Cuando 60 puntos son pocos para Kobe Bryant
Sólo seis jugadores han anotado 30.000 puntos en sus carreras en la NBA: Kareem Abdul-Jabbar, Karl Malone, Michael Jordan, Wilt Chamberlain, Julius Erving y, desde un partido en Nueva Orleans contra los Hornets jugado la semana pasada, también Kobe Bryant, el más joven en conseguirlo y el hombre empeñado no sólo en hacerle sombra a Jordan cuando se retire, sino en convertirse en el jugador más importante en la historia de los Lakers. Bryant, como LeBron James después, ha sido siempre un devorador voraz y precoz de récords, sobre todo de anotación, tiene ya en su haber cinco anillos de campeón de la NBA y aún quiere, a sus 32 años, aguantar un par de temporadas al más alto nivel, compitiendo por los títulos y engordando aún más sus opciones de entrar en el Hall of Fame.
A Kobe siempre se le ha acusado de egoísta, de querer mandar más en el equipo que el entrenador, y lo que sí está claro es que él siente obligación de echarse a la espalda al conjunto y de asumir prácticamente todo el juego de ataque cuando ve que las cosas no están funcionando bien. Paradójicamente, sin embargo, que Bryant se vaya por encima de los 40 puntos no garantiza la victoria de los Lakers, más bien al contrario; suele ser indicativo de que él ha hecho un partido en ataque tremendo, pero que no ha sido suficiente para ganarlo. De todos modos, esas explosiones anotadoras son las que le han ayudado a desbancar a Erving del quinto puesto entre los máximos anotadores de la historia de la NBA, y de todas ellas destacan especialmente cinco, que están ya en los libros de Historia.
Por supuesto, la primera de ellas son los 81 puntos que le endosó a Toronto Raptors el 22 de enero de 2006, un partido que los Lakers ganaron por 122-104, en el que Kobe tuvo un porcentaje de acierto en tiros libres del 50 %, y anotó 28 de los 46 lanzamientos de campo que intentó. Es la segunda anotación más abultada en un partido de la historia de la NBA, por detrás de los famosos 100 puntos de Wilt Chamberlain, en 1962, y nadie ha conseguido después ni quedarse cerca. Ni siquiera el propio Kobe Bryant, aunque lo ha intentado.
Al año siguiente, el 16 de marzo de 2007, el ya nuevo número 24 de los Lakers (había lucido el 8 hasta la temporada anterior) consiguió su segunda máxima anotación personal, al lograr 65 puntos ante Portland Trail Blazers, incluyendo nueve en la prórroga, pero no era la primera vez que había pasado de los 60 puntos. Ya había anotado 62 el 20 de diciembre de 2005, ante Dallas Mavericks, y sólo cuatro días después de aquel encuentro contra Portland sumaría 60 contra Memphis Grizzlies. Aquel encuentro, además, marcaba el tercero en una racha de cuatro partidos anotando 50 o más puntos, una racha que sólo había mantenido durante más tiempo el todopoderoso Chamberlain. Aquel delirio ofensivo se encuadraba en una época en la que los Lakers no conseguían recuperar el rumbo triunfal de los tres anillos consecutivos ganados entre 2000 y 2002, y Kobe se empeñaba en asumir él sólo la ofensiva ante el aro contrario.
El último de sus cinco partidos por encima de los 60 puntos, por el momento, tuvo lugar el 2 de febrero de 2009, ante New York Knicks y ya con Pau Gasol en los Lakers, y en el camino a lograr su cuarto anillo de campeón. Sus 61 puntos son, de momento, la anotación más alta lograda por un rival de los Knicks en el Madison Square Garden en su ubicación actual. En los primeros siete minutos del encuentro ya había conseguido 13 de los 18 puntos de los Lakers, y acabó, además, con un perfecto 20 de 20 en tiros libres. Era sólo un recodo más en su camino para superar los 30.000 puntos totales en su carrera.
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