El garaje que construyó la pasión
Al principio construí este sitio sólo para poder guardar todos mis coches, pero ahora es mi mucho más. Es como mi casa, puedo venir y simplemente relajarme. Mis amigos también pueden venir y disfrutar juntos compartiendo la pasión por los coches.
El Señor A, lejos de ser un personaje de una película de acción, es otro entusiasta de los muchos que pueblan el mundo del motor. Vive en Thailandia donde a sus 47 años puede disfrutar de una de las colecciones de coches clásicos más envidiada de Asia.
Alto ahí. No se trata del capricho del hijo de un jeque, ni de el destino de millones de euros de un jugador de fútbol o un presentador de televisión o actor. Es sólo eso, un amante del motor dedicado en cuerpo y alma a cuidar de sus “pequeños”.
Desde el día en que su padre le enseñó a conducir y, especialmente desde el momento en el que decidió tomar prestado su coche para disfrutar de la costa, el Señor A comenzó a cultivar un amor incondicional por las sensaciones que transmitía cada vehículo. Un placer capaz de relajar o emocionar, a más o menos altas velocidades es una excusa más para compartir experiencias con los más cercanos.
Creo que el coche de competición… especialmente el coche japonés de competición, es el Hakosuka. En Thailandia habrá cuatro o cinco de los primeros modelos. Es quizás el más complicado de encontrar.
El Nissan Hakosuka (conocido también como GT-R Skyline) de 1968 es una de las joyas más envidiadas que guarda esta nave. Un ejercicio de diseño impactante, aterrador, con un sonido que jamás otro motor podrá volver a producir. No verán sólo máquinas japonesas, merece cinco minutos de baba caída el Alfa Romeo 2000GTV de 1973.
Tengo que decir que… los quiero a todos. No puedo decir que me guste éste más que otro. Algunos de ellos me llevó cuatro o cinco años restaurarlos, los tengo que amar por igual.
Como hijos. Pasar la tarjeta de crédito y llevarte puesto un Lamborghini Gallardo del concesionario nunca tuvo más mérito que el saber dónde están situados embrague, acelerador, marchas y freno. Revivir tesoros olvidados y hacer de ellos piezas de museums representantes de la herencia de una sociedad pasada no tiene precio.
Un día estarán en un museo. Los coches te pueden llevar a los amigos y a otras sociedades. Creo que el automóvil también es amistad.
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