión del mundo, eran los momentos más importantes del día; coger la guitarra, reunirte con tus amigos y crear canciones de la nada. Eso era impresionante. Luego cuando las grababa y las escuchaba de las maquetas flipaba de lo que estaba sonando. Mientras estábamos ensayando aprendíamos a tocar a la vez que hacíamos canciones. Éramos un grupo bastante curioso porque no teníamos ni idea de tocar, ni sabíamos lo que era una amplificador, ni un afinador, ni muchos acordes pero nos encantaba la música y eso te hacía volar.

¿En este momento cómo es tu vida?

Sigo en la música, sigo siendo un apasionado de la música, sigo preocupado e investigando todo. Ahora Internet te permite descubrir mucha música antigua y moderna, algo que en nuestro tiempo era impensable, si querías un disco tenías que currártelo, tener un amigo en Londres que te lo enviase, viajar tú mismo allí o comprarlo por importación y catálogo. Hoy en día Internet es la fuente de la que todo el mundo bebe, es algo increíble para la música. Yo considero la música como un arte absoluto y la posibilidad de que la gente pueda acceder a él con tanta facilidad es algo único.

Ya te digo que la vida no me ha cambiado mucho en este aspecto. Esta mañana me has pillado grabando. Bueno, hemos crecido, ahora tenemos nuestro estudio, seguimos alistados con Jota (risas); pasa el tiempo pero estamos ahí. Mientras no perdamos esa ilusión por hacer música, por hacer cosas interesantes y que lo que tú haces a la gente le siga fascinando. Si llega un día que a la gente ya no le interesa nuestra música seguiré haciendo música en solitario en mi casa o donde sea, porque lo llevo dentro.

Los Planetas: la experiencia

Son 20 años los que lleváis en activo, ¿cómo habéis logrado mantener esa unión en el grupo y en los álbumes?

El nexo común que nos une a todos, sobre todo el de Jota y mío, y los que vamos quedando perennes en el grupo por decirlo así, Erik y Banin, porque ha habido gente que se ha caído en el camino, es la música, hacer buenos discos, eso es lo que me motiva. No entendería ahora mi vida sin la música y sin el grupo. Es cierto que tener una banda desgasta, pero es lo más importante para nosotros.

He conocido a muchos grupos cuando empiezan y una de dos: o no aguanta más el proyecto o ellos mismos se cansan porque es una vida con bastantes aventuras, en el sentido que exige mucho, aunque a mí siempre me ha gustado viajar y estar fuera de casa. Yo disfruto con ese tipo de cosas pero otros no porque es agotador. El hecho de intentar hacer buenos discos, buenas canciones y buenos conciertos es lo que nos mantiene vivos a lo largo de este tiempo.

Y con Los Planetas tenéis cuerda para rato ¿no?

Supongo que sí. Desde el primer día hasta ahora nunca me he planteado cuánto voy a durar ni hasta dónde voy a llegar, siempre he vivido el día a día. Mirar hacia delante es un abismo, nadie sabe lo que puede pasar, en esta época tan chunga se presenta más acojonante. Es con el día a día, desde la humildad, desde el trabajo lo que al final mantiene todo. A la larga se ha convertido en una profesión porque vivo de ello, pero no lo considero como tal, es algo que está ahí, que me ha tocado a mí, no sé muy bien porqué, como a otra mucha gente. Gracias a la música puedes desarrollarte como persona, al igual que otros artistas.

¿Tenéis pensado sacar algún álbum como Los Planetas de aquí a un corto periodo de tiempo?

A veces la historia te viene no como tú quieres, sino como se presenta. Todo es aleatorio. Somos conscientes de que nos tenemos que juntar y hacer un disco de Planetas. De momento, como te he contado antes, estamos inmersos de lleno en un proyecto que nos parece bastante interesante en el que estamos casi todos Los Planetas excepto Banin y Julián. También nos motiva hacer otro tipo de cosas, nos motiva compartir experiencias con otro tipo de artistas, en este caso Antonio Arias o Soleá Morente y eso hace también que te cargues, que abras tu círculo cerrado que son Los Planetas a otra gente y aprendas de ellos cómo componer, cómo currar y eso apetece ahora mismo, el hecho de colaborar con otros grupos como antes no habíamos hecho. Pese a todo, no olvidamos Los Planetas, para mí es lo más importante, como para Jota.

¿En todos estos años alguna vez pudiste pensar que aquí se acababa la historia del grupo, cada uno por su parte y fin?

Ha habido muchas veces y momentos en que sí pudimos pensar eso, como en cualquier otro grupo o en otro tipo de relaciones. Una relación se hace fuerte cuando de los momentos débiles se resurge y se fortalece ese vínculo. Siempre hay caídas provocados por uno u otro, siempre hay conflictos o intereses, es una vida misma.

