Experiencias míticas

El único partido que perdió el ‘Dream Team’


En tres semanas comienzan los Juegos Olímpicos de Londres, el mayor evento deportivo del mundo, y uno en el que la selección estadounidense de baloncesto volverá a ser uno de sus mayores atractivos. Ver a LeBron James, Kobe Bryant o Kevin Durant defender el oro que ganaron frente a España en Pekín, hace cuatro años, seguro que traerá de nuevo comparaciones con el equipo que inició la participación de los jugadores de la NBA en los Juegos, un equipo del que este verano se cumplen 20 años: el ‘Dream Team‘.

Aquella reunión de leyendas vivientes, y futuros Hall of famers, recuperaron la medalla de oro que la URSS les había arrebatado en Seúl ’88, una medalla que ellos siempre pensaron que les “pertenecía”; de los 12 torneos olímpicos de baloncesto celebrados hasta Barcelona ’92, sólo en tres había habido un campeón que no fuera el Team USA: Munich ’72 (URSS), Moscú ’80 (Yugoslavia, porque EE.UU. boicoteó los Juegos y no participó) y Seúl ’88 (URSS), así que en Barcelona sólo valía el oro. Cualquier otro resultado sería considerado una humillación, más desde que, en aquel torneo, podían jugar por primera vez los jugadores de la NBA.

La historia de cómo se pudo reunir a semejante colección de superestrellas es bien conocida. Los responsables de la selección estadounidense “ficharon” primero a Magic Johnson y Larry Bird y luego los usaron para convencer a Michael Jordan, que no estaba muy seguro de querer ir (Jordan ya tenía un oro olímpico de los Juegos de Los Ángeles ’84). Con ellos tres a bordo, resultó mucho más sencillo atraer al resto del equipo, desde Scottie Pippen, escudero fiel de Jordan en Chicago, al dúo de Utah, John Stockton y Karl Malone, a David Robinson, Patrick Ewing, Clyde Drexler, Charles Barkley (que acabaría siendo el máximo anotador del equipo en Barcelona), Chris Mullin y Christian Laettner como representante de la NCAA (elegido por encima de Shaquille O’Neal). Y para dirigir a todos esos jugadores se eligió a un entrenador acostumbrando a manejar los egos de los ‘Bad Boys’ de Detroit Pistons, Chuck Daly.

Daly tenía el trabajo más desagradecido de todos. No sólo debía conseguir que aquella colección de All-Stars jugara como un equipo y dejara atrás cualquier tipo de divismo, sino que, si el Dream Team ganaba el campeonato, se consideraría casi algo presupuesto, y si perdía, Daly se llevaría todas las culpas y las críticas. Así que el entrenador, un tipo muy veterano en los banquillos de la NBA y mucho más listo de lo que podría parecer, ideó algo que hiciera que Jordan, Bird, Magic y compañía se sintieran un equipo: una derrota contundente.

NBA TV emitió hace un poco un documental sobre el Dream Team que contaba cómo el entrenador urdió su plan para construir los cimientos del equipo que maravillaría y arrasaría en los Juegos. En el inicio de la concentración en La Jolla (California), Daly organizó un partido contra un puñado de estrellas universitarias para que fuera la primera experiencia de sus jugadores como compañeros de equipo. Los teóricos sparrings eran unos entonces jovencísimos Bobby Hurley, Grant Hill, Chris Webber y Penny Hardaway, entre otros, que estaban emocionados de jugar contra aquellas leyendas vivientes y que se habían conjurado para no dejarse intimidar por ellas. De hecho, los Ewing, Barkley, Jordan, Pippen y compañía no hicieron demasiado en aquel partido. No sabían cómo jugar juntos, ninguno se atrevía a asumir la responsabilidad ofensiva por si alguien se sentía ofendido, y los universitarios los destrozaron.

Chuck Daly no se lo había dicho a nadie, pero ése era exactamente su plan. Mientras Hurley penetraba a canasta una y otra vez casi sin oposición y Webber se marcaba un mate tras otro, Daly casi no hizo jugar a Jordan y no se molestó en hacer cambios que ajustaran el equipo a lo que estaba pasando. Uno de sus ayudantes entonces, el actual técnico de Duke (y del Team USA) Mike Krzyzewski, afirma en el documental que perdieron el partido a propósito, que Daly lo entregó para “picar” los egos de sus jugadores y obligarlos a conjurarse para jugar y ganar juntos. Su plan salió a la perfección. En la revancha contra los mismos universitarios, el Dream Team los machacó. Y ya no miró atrás hasta que no ganó la medalla de oro.

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Comentarios

  1. Comentario by Natxo Sobrado - julio 11, 2012 10:56 am

    Menudo equipazo. Da gusto recordarlo con un artículo tan bueno.

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