Nunca he entendido que una crítica de cine –o cualquier arte– provoque enfados. Y tengo la sensación de que las redes sociales están avivando un comportamiento tan infantil. Los tuiteros están enfadados siempre. Hartos de todo. El universo conspira contra ellos. ¡Pido un cortado y me ponen demasiada leche! ¡¡ARGGG!! Dios, menuda tragedia, pobre ser humano incomprendido. Pocas cosas cotidianas me resultan más absurdas que molestarse por la opinión que alguien pueda tener sobre una película.

Es lo que me he encontrado últimamente cuando he atacado cierto bodrio de fantasía y “aventuras” filmado por Peter Jackson o cuando he defendido la adaptación de ‘El llanero solitario’ llevada a cabo con un colosal presupuesto por Walt Disney Pictures y Jerry Bruckheimer. La superproducción sufrió un duro golpe en taquilla que fue celebrado como una fiesta por crítica y público, antes incluso de verla. Pero es que el tráiler era taaaaan malo, ¡y Johnny Depp otra vez con la cara pintada! Sí. Así “razonan” algunos.

El ejemplo de ‘El llanero solitario’ (‘The Lone Ranger’, Gore Verbinski, 2013) es solo uno de muchos que llevamos en esta década. Incluso en los últimos meses tenemos los casos de ‘Solo Dios perdona’ (‘Only God Forgives’, Nicolas Winding Refn, 2013) o ‘The Immigrant’ (James Gray, 2013). Esta última, pendiente de estreno en España, se proyectó en el X Festival de Sevilla y, mientras recuperaba el aliento tras disfrutar de una maravilla, escuchaba los bostezos y la indiferencia de otros acreditados de prensa. Uno de ellos me decía: “es que no cuenta nada nuevo”. Ah, vaya, ahora lo importante es la originalidad. Entonces dejemos de ver cine actual, quedémonos con lo que se hizo hace décadas, por no decir que casi podríamos destruir la mayor parte de las películas en color…

En fin, así funciona el juego, todos tenemos nuestros gustos, preferencias subjetivas, opiniones, experiencias únicas como espectador. Diferentes maneras de entender el séptimo arte. Y es ridículo molestarse por ello. Cada uno que aporte su perspectiva. Aquí va la mía. A continuación os dejo las que para mí son las películas más infravaloradas de los últimos años.

La excesiva duración –le sobra al menos media hora– y el deseo de los productores por llegar a todos los públicos entorpecen de vez en cuando un western divertidísimo, honesto, melancólico y espectacular, que rinde los homenajes justos y habla sobre la amistad, el amor, la redención y la justicia. ‘El llanero solitario’ está en mi top 10 del cine estrenado en España durante 2013.

Tras el inesperado éxito de ‘Drive’ (2011), Refn nos propone ‘Solo Dios perdona’, de nuevo con Ryan Gosling protagonizando un violento relato criminal de pocos díalogos y cuidada estética. Las similitudes son superficiales. El danés radicaliza su estilo, abandona el romanticismo y se entrega al poder estimulante y sugestivo del audiovisual. Si se ve dos o tres veces, con paciencia e interés, se disfruta mucho más que esperando cómodamente una ‘Drive 2′.

David Cronenberg pensó que contar con Robert Pattinson le ayudaría en taquilla. Lo que ocurrió fue que la estrella no pudo congregar a su millones de fans pero, a cambio, demostró un talento que muy pocos habían imaginado. El joven actor sostiene el peso de ‘Cosmopolis’ (2012), una arriesgada, compleja y demoledora visión del mundo moderno y el sueño capitalista que nos está llevando a la perdición. Imposible verla con un mínimo de agotamiento, demanda toda la atención del que se enfrenta a ella.

Dicen de Woody Allen que se repite más que el ajo. Casi siempre es gente que ha visto pocas de sus obras. Lo cierto es que podemos contar con los dedos de una sola mano a los autores vivos que tengan tantas joyas en su filmografía como el neoyorquino. No diré que ‘Cassandra´s Dream’ (2007) es una de sus obras maestras pero sí que uno de sus trabajos más sólidos y sorprendentes, con una hábil mezcla de humor y drama. Más que nunca resulta imprescindible la versión original pues Ewan McGregor y Colin Farrell suenan inverosímiles tras el doblaje, y eso arruina la cruda historia del director de la mítica ‘Annie Hall’ (1977).

Asaltados por la promoción de su primera superproducción –’Noé’ (‘Noah’, 2014)–, resulta inevitable acordarse del que hasta ahora era el film más ambicioso de Darren Aronofsky, envalentonado tras la nominación al Oscar por ‘Cisne negro’ (‘Black Swan’, 2010). Más atrevida y apasionada que ésta última, ‘La fuente de la vida’ (‘The Fountain’, 2006) es posiblemente una de las películas más incomprendidas de la década. Con un mensaje precioso sobre el amor, la vida y la muerte, nos dejó imágenes memorables e interpretaciones portentosas de Hugh Jackman y Rachel Weisz. No llegó a ser todo lo que imaginó su autor, pero el resultado es fascinante.

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