Del tiempo vivido con el grupo ¿cuál es tu etapa favorita?

Cada etapa tiene su momento, son tantos años, tanta gente que ha aportado su granito de arena, desde May a Raúl, Israel… mucha gente que ha estado ahí. Eso es como una planta que va creciendo, ramificándose y dando sus frutos. Como vivo el presente, lo que sí noto es la seguridad con la que me encuentro o nos encontramos como grupo. Me voy dando cuenta de que está quedando un grupo súper chulo, importante, que disfruto tocando en directo, de mi música, grabando discos, de viajar. Así que intento disfrutar de todos estos momentos y no perderme en otro tipo de cosas.

El viaje que hicisteis a Nueva York para grabar Una Semana en el Motor de un Autobús me imagino que fue uno los más especiales para ti.

Para mí fue fascinante irme a Nueva York. Siempre lo ves en la tele, creces con una cultura en la que ves la ciudad a través de las pelis y las series. El hecho de que tú vayas para allá y lo vivas en persona fue increíble, fue como vivir una película constante. Estar un mes allí grabando e intentando disfrutar un poco. Luego te das cuenta que aquí en España se vivía también muy bien. Ahora estamos a casi el mismo nivel que el europeo o el americano, esa diferencia que a finales de los 90 todavía no se había tirado.

Nosotros fuimos a un concierto de rock allí y no se podía fumar, ni beber, me pareció un poco extraño. Siendo Nueva York una de las cunas del Punk y del Rock me encuentro que está todo legislado, todo se controlaba bajo multa… espero que esto nunca llegue a Granada. Y ahora lo estamos viviendo desde hace ya tiempo. Siempre hay cosas buenas y cosas malas. Además vivimos muchas experiencias que me las guardo para mí.

¿Qué tal fue la experiencia de grabar con Kurt Ralske?

También fue algo increíble de contactar con un productor que nosotros creíamos que era idóneo al ser súper fans de sus discos y a través de nuestra compañía, RCA, intentamos localizarlo, lo conseguimos, y el hecho de que él viajara primero a Granada y luego ir nosotros a grabar a Nueva York fue especial. Tanto en el Pop que lo grabamos aquí en España con él, como con el del Autobús allí, vivimos la experiencia de relacionarte con otros artistas que tienen esa misma pasión que tú, esa responsabilidad que tú ves, siempre aprendes. Fue muy bueno conocer la visión de la música de Kurt Ralske, un tío inteligentísimo.

Volviendo a Granada, ¿cuál es la importancia que ha tenido El Fargue para Los Planetas?

Muchísima porque allí es donde se ha gestado casi toda la obra de Los Planetas, excepto la primera etapa del Súper 8, a partir del Pop en casa de Jota, utilizamos primero una habitación y luego el garaje; fuimos pasando por distintas habitaciones hasta que pensamos que con el dinero que costaba grabar un disco mejor hacerlo nosotros.

Después con la experiencia con Kurt Ralske ya vimos cómo es trabajar en estudio y lo que puede aportar un productor, dijimos que podíamos hacerlo nosotros. Y así fue. Todo se hizo en El Fargue. El Fargue hoy es un punto importantísimo y enigmático para Los Planetas, incluso hay allí un polvorín y una fábrica de misiles que le aporta un punto de magia. Algún día podemos salir volando de allí.

Si de estos años tuvieses que quedarte con algunas anécdotas ¿cuáles serían?

Anécdotas tengo muchísimas, ahora que me acuerde de algunas… Bueno, siempre me acuerdo de alguna con Erik, he tenido muchísimas con él. Era mi compañero de cuarto y con Erik siempre era una aventura constante y de pasártelo bien. Una vez en Palma fuimos por ahí, hubo una redada y estábamos todos contra la pared, Erik no veía nada, fue a preguntarle a uno de los secretas una historia, no sé qué le iría a preguntar que por poco casi se lo llevan a él también detenido. Con Erik es una constante de diversión. Erik es como Pete Seller en la película El Guateque.

Son muchas noches, muchos viajes, muchos festivales, de conocer a muchos artistas, de conocer a mucha gente que admiras… En uno de los festivales que estuvimos conocimos a Pete Doherty. Me equivoqué de camerino y estaba él solo con su manager, lo vi y le dije sin saber quién era: “vente conmigo a una fiesta”. Le llevé a nuestro camerino, también estaba Chinarro y un montón de gente con guitarra y nos pusimos ahí de fiesta con él. La verdad es que fue súper divertido porque tiene una fama de chico malo y violento pero con nosotros estuvo muy bien; bien es cierto que antes rompió la puerta de su camerino de una patada y pensé: “¿quién coño es ese tío?” y luego acabé con él de fiesta ahí emborrachándonos.

